VIII (Contenido +18)

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Draco recorre su estudio de un lado a otro pasándose las manos por el pelo. Las dos manos... lo que quiere decir que está doblemente enfadado.

—No entiendo por qué no me lo has dicho —me riñe.

—No ha salido el tema. No tengo por costumbre ir contando por ahí mi vida sexual. Además... apenas nos conocemos. 

Me contemplo las manos. ¿Por qué me siento culpable? ¿Por qué está tan rabioso?.

—Bueno, ahora sabes mucho más de mí —me dice bruscamente. Y aprieta los labios—. Sabía que no tenías mucha experiencia, lo pudo leer en tu mente,  pero... ¡virgen! —Lo dice como si fuera un insulto—. Mierda, Gia, acabo de mostrarte... —se queja—. Que Merlín me perdone. ¿Te han besado alguna vez, sin contarme a mí?

—Pues claro —le contesto ofendida.

—¿Y no has perdido la cabeza por ningún chico guapo? De verdad que no lo entiendo. Tienes veintiún años, casi veintidós. Eres guapa. 

Vuelve a pasarse la mano por el pelo.  Entrelazo los dedos y los miro fijamente intentando disimular mi estúpida sonrisa.  

—¿Y de verdad estás hablando de lo que quiero hacer cuando no tienes experiencia? —Junta las cejas—. ¿Por qué has eludido el sexo? Cuéntamelo, por favor.

Me encojo de hombros.

—Nadie me ha... Nadie me ha hecho sentir así, con ganas de hacerlo, solo tú. Y resulta que eres una especie de mago peligroso. ¿Estás enfadado conmigo? —le susurro.

—No estoy enfadado contigo. Estoy enfadado conmigo mismo. Había dado por sentado... —Suspira, me mira detenidamente y mueve la cabeza—. ¿Quieres marcharte? —me pregunta en tono dulce.

—No, a menos que tú quieras que me marche —murmuro.

No, por favor... No quiero marcharme.

—Claro que no. Me gusta tenerte aquí —me dice frunciendo el ceño, y echa un vistazo al reloj—. Es tarde. —Y vuelve a levantar los ojos hacia mí—. Estás mordiéndote el labio —me dice con voz ronca y mirándome pensativo.

—Perdona.

—No te disculpes. Es solo que yo también quiero morderlo... fuerte. 

Me quedo boquiabierta... ¿Cómo puede decirme esas cosas y pretender que no me afecten?

—Ven —murmura.

—¿Qué?

—Vamos a arreglar la situación ahora mismo.

—¿Qué quieres decir? ¿Qué situación?

—Tu situación, Gia. Voy a hacerte el amor, ahora.

—Oh.

Siento que el suelo se mueve. Soy una situación. 

—Si quieres, claro. No quiero tentar a la suerte.

—Creía que no hacías el amor. Creía que tú solo follabas duro.

Trago saliva. De pronto se me ha secado la boca. Me lanza una sonrisa perversa que me recorre el cuerpo hasta llegar a...

—Puedo hacer una excepción, o quizá combinar las dos cosas. Ya veremos. De verdad quiero hacerte el amor. Ven a la cama conmigo, por favor. Quiero que nuestro acuerdo funcione, pero tienes que hacerte una idea de dónde estás metiéndote. Podemos empezar tu entrenamiento esta noche... con lo básico. No quiere decir que venga con flores y corazones. Es un medio para llegar a un fin, pero quiero ese fin y espero que tú lo quieras también —me dice con mirada intensa.

Nunca he querido más - Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora