Capítulo 21 / G-dragón tiene novia (Maratón 2-3)

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Lo primero que hicimos al salir de casa fue registrar a Ji Eun ante la sociedad.

La anécdota fue divertida ya que tuve que entrar sola con nuestra hija, mientras Ji se escondía en el auto.

Una vez que estuvo todo el papeleo hecho, lo llamé por teléfono sólo para que firmara su parte y así fue. Ingresó cubierto totalmente, fingiendo un fuerte resfrío y firmó lo más rápido que pudo. Colocó su huella digital en aquel papel y se retiró con la misma velocidad con la que entró.

Oficialmente nuestra hija era Kwon Ji Eun.

***

Los meses pasaban y pasaban.

Mi grupo de amigos también habían venido a conocer a Ji Eun y decían que era igualita a mí. Claramente porque ellos tenían entendido que el papá de la niña era extranjero.

Todo en relación a mis compañeros marchaba igual de bien, la mentira se mantenía como tal y nadie sospechaba. Lo único que siempre me preguntaban era "¿Dónde está George? Cada vez que venimos ha salido o está trabajando."

Pregunta que siempre me tocaba contestar con un "Es que me quiere dar mi espacio con ustedes" y al final me dejaban tranquila.

La rutina de Ji Yong se había vuelto cada vez más pesada y aunque me aseguraba sentirse feliz de llegar por las noches y ver esos pequeños ojitos que lo miraban con amor, no podía ocultar que, el cumplir su trabajo sin ninguna falla, ser un papá presente y el novio perfecto, estaban generándole notorios cambios a nivel físico. Cada día su mirada se veía más cansada y la tonalidad oscura debajo de sus ojos se volvió bastante evidente. Sin dejar de mencionar que había bajado considerablemente de peso y fue algo que me alarmó de sobremanera.

Decidí comenzar a verificar que sus comidas sean completas y que consumiera más calorías de las que gastaba a diario. Solía ponerle bolsitas con chocolates dentro de su auto para que los comiera en el trabajo y de alguna forma le dieran más energía.

Debo mencionar que Ji Yong no dejaba pasar por alto ningún detalle sobre nuestra hija. Se levantaba de madrugada para ayudarme a cesar el llanto de la bebé y a pesar que le insistía que regresara a dormir, siempre terminaba parándose de la cama conmigo. Aun cuando sus ojos estaban semi cerrados y con una notoria hinchazón.

La señora Han trabajó con nosotros hasta el tercer mes de vida de Ji Eun. A partir de ahí sentí que ya no necesitaba ayuda alguna. Había logrado acostumbrarme a mi labor de mamá y me había vuelto una especialista en el tema.

Así que decidí arreglar la cama que solía ser de la señora Han para que Ji Yong comenzara a dormir allí. No quería que siguiera levantándose conmigo de madrugada, sentí que todo lo que él hacía era suficiente por el momento.

-No quiero dejarte en esto sola-decía mientras lo arrastraba junto a su almohada a su nueva habitación.

-Por favor, amor-besé su frente y lo arropé- Es lo mejor para ti por ahora. Necesito que descanses bien, no quiero que te enfermes-besé su frente- Te amo.

Él asintió como un niño pequeño y esbozó una tierna sonrisa, haciendo que mi pecho se llenara de felicidad. Besé sus labios fugazmente y lo dejé dormir tranquilo.

Por otro lado, nuestra pequeña creía muy rápido y cada día que pasaba se parecía más a Ji Yong. Cuando sonreía o cuando ponía algún gesto de tristeza... ¡Eran como dos gotas de agua!

En una de nuestras últimas conversaciones serias. Ji y yo habíamos tomado algunas decisiones en relación a nosotros y a nuestra hija.

Es cierto que acordamos en el pasado que retomaría mis estudios apenas naciera Ji Eun, pero actualmente mi corazón de madre no me lo permitía, así que decidimos que no volvería a la universidad hasta el año entrante.

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