~*~*~Tus sueños siempre me parecerán increíbles, tanto que aún no puedo creer que voy estar ahí con vos para cuando los logres. - Camilo...
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Tal como Camilo y Mateo se lo temían, los padres del morocho terminaron por divorciarse. El castaño había sido testigo de ese duro proceso que su amigo tuvo que atravesar, tanto desde el momento en el que le explicaron las razones del porqué lo hacían, hasta las reiteradas ocasiones que Juliana y Pedro le dijeron al menor lo mucho que lo querían, y que nada cambiaría con respecto al afecto que recibía de parte de ambos.
Mateo obviamente en un principio no pareció tomárselo a bien, después de todo...
«¿Qué niño desea ver a sus padres separados?» Lejos del otro, y viviendo en casas distintas, mientras cada quien rehacía su vida por su propio lado, claro que sin dejar de lado a los hijos que habían procreado mientras permanecieron juntos.
Aunque al final, el rizado terminó por aceptar a regañadientes lo que sucedía, y como Camilo ya se lo había explicado antes, que los adultos hacían cosas extrañas por el amor y que después se separaban para irse lejos, tuvo que resignarse a tener que convivir con sus padres separados y con su hermano, quien obviamente no era capaz de entender por el momento, todo lo que sucedía a su alrededor.
Mateo tendría que visitar a su madre y hermano cada fin de semana, porque el resto de la semana se quedaría con su viejo, quien intentó a toda costa que el nuevo ambiente fuera del todo agradable para que su primogénito no se sintiera del todo incómodo.
Pero a decir verdad, tendría que pasar un poco más de tiempo para que esa incomodidad y vacío que Mateo sentía en el pecho desapareciera por completo y que lo dejara avanzar hacia adelante, hacia lo que en realidad quería para su vida.
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—¿No necesitan nada más? — Pedro le preguntó a Mateo y Camilo, quienes se encontraban en la habitación del primero, listos para pasar una divertida noche juntos, porque Moretti había llegado a la casa de los Palacios para dormir.
Como una especie de pijamada, pero obviamente de niños, no como una de niñas donde se maquillaban entre ellas mismas, se hacían peinados extravagantes y un tanto raros, y hablaban sin parar de quién les parecía el pibe más lindo del salón.
—No, todo está bien. — Mateo respondió, al mismo tiempo que peleaba con Camilo por una bolsa de papas, aunque habían tres más como esas, pero ambos parecían querer la misma.
—Bue, si necesitan algo me dicen. — el mayor habló más que sonriente, por ver a su hijo feliz y sonriente después de varias semanas duras y difíciles de adaptación.
—Para un momento Mateo, que me aplastas. — el castaño se quejó, al sentir como se ahogaba por tener casi encima al menor.
—Dame las papas y asunto arreglado ñeri. — Palacios dijo, sonriendo triunfante al ver cómo había hecho ceder al otro, quien le arrojó un cojín como un extra por haber ganado las papitas. —Tarado. — el morocho murmuró, sobándose la cara, pero con la bolsa de papas en su poder. —¿Y qué hacemos ahora? — inquirió, debido a que ya habían hecho todo lo que habían pensado para esa noche, siendo aproximadamente más de las ocho, estando demasiado temprano para que fueran a dormirse.
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|| Amigos : Truekmi : FINALIZADA : ✅ ||
Fanfiction↺ Mateo siempre vio a Camilo como un amigo, casi como un hermano. ↻ ↺ Pero... ¿Camilo siempre lo vio de la misma manera en la que él lo hacía? ↻