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Mi mundo se cae a pedazos, y no sé cómo armarlo de nuevo, debido a que vos eras mi mundo, mi todo, y ahora no se que hacer para continuar con lo que queda de miserable vida... - Camilo Moretti.

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—Eu, Mateo. — Pedro llama de manera insistente a su hijo, quien se había encerrado en el baño, después de haber salido corriendo hacia el interior de la casa, ante la retirada de Camilo. —Dale, salí de ahí. — ordena, pero Corazzina se niega a obedecerle.

—No, no voy a salir de aquí, porque me siento mal. — el menor responde más que molestó por no poder comprender nada de lo que sentía en ese preciso momento. —Y es más que evidente que Camilo solo me quiso cagar la noche, al hacerme esa maldita broma. — suelta con mucho desagrado.

—Mateo, nada de lo que Camilo hizo fue una broma. — Pedro responde cansado, causando que el contrario salga rápidamente de dónde estaba. —Vos en verdad le gustas mucho. — confiesa por fin lo que el castaño se había negado a decirle por tanto tiempo.

—¿Cómo? — Palacios consulta sumamente sorprendido, con las mismas náuseas de antes en aumento. —Ay, creo que voy a vomitar. — dice, para después volver a encerrarse dentro del baño, logrando que su viejo solo ponga en blanco los ojos.

—Ya deja de exagerar Mateo. — el mayor ordena, pero solo es capaz de escuchar como el rizado da un par de arcadas consecutivas, como si en verdad quisiera vomitar. —Mateo. — pronuncia ya con demasiada preocupación encima.

—Esto no puede estar pasando, esto no puede estar pasando. — Mateo repite de manera insistente, mientras intenta no caer en una crisis de pánico por la enorme confusión que estaba sintiendo. —¡Camilo no puede estar enamorado de mi! ¡Somos como hermanos! ¡Hermanos! — exclama sumamente histérico.

—Ya deja de gritar y abrime está puerta ahora mismo, si no querés que la tire de una patada. — Pedro demandó, ya no estando dispuesto a seguir soportando la gran pérdida de tiempo que se estaba dando.

—¡¿Y vos cómo mierda sabes esto?! — Corazzina consulta igual o más asustado que antes. —¿Cómo sabes esto? — dice, teniendo de frente a su viejo, una vez que abrió nuevamente la puerta, ignorando completamente que su cuerpo estaba temblando como un flan.

—Porque él me lo confesó hace semanas. — Pedro responde sin vacilar. —Camilo está enamorado de vos desde que anduviste con Gala, quizás más desde antes, pero hasta hace poco se le empezó hacer inevitable no demostrarlo. — agrega, pareciendo ser suficiente para que todo dentro del morocho colapse.

—¡Pero que hijo de puta que sos! — Mateo grita fuertemente, alzando los brazos al aire en más de una ocasión. —¿Cómo me pudiste ocultar algo tan importante como esto? — pregunta, pareciendo estar demasiado indignado con su progenitor, quien estaba haciendo todo lo posible para no acomodarle las ideas a su hijo de un "ligero golpe" en la cabeza.

—Porque no me correspondía hacerlo, ya que yo no iba hacer quien te confesara todo lo que sentía. — Pedro responde con demasiada lógica desde su punto de vista y el de cualquier persona con un poco de sentido común, pero el morocho no tenía sentido común por el momento. —¿Pero qué es lo que te incomoda? — le consulta, al no poder entenderlo del todo bien. —¿Que te haya besado enfrente de todos? ¿O que esté locamente enamorado de vos? — sugiere, haciendo que el menor lo piense un par de veces y trague un poco de saliva.