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" Mi corazón te pertenece, hasta mi vida misma te pertenece y todo lo que soy gira en torno a vos. Pero parece que ya no deseas ser parte de mi, así que me dejaste solo.

Me dejaste solo, tirado en medio del ring...

Y estoy empezando perder la pelea, de la peor manera posible..." - Mateo Palacios

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" Mi corazón me pide a gritos que vuelva a verte, pero mi mente me dice que solo me harás daño de nuevo. Y sinceramente no sé a quién creerle, ya que me siento confundido y asustado... " - Camilo Moretti

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Depender emocionalmente de alguien, puede llegar a ser sumamente complicado y difícil, más si está dependencia tiene muchos años de existir en nuestros corazones.

Pero a veces nos aferramos tanto a ella, que el simple hecho de sentirnos solos y abandonados. Es más que un evento traumático, que tenemos que atravesar con éxito, de alguna u otra manera.

Algo que Camilo sabía al revés y al derecho.

Algo que Mateo también sabía de la misma forma.

Ya que sus vidas y corazones estaban más que entrelazados el uno con el otro, y está repentina separación, era como si les hubieran arrancado el alma de un solo y conciso golpe. Dejando sus cuerpos vacíos, dejando que sus cuerpos se fueron marchitando como dos flores de campos, las cuales estaban apunto de ser tocadas por el último rayo de sol, que el día les estaba regalando.

Siendo una señal más que clara para cerrarse y abrirse el día siguiente, eso sí eran capaces de resistir a la fría y dura noche. Dónde no había ninguna fuente de luz o al menos calor, para que estuvieran cálidas y seguras.

¿Pero qué tanto podía llegar a influir un cambio al que no estamos preparados en nuestras vidas?

La respuesta era grande.

A decir verdad era demasiado grande, más del que se podía contar con los dedos de nuestras manos o utilizando una simple hoja de papel y un lápiz, y contar de esta manera hasta el mismo infinito.

Estar lejos de esa persona que nos ha brindado tanto amor, seguridad y calidez, debe de ser la peor experiencia a la que hemos podido llegar.

Consiguiendo que deseemos jamás haber iniciado toda esta maldita travesía, dónde el amor de nuestras vidas se vaya de esta misma. Como un bello y exótico pájaro, que por fin había decidió abrir las alas e irse a una dirección distinta a la que estábamos originalmente.

Dejando más que herida y dolida nuestra frágil vida, por haberlo dejado ir y no hacer el pequeño esfuerzo para mantenerlo con nosotros.

Consiguiendo que aquel volará alto, hasta una altura a la que no somos capaces de llegar, ni en nuestros más profundos sueños...

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No me siento bien y solo quiero irme de aquí...