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¿Confusión o amor? No me importa lo que sea, pero ya no te deseo más en mi vida, ya no más... - Camilo Moretti

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Después de aquella plática, Mateo volvió a la reunión, la cual se encontraba bastante tensa y con su presencia solo pudo incrementarse un poco más. Pero los demás intentaron ser corteses y seguir como si nada hubiera pasado, aunque era más que evidente que todo era completamente diferente a eso.

—Eu, Mateo, felicidades por todo. — Chodis felicito a Palacios, quien no hace más que sonreírle de la manera más falsa posible, para después salir corriendo a la terraza. —¿Entonces Camilo y Mateo tienen problemas? — le consulta a Pedro, quien casualmente se había acercado cuando aquello sucedió.

—Problemas del corazón y amorosos si, pero ellos sabrán arreglarse, o eso espero... — Pedro murmura, presintiendo que esto solo tenía dos finales, y uno de ellos no era para nada lindo o satisfactorio para Mateo y Camilo.

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—Contestame hijo puta, contestame por la concha de la lora. — Mateo se queja con el teléfono entre sus manos, a la misma vez que intentaba llamar de manera desesperada a Camilo, después de haberle mandado más de cien mensajes, sin exagerar, en menos de diez minutos. —La puta madre Camilo, contestame por favor. — solloza, mirando hacia el horizonte, no soportando la maldita angustia de no saber nada del castaño, teniendo demasiado miedo con que este fuera hacer algo imprudente al no soportar el rechazo que había recibido de su parte.

—¿Mateo? — una voz femenina llama al rizado, quien no tarda mucho tiempo en ver a la causante de su llamado.

—¿Nicole? — Palacios responde de inmediato, al mismo tiempo que aguardaba su teléfono y se retiraba aquellas lágrimas que habían escapado de sus ojos. —¿Te estás divirtiendo? — inquiere "animado", queriendo ser un buen anfitrión, aunque por dentro estuviera hecho mierda.

—Si, bastante a decir verdad y muchas gracias por invitarme. — la morocha contesta de inmediato. —Pero vos evidentemente no lo estás. — dice, haciendo que Palacios vea hacia el suelo y apriete los puños con fuerza.

—No, sinceramente no estoy bien. — él le confiesa. —Me siento tan confundido, que quiero saltar desde aquí para ver si así se me aclaran un poco las ideas. — indica, desviando la mirada del suelo a algún otro lugar.

—¿Es por Camilo? ¿Verdad? — ella pregunta con cuidado.

—Quizás o no lo sé. — Mateo murmura suspirando de manera pesada. —Todo lo que hizo puso en juego mi sistema y creo que me voy a volver loco de un momento a otro. — informa, pasando sus dedos de manera insistente por sus rulos. —Pero decime algo... ¿Vos qué harías si tu mejor amigo de toda la vida, te besa en la noche más importante de toda tu vida? — le consulta, esperando una respuesta sincera de parte de Cucco quien se toma su tiempo para responder.

—Posiblemente saltar del lugar más alto que encuentre, para ver si no estoy soñando. — la morocha habló en medio de una fuerte risa, haciendo que Palacios la vea con mucha decepción. —Es joda Mateo, claramente es joda. — confiesa a la misma que niega con la cabeza y se va acercando cada vez más a Palacios, quien no hace nada para evitarlo. —Y lo que realmente haría, sería preguntarme si lo que hizo fue por amor o solo por un juego. — responder de manera sincera. —Y si lo hizo por amor, creo que debería cuestionarme si yo he sentido o he visto alguna que otra señal de ese amor que intento darme por medio de aquel beso. — agrega, haciendo que Palacios piense con detenimiento aquello. —Pero si lo hizo por joder, quizás darle alguna que otra piña por pasarse de listo. — argumenta desde su punto de vista.