diego;
llegamos a la casa de sus abuelos, me ofreció ir allá que era más tranquilo.
—¿y están tus abuelos?—pregunto mientras estaciono el auto en el patio.
—sip—apenas lo apago ella sale.
la única persona que conozco de su familia es el hermano, ni siquiera a sus papás, nunca llegó el momento, y ahora siento que voy a entrar en pánico.
entramos a una casa totalmente de madera, es muy linda.
—cuelga tu chaqueta, pa que andi' un poco más cómodo—dice dándose la vuelta para esperarme.
hago lo que me dice, y luego la persigo, llegamos a la cocina, donde esta su abuelo haciendo lo que yo creo un queque.
—hola tata—el recién nombrado nos mira y sonríe.
—hola mi niña, hola joven—me mira al último.
—hola señor, me llamo diego—le ofrecí la mano y el sonrió abrazándome, a lo que me tense porque no estoy acostumbrado a estas muestras de cariño.
—dime pablo nomas cabrito—y siguió haciendo lo suyo.
—¿donde esta la tita?.
—fue a buscar al mateo al jardín, pero fue hace rato, a lo mejor pasaron a comer helado—sonreí, y noté que ella igual.—chuta, que mal educado ¿quieren tomarse algo? ¿café? ¿té? ¿vino?—la anto se cagó de la risa.
—yaaa, se pone patuo oiga, si son las 5 de la tarde no mas—sonreí.—danos jugo nomas, vamos a estar en la terraza por siaca'—y me hace una seña con la cabeza para que la siga, salimos al patio donde esta lleno de platas y al centro hay una mesa con sombrilla y 4 asientos, es hermosa esta casa.
nos sentamos, y la quedo mirando como weon, me mira enojada.
—aun sigo enojá' por lo que hiciste diego, muy fuera de lugar—se cruzó de brazos echándose en la silla.
—lo se, perdón, nunca más—hice un puchero y ella asintió.
—bueno—suspira.—¿de qué necesitabas hablar?—me tenso totalmente.
—creo que tengo algo que prueba que el mateo si es nuestro hijo y que están haciendo un chantaje para quitárnoslo—ella me queda mirando con los ojos de plato.
—¿qué pruebas? muéstramela—tomo mi celular y reproduzco la llamada, que por supuesto grabé.
ella escuchó atentamente, y quedo pálida, luego me miro a los ojos, que estaban cristalizados.
—¿qué haremos con esto?—preguntó secándose los ojos.
—por ahora nada, quiero seguir indagando por mi cuenta.
—pero aun nos lo quieren quitar, diego..—la interrumpo.
—lo se, cielo, pero ¿puedes confiar en mi? por favor—ella me mira dudosa pero luego suspira.
—ok, pero por favor no me falles—niego y aparece su abuelo.
—les traje los jugos—nos da un baso con una bombilla, es de frutilla natural, que bacán.
—gracias—digo mirándolo y el asiente despidiéndose.
me llega un mensaje del fernando recordándome que tengo que mandar unos correos, mierda.
—anto ¿me puedes prestar tu computador? necesito mandar unos correos urgente—ella asiente y se para diciéndome que la siga.
subimos por las escaleras y vamos por un pasillo largo hasta la última puerta, ella la abre y entra, yo hago lo mismo cerrando la puerta.
se para al lado del escritorio blanco y yo me siento en la silla, ella desbloquea el computador y me hace una seña para que lo use.
se sienta en su cama y toma de su jugo, hago rápido lo de los correos, cuando por fin estoy listo, me doy vuelta y veo a la anto acostada con los ojos cerrados.
voy hacía donde esta ella y me siento a su lado, ella abre los ojos de golpe y me mira.
—si, siéntate nomas—me reí.
—ven—golpee mi pierna, y ella acuesta su cabeza ahí mientras yo le hago cariño en su cabeza.
sabía lo difícil que era nuestra situación, pero no puedo estar lejos de ella.
—me aburrí, hagamos algo loco—se sentó en la cama y yo la miré coqueto, a lo que ella negó rápidamente.—no te pongai patuo, me refiero a otras cosas, como tomar, o fumar—asentí entendiendo.
—¿te parece si vamos a mi departamento? ahí tengo alcohol y weed, o sea, si quieres, obvio—ella asintió levantándose de la cama.
—me cambio de ropa y estoy lista—asentí y me quede sentado pensando que iría al baño, pero se saca la polera y la veo en sostenes de encaje negros.
tragué fuerte, y desvíe la mirada, cambio sus jeans por un vestido negro de tiras y pegado al cuerpo, que la hace ver más sexy de lo que ya es.
—le decimos a mi abuelo que me invitaste a comer—ella guardaba algunas cosas en su cartera y yo que me quede como bobo mirándola.—diego, vamos—asentí volviendo al mundo.
bajamos al living, y esta su abuelo, su abuela supongo, el mateo, y el hermano de la antonia, el lucas.
cuando me vio se le desfiguró la cara, mientras mi hijo corría a mis brazos gritando papá.
—¿qué hace este weón aquí, antonia?—el mateo miro mal al lucas.
—no es weón, es mi papá—yo lo abrace haciendo que le diera la espalda a la anto y al lucas.
—lucas, relájate ¿ya? ya no tengo 16 años, sé tomar mis decisiones, no eres nadie para juzgarme, y el mateo se merece ver a su papá—dijo con una firmeza que hasta a mi me dio miedo.
el lucas simplemente me miro con odio y se quedo callado.
—mi niña, ¿a donde va tan arreglada?—preguntó su abuela, y se me olvido por completo saludarla.
—abuela, el es el diego, diego ella es mi abuela, dile sonia nomas—la recién nombrada sonrió al igual que yo.
—como me conoce mi niña, mucho gusto—se acerca a mi y bajo al mateo dandole un beso en la frente.
me da un abrazo, y yo quedo congelado nuevamente, pero esta vez si recibo el abrazo.
—mucho gusto también, sonia—sonreí se pareándose.
—¿a donde llevas a mi niña?—me rasque la nuca nervioso.
—a comer—respondí apenas.
—ya vayan, yo les cuido al mateo, pásenla bien, me la cuidai sipo—me apunto con el dedo indice y yo asentí.
—si si, no se preocupe—ella sonrió otra vez.
—y yo que te vine a ver cabra chica—cache que ella le hizo un puchero—ya cuídate si, cualquier wea me llamai—me mira.
—ya déjate de pelear, te quiero dame un abrazo—el le da el abrazo y luego se separan.
nos despedimos de su abuelo, y del mateo.
—cuídense, los quiero, y quiero una hermanita—la antonia se puso pálida y yo me reí, igual que la abuela y el abuelo.
—ya no diga tonteras mi niño, nos vemos—asiente y se va con sus abuelos.
salimos de la casa camino al auto.
—espero tengai tequila, diego—reí negando mientras aceleré.
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¡aweoná, yo aun te amo!.
Ficção AdolescenteLa Antonia, después de enterarse de la apuesta del Diego, y quedar totalmente destrozada, además de quedar embarazada, se va a otro país, a intentar reconstruir su vida, luego del caos que causo el Diego. Luego de 4 años buscando a la Antonia, por f...