22

712 35 4
                                    

antonia;

ya iba muy tarde a la universidad por la chucha, no puedo evitar negarle los regaloneos que me pide el mateo.

tomó de mi café mientras camino viendo mi horario, y como la suerte jamás ha estado de mi lado, choco con alguien botando mi café al suelo –gracias a dios– no encima de quien acabo de chocar.

—oh, hermana, disculpa, no te vi—miro en frente mío a un mino muy lindo con un buzo nike y un poleron negro sin ningún logo o dibujo.

—no te preocupes, yo tampoco estaba mirando al frente—sonreí de lado.

—puta, boté tu café—hizo un puchero mirando el café en el suelo.—si queri' te compro otro, no hay atao—sonrió de una manera muy atractiva que me puso nerviosa al tiro.

—mínimo po—me atreví a mirarlo a los ojos, a lo que el volvió a sonreír.

—yapo, vamos por ese café—dio media vuelta, y me hizo una seña, lo seguí.

cuando llegamos pedí el café normal, y me lo quede mirando descaradamente mientras esperamos.

es que weón, está terrible rico, si no estuviera con el diego, probablemente me acercaría con malas intenciones.

no estas con el diego.

aun, le di una oportunidad.

sigues soltera.

—¿te gusta lo que ves?—despabilé y me puse roja.

—sorry, suelo ser muy mirona—reí.

—ya si yo igual te estaba mirando, pa' que—se encogió de hombros restándole importancia a lo que acaba de decir.

por dentro estoy que me muero de un colapso nervioso.

—aquí está su café—la señora me extiende el café, gracias, me acaba de salvar.

—muchas gracias—le sonreí y caminamos fuera de la cafetería.

en el pasillo no hay muchas gente, sin embargo, por alguna extraña razón, las pocas personas que hay se voltean descaradamente a mirarnos.

a lo mejor es porque el es tremendamente alto comparado conmigo que soy pequeña, y, porque esta buenísimo.

—¿dónde te toca?—preguntó serenamente, a lo que yo le pasé mi horario.

—no se donde es—tomé un sorbo.

—yo te llevo—me lo devolvió.

—¿y a ti donde te toca?—daba pasos largos para poder alcanzarlo.

—contigo—se encogió de hombros, y doblamos en un pasillo.

por un lado bacán, no voy a estar sola, pero por otro lado, seguramente se va a sentar conmigo y la verdad es que con semejante hombre, difícil que me concentre.

llegamos a la gran sala, la clase ya había empezado pero el profesor no nos dijo nada, simplemente siguió hablando.

me senté al ultimo junto con el, recibí algunas miradas, sin embargo no fueron muchas, todos están concentrados en lo que el profesor dice.

saqué el libro que están hablando, junto con mi libreta y un lápiz, pero el mino a mi lado no saco nada.

miré al frente y traté de concentrarme, pero en realidad no podía. Igual he estado reconsiderando nuevamente mi decisión sobre la oportunidad que le di al Diego. No puedo negar que lo amo, aun que suene como una completa estúpida, sin embargo, no puedo olvidar lo mal que me hizo sentir.

odio darle tantas vueltas a un asunto que, en el fondo, sé que debo a hacer, pero prefiero atrasarlo.

hago un suspiro largo, tengo un revoltijo de cosas en mi cabeza.

—¿en qué piensas tanto?—habla el mino que esta a mi lado, lo mire a los ojos.

—aun no se como te llamas—sonrió.

—¿para que quieres saber?—sostuvo la mirada fija.

—porque me da curiosidad—me encogí de hombros.

—Ares—miro sus manos, y me sorprendí.

como el de a travez de mi ventana, esto es una señal de la virgen de los abdominales.

—como el dios griego..—dije muy bajito.

—puedo ser tu dios griego si quieres—sonrió coqueto, a lo que yo me sonrojé inmediatamente.

—chistoso—desvié la mirada.

—ahora dime el tuyo—se apoyó en la mesa para mirarme.

—Antonia—me encogí de hombros.

—mi gata se llama anto—sonrió y yo hice lo mismo.

—que honor—nos quedamos mirando.

por primera vez en todo este rato le estoy mirando los labios, no puede ser que hasta los labios sean perfectos.

—preciosa, no me mires así..—dijo en voz baja.

desvíe la mirada.

mierda, no me he concentrado en nada de la clase, ya dije yo que no iba a poder con semejante mino.

siento mi celular vibrar de mi mochila, y lo veo, es el Diego.

perdón por no hablarte, he tenido unos problemas en la empresa, te quiero mucho:(🤍.
11:08 a. m.

me dio algo en la wata, primera vez desde hace mucho tiempo otro hombre además del Diego me ha puesto a este punto de nerviosa ¿y qué es lo peor? no me molesta, al contrario, me gusta.

¡aweoná, yo aun te amo!. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora