Diego
Estar entre los brazos de la Antonia luego de estar buscándola 4 años, ha sido mi calma a todos mis tormentos.
Ella era sin duda la mujer que quería para el resto de mi vida, y yo se que no se me será fácil volver a tenerla, volver a estar con ella, pero yo se que podré tenerla de nuevo conmigo, sé que aun me ama, y que podremos salir de esta, por nosotros, y por nuestro hijo.
Estoy seguro que luego de esta hermosa noche, de reencuentro, me mandará a la chucha, y estoy totalmente consciente y de acuerdo en que lo haga, pero no la dejaré ir, no quiero volver a sentirme así de vacío como me sentí estos 4 años.
Ella es mi luz, y no pienso estar en oscuridad toda mi vida.
Deben de ser las 6 a. m. ella se ve tan linda durmiendo entre mis brazos, en esta época en E.E.U.U hace muchísimo frío, y verla acurrucada a mi, es la mejor vista.
Le miro cada facción de su carita, su pelo, su nariz tan linda, sus labios que me dejan en las nubes, la miro como si no pudiera creer que existe, que alguien como ella, tan buena, tan pura, me quiera tanto, quiera a alguien tan mierda como yo, sin embargo, ella me quiere.
Sé que no la merezco, y que es obvio que ella merece algo mejor, pero soy egoísta, y no la quiero con nadie más.
Siento que sin ella no soy nada, estoy vacío, que si ella algún día me llegará a hacer daño, o engañar, yo la perdonaría, porque no podría estar sin ella, y si algún día me llegará a decir que ya no me quiere, me hundiría.
Comienza a despertarse, y empieza a abrir sus ojos, lo primero que ve, es mis ojos, mirándola fijamente.
—Buenos días, cachetitos—saludé.
—Diego, tienes que irte, esto.. —comenzó a levantarse.
—Anto, por favor, no me digas que me vaya—la mire con ruego.
—No debimos haberlo hecho, Diego—Dijo mientras se ponía una polera.
—Lo se, fue muy rápido, perdóname, pero por favor, no me pidas que me vaya.
—Bien, pero vístete, pronto despertará el Mateo, y no quiero que te vea.. así—dijo mientras abría una puerta en la pieza, y eso claramente era el baño.
Me vestí rápidamente, e hice la cama, cuando terminé, me quedé mirando la cama por unos momentos, ayer ahí la volví a hacer mía. Sonreí al recordarlo, su carita tan inocente, mirandame caliente, de solo recordarlo se me endurece.
—¿Por qué miras la cama y te muerdes los labios?—preguntó ella, nisiquiera me había fijado que estaba ahí.
—Solo recordaba que ayer te volví a hacer mía en esa cama—ella abre los ojos como plato.
—Ehhh.. iré a ver al Mateo—iba a salir pero la detuve.
—¿Puedo llevarlos a comer hoy? Para que me conozca mi hijo—la tenía agarrada de los dos brazos.
—Diego, esto es demasiado rápido.. —la interrumpí.
—No le diremos que soy su papá tan luego, solo salgamos, para que me conozca, nada más—ella entre cerró sus ojos, y asintió rendida.
—¡Bien! Solo porque hoy no quiero cocinar—dijo.
—Y.. —la acorrale en la pared.—¿Te puedo dar un beso?—dije muy cerca de su boca, pude notar de inmediato que estaba nerviosa.
—Diego.. espacio—dijo nerviosa mirándome los labios.
—Solo uno...—ella lentamente asintió, y la besé, la besé como si mañana me muriese.
Luego de besar sus dulces labios, se separa, y sale de la pieza, yo toco mis labios y sonrió, la adoro.
Escucho una voz de un niño pequeño, ese debe ser mi hijo. Salgo de la pieza y me dirijo hacía donde provenían esas voces, era de una pieza al principio del pasillo, la puerta estaba abierta y pude ver en su interior a una Antonia vistiendo a un niño no más de 4 años, era demasiado parecido a mi, y a la Anto, tenía un poco de ambos, pero impresionantemente, más a mi.
Lo viste mientras le sonríe, le hace gestos, o cosquillas, el ríe, es lo más lindo que he visto, me apoyé en el umbral de la puerta, a mirarlos.
—Mamá, ¿Hoy debo ir al colegio?—preguntó el con un puchero.
—No mi niño, no tienes que ir hoy, recuerda que es sábado—respondió ella dulcemente.
—¿Entonces podremos ir al parque?—preguntó emocionado.
—Bueno, pero primero iremos a comer, quiero que conozcas a alguien—dijo ella con una sonrisa.
—Bueno, mami—dijo jugando con un peluche de un mapache.
Salí de ahí silenciosamente, verlos así, me ha causado mucha alegría, saber que tengo un hijo, y que sea con ella, es lo mejor que me ha pasado, y ni siquiera dimensioné en algún momento en estos 4 años lejos de ella, lo completo que me sentiría al verlos.
Sin duda, la amo, a ella y a el.
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¡aweoná, yo aun te amo!.
Ficção AdolescenteLa Antonia, después de enterarse de la apuesta del Diego, y quedar totalmente destrozada, además de quedar embarazada, se va a otro país, a intentar reconstruir su vida, luego del caos que causo el Diego. Luego de 4 años buscando a la Antonia, por f...