Jungkook y el tal Yugyeom estaban hablando en la sala, mientras yo estaba sentado en la mesa del comedor observándolos, miraba fijamente a ese hijo de puta. Iban tres veces que ponía sus asquerosas manos en el bello rostro de Jungkook. 3 horas tuvieron que pasar para que el imbécil se fuera.
-Taehyung...
Jungkook se paró enfrente de mí, yo no hacía nada más que mirarlo, se suponía que hoy íbamos a hacer espacio en su habitación para poner mis cosas, ya que él quería que durmiéramos en la misma habitación.
-Tae...perdón yo no sabía que él iba a venir, aún queda tiempo para que hagamos espa...
-Nah no importa, puedo quedarme en el otro cuarto.
- Taehyung no.
-Que importa, puedes pedirle al carbón ese que regrese a tocarte la cara mientras yo limpio el cuarto.
-Taehyung... no hagas eso, él es alguien especial para mí, tenía mucho tiempo que no lo veía. -abrazó al castaño antes de que se colocara la mochila.
-Ajá.
-Él es mi amigo.
- ¿Sí? – tomo del cuello al pelinegro. – Pues tu eres mío.
Bese a Jungkook bruscamente, el jadeó cuando separe nuestras bocas, tomé mi mochila y comencé a caminar para salir de su casa. Antes de cerrar la puerta Jungkook apareció tomándome de mano para colocarla en una de sus nalgas, y con la otra me atrajo para besarme otra vez, mi mano comenzó amasar su nalga. Mierda Jungkook tenía un cuerpo espectacular.
-Solo tuyo Kim Taehyung.
-Claro que sí.
Bese castamente a Jungkook mientras el reía.
-Mañana no tenemos clases, ven desde temprano ¿sí?
Yo solo asentí deje un casto beso en su cuello, su bonita sonrisa hacía sentir cálido a mi corazón.
-Nos vemos mañana.
Deje un último beso en su frente.
(...)
-Toma, compré tu jugo de naranja favorito.
-Ten tu café favorito.
Había visto que a Jungkook se le había acabado su café favorito, me levanté temprano para poder pasar a comprarlo.
Jungkook puso su cafetera a trabajar. Amaba el olor del café, pero no me gustaba su sabor. Jungkook se sentó a un lado mío mientras terminaba de hacer una lista de las cosas que teníamos que hacer hoy. Dentro de dos días saldríamos de vacaciones. Todas mis cosas ya estaban listas para trasladarlas a la casa de Jungkook.
En cuanto su café estuvo listo me levanté para servirle un poco en una taza, le puse algo de canela y 3 cucharadas de azúcar, como a Jungkook le gustaba. Desayunamos tranquilos, Jungkook me contaba sobre un video que había visto, yo lo miraba escuchando atentamente. El timbre sonó, me levanté con flojera de la mesa. Cuando abrí la puerta estaba parado el mismo monigote de ayer.
-Jungkook está ocupado.
Y le cerré la puerta en la cara.
- ¿Quién era?
-Nadie importante.
El timbre sonó una vez más, jalé a Jungkook del brazo para ir a su habitación, pero él se soltó de mi agarre y fue directo a la puerta. Cerré mis ojos, maldecí en lo bajo. Cuando me di la vuelta, Yugyeom tenía ambas manos en la cintura de Jungkook. Me sentí demasiado molesto, aquella imagen de Jungkook en los brazos de alguien me jodía la existencia. Caminé a ellos y empujé a Yugyeom lejos de Jungkook.
-No entendiste que Jungkook está ocupado.
Cerré la puerta de un gran portazo acompañado del leve retumbar de las ventanas por la fuerza que había utilizado.
-T-tae...yo no...
-Tú no qué. –gritó
-...
Los ojos de Jungkook empezaron a llenarse de lágrimas. Le había hablado horrible, ni siquiera eso, le había gritado a Jungkook, él secaba sus lágrimas mientras se dirigía a su habitación.

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¿Eres mi princesa?
FanfictionDurante toda la infancia escuchamos historias de fantasía donde en la mayoría hay princesas en problemas y luego están los príncipes donde van a rescatarlas, mi madre era fan de contarme todas aquellas historias, incluso de las historias que salían...