Arrugó los párpados y se removió inquieto sobre la cama. Dio vueltas hacia uno y otro lado, entonces despertó de golpe, con la respiración agitada y gruesas perlas de sudor empapando su rostro.
-¿Sasori?- parpadeó al virarse. Los halos de luz que se colaban por la ventana, le dejaron entrever al joven que yacía recostado junto a él, con el rostro ligeramente ladeado sobre la almohada y su torso desnudo. -¿Fue una pesadilla?- se quedó mirando los mechones rojizos que caían de forma irregular en el rostro apacible del marionetista. Se veía tan relajado, como si ningún pensamiento turbara sus sueños, contrario a él que había experimentado un horrible deje de angustia.
Pero había sido tan real...
Sigiloso y cuidando de no mover mucho los muelles del colchón, Naruto salió de la cama. Dio pasos silenciosos hasta desplazarse afuera de la recámara y decidió no encender las luces para no alertar a su pareja. Solo quería comprobar una cosa, necesitaba deshacerse de la duda que actualmente lo estaba inquietando. Vagamente recordaba haber tenido una pesadilla similar que involucraba también a Sasori.
Su pulsó se aceleró al llegar frente a la puerta del estudio. Rápidamente echó un vistazo a sus espaldas y trató de abrir la puerta. Tras corroborar que estaba sin llave, empujó suavemente para evitar que los goznes chirriaran bajo su tacto. Se deslizó prontamente dentro y oprimió el interruptor, mentalizandose para cualquier escena macabra que pudiese aparecer ante sus ojos.
Apretó los párpados y abrió poco a poco los ojos, situandolos en el pulcro suelo del despacho.
No había nada. El suelo estaba limpio, y al volver la vista a la pared baja, notó la ausencia de posibles manchas de sangre.
Naruto inhaló hondo y expulsó el aire poco después. Solo estaba siendo paranoico...otra vez, pero eso no le impidió seguir con la búsqueda. Tenía que cerciorarse de que todo había sido producto de su imaginación. Asi que revisó cuidadosamente el lugar, cada repisa y cada rincón que delatara algo.
Estaba por rendirse cuando la puerta se abrió y en ese momento entró Sasori, somnoliento y con un ligero destello de preocupación en las pupilas.
-¿Está todo bien?
Naruto bajó de la escalerilla, avergonzado por ser descubierto. No quería que Sasori pensara que era un ladrón o algo por el estilo.
-Nada, es solo que escuché ruidos y quise ver que pasaba- mintió nervioso, a sabiendas de que no era convincente por el hecho de que no se había limitado a revisar superficialmente, sino que había estado hurgando por doquier. -Tal vez haya ratas- añadió, cerrando los ojos al ver a Sasori aproximándose resueltamente.
Sasori lo escudriñó, preocupado.
-No tienes fiebre- le palpó sutilmente el rostro y se apartó para mirarlo con seriedad. Le había tomado varias horas limpiar hasta el último rastro del crímen. Actualmente el cuerpo de Obito estaba oculto en el garage pero ya se desharía de él cuando amaneciera. -Anoche te desmayaste. Iba a llevarte al hospital, pero pensé que no sería nada grave.
-Oh...- Naruto se sintió repentinamente estúpido. -No lo recuerdo- pero si creía haber visto una escena demasiado irreal. Seguro se debía a una pesadilla.
-Me llamaron hace unas horas- esta vez Sasori se permitió sonreír genuinamente, ansioso de darle la noticia. -Al parecer se canceló el juicio.
-¿Eso quiere decir qué...?- Naruto calló al verse envuelto en un afectuoso abrazo.
***
Aquella grata noticia había terminado de unirlos aún más. Ya no habían dudas de parte de ninguno, solo añoranza y dicha. Finalmente eran una pareja como cualquier otra, compartiendo en cada oportunidad posible la felicidad recíprica que los mantenía juntos.
Naruto no cabía de la alegría al ver lo entusiasmado y expresivo que se había vuelto Sasori en los meses siguientes. A cada instante quería estar con él. Lo llevaba frecuentemente a pasear y a restaurantes, veían películas juntos, y a la hora de dormir Sasori siempre se quedaba a su lado hasta el amanecer.
El asunto de la infidelidad solo había sido un error, una tonta e insipída equivocación. Un ridículo malentendido.Sin embargo casi les cuesta su relación, además de la estabilidad emocional que juntos habían logrado equilibrar con el paso de los meses.
Era viernes por la noche y ambos habían acordado cenar juntos después de que el pelirrojo entregara algunos encargos atrasados por la temporada festiva. Con cada día, la franquicia de marionetas ganaba más fama y reputación. El trabajo de las obras era artesanal y bastante preciso. Naruto había llegado a observar un par de muñecos extremadamente realistas, detallados desde las expresiones faciales hasta el vestuario.
-¿Qué opinas?
Naruto parpadeó al tener una réplica suya en miniatura, se trataba de una marioneta realista y los detalles eran asombrosos.
-Mmh- fingió pensarlo antes de dar su aprobación. Se inclinó sobre la mesa para ver la figura de cerca y tras inspeccionarla, la dejó a un lado. -De todas las que has hecho, es la más imperfecta- agregó con una sonrisa que prontamente se contagió a Sasori. Este asintió, revolviéndole el cabello al adolescente.
-Es como tú, Naruto. Perfectamente imperfecto.
Y lo besó, sintiéndose por primera vez en su vida, pleno.
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Perfectamente Imperfecto.
FanficA veces la perfección no reside sólo en el físico. SasorixNaruto.