36 |Secuestradas|

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Skylar

Despierto acosatada en un lugar bastante cómodo que se que no es mi cama por el olor antiguo, los últimos sucesos que viví se aparecen en mi mente y al abrir mis ojos noto que estoy sobre un sofá con la ropa que usé en la fiesta amarrada con cuerdas blancas en las manos que tienen un olor muy similar a la verbena y al acónito, lo que me confunde bastante porque yo soy humana o algo parecido, suelto un quejido de dolor al sentarme porque mi cabeza duele mucho y me siento algo mareada, pero esto se me pasa rápidamente al ver a Elena en el suelo.

—Elena—Murmuro preocupada sacudiendola un poco para que reaccione, ella parpadea un poco y me mira confundida—¿Estás bién?

—No, estoy herida—Susurra debil de una forma que me preocupa, escucho unos pasos y un sujeto se acerca lentamente a nosotras, es el mismo que me atacó anoche, estoy segura, el hombre nos desata y yo lo miro confundida, creía que cuándo te secuestran te mantienen atada, supongo que no y que las películas son falsas

—Déjanos ir—Ordeno seria, pero él simplemente me mira divertido y estoy segura que también me burlaria si secuestrara a alguien y me pidiera que la liberara—Por favor, ella está herida

—Dale tu sangre, eso la curará—Dice obvia una chica de pelo corto apareciendo en el marco de la puerta

—Claro, porque soy un vampiro—
Murmuro irónica rodando los ojos, ese es el comentario más estúpido que escuché hasta el momento

—¿Qué quieres con nosotras?—Pregunta Elena a la chica, ya que él otro acaba de marcharse de la habitación

—¡Oh por dios!—Exclama sorprendida—Luces exactamente igual a ella

—Pero no lo soy, por favor, lo que sea que quieras...

—Mantente callada—La interrumpe con sequedad

—No soy Katherine, mi nombre es Elena Gilbert, no tienes que hacer esto—Dice suplicante caminando hacia la que supongo es una vampira y yo me acerco también por si la chica decide hacer algo

—Ya se quien eres, solo mantente callada—Ordena nuevamente, pero esta vez suena más molesta

—¿Qué es lo que quieres?—Insiste la doppelganger y esa es la frase que acaba con su paciencia, ya que la mano de la chica impacta en el rostro de Elena con tanta fuerza que esta se desmaye y debo sujetarla para que no caiga al suelo, con algo de dificultad la acuesto en el sofá y volteo a ver con molestia a la desconocida

—Te arrepentirás de eso—Amenazo seria acercandome a ella mientras mis ojos se vuelven azules y puedo jurar que veo algo de miedo en su mirada por un segundo

—No, tú lo harás, me tomaría solo dos segundos romperte el cuello—Parece escuchar algo a lo lejos y comienza a caminar hacia la puerta nuevamente—Siéntate y no trates de escapar porque no hay nada cerca en kilómetros

Me quedo sentada cómo dijo porque, en primer lugar, es más que obvio que definitivamente no hay nada por aquí en kilómetros y en segundo lugar, para poder escapar necesito que Elena se despierte, no puedo cargarla y escapar a la vez porque no voy a llegar a ningún lado, lo que es obvio porque son vampiros y tienen más fuerza, velocidad y sus sentidos son mucho mejores.

Camino por el lugar observando atentamente este para intentar descubrir dónde estamos, todo parece muy antiguo y no logro encontrar nada más que cosas rotas y polvo, me agacho y tomo un vidrio que estaba en el suelo por si acaso, sé que eso no va a matar a un vampiro, pero seguro va a doler y es lo mejor que se me ocurre, veo que Elena empieza a removerse en su lugar y me acerco rápidamente a ella.

𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora