𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐒

100 |Triste realidad|

Skylar

Termino de guardar las cosas en mi maleta para poder irme a un lugar en el que pueda tener paz o lo más parecido a eso ya que aquí no soy bienvenida por mis recientes acciones (Cómo matar a Elena Gilbert) y porque todo lo que he tenido en este lugar fué un profundo sufrimiento y una soledad y decepción aún más grandes. Veo de reojo cómo Caroline entra en mi habitación y mira todo cón nostalgia, ya que va a tener que abandonar la casa en la casa en la que creció o bueno, crecimos

—¿Que no deberías estar camino a Florida con Tyler?—Interrogo enarcando una ceja, al parecer Alaric Saltzman y mi madre no solo arruinaron mi vida sinó la de Caroline y todos los vampiros en el pueblo ya que nos delataron ante el consejo y tenemos que huir para que no nos maten

—Tyler está afuera esperandome, no podía irme sin despedirme de ti—Dice obvia mientras se acerca a mi lentamente observandome cómo si fuera una bomba a punto de estallar—¿Tú adónde irás?

—A Francia con Elijah, Kol y Rebekah—Explico mientras termino de cerrar mi maleta

—¿Francia?—Pregunta incredula—¡Eso está muy lejos de Florida!

—No es cierto, está a solo un portal—Digo obvia y ella asiente levemente, camino hacia mi mueble para ver si me olvidé de guardar algo y si lo hice... El dibujo que Klaus hizo para mi la noche del baile de su familia está ahí y el verlo me rompe en mil pedazos

—¿Quieres hablar de eso?—Pregunta mi amiga acercándose a mi al ver el dibujo en mis manos

—No...—Y por tercera vez en el día rompo en llanto mientras ella me abraza

La primera vez fué esta mañana cuándo desperté y no fué a su lado, sino al lado de Rebekah ya que esta dijo que no me dejaria sola en ningún momento y estaría conmigo porque soy su familia. La segunda fué cuándo entré a la habitación de Klaus y encontré varios dibujos y pinturas mías, vi algunos papeles con su letra y no pude con el dolor de no tenerlo conmigo.

Escuchamos la voz de Tyler diciendo que no sabe dónde está Care y luego un cuerpo caer al suelo por lo que ambas salimos de la casa rápidamente, vemos al híbrido en el suelo pero a nadie alrededor hasta que unos hombres se acercan a nosotras y nos inyectan unas jeringas en el cuello que deben tener verbena y mata lobos ya que comienzo a sentirme muy debil y mareada hasta que caigo al suelo

[...]

—¿Me pasas la sal?—Pregunta Klaus, quién está parado justo frente a mi observandome con una gran sonrisa, lleva puesta la ropa con la que lo vi por última vez pero ya no luce preocupado cómo en ese momento, luce radiante

—Claro—Abro la puerta del mueble y le paso el pequeño frasquito, el cuál sacude sobre la comida que está preparando y que huele completamente deliciosa