98 |El hombre que amo|

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Skylar 

—¿Por qué haces esto?—Pregunta harta Elena luego de un rato viendo cómo Alaric se divierte torturandome una y otra vez, en algunos momentos clava cosas en mis manos o me rocía con mata lobos en el rostro

—Me necesitas—Dice obvio—Porque tienes 18 años y no tienes ni padres ni guía ni un sentido del bien y el mal

—¿Y tú si? ¿Esto te parece bien?

—Ella ha matado—Se defiende—Me dijo que mató a seis personas y que le gustó, ¿Esó te parece bien?—No debí decirle nada, debí incendearlo vivo, si hubiera hecho eso ahora estaría bien y no me dolería hasta respirar—Escucha, tus padres dirigían el consejo, la misión de su vida era salvar este pueblo, seis meses después de su muerte tu arruinaste todo

—¡Tu no sabes nada de ellos!—Exclama molesta

—¿En serio crees que estarían orgullosos?—La tristeza en su mirada me hace sentir mal, Alaric se pasó—Si no estás con los humanos también eres cómo ellos, ahora matala y cuándo despierte terminarás el trabajo—Ordena pero ella me mira indecisa—¡Hazlo! ¡Ni siquiera es tu amiga! Trató de matarte y a tu hermano, ¿O ya lo olvidaste? Ella y Klaus casi hacen que maten a Jeremy, si no me hubiera puesto frente al auto tu hermano estaría muerto, Damon escuchó su conversación fuera de la casa ese día y me contó, ella consideró eso una advertencia y se enamoró del hombre que mató a Jenna—La mirada de Elena se endurece y eso me asusta porque las palabras de Alaric me hacen quedar cómo la mala—Si la matas, tu y Jeremy estarán a salvo—Al contrario de todo lo que esperaba, Elena toma la estaca y se dirige a mi, la posiciona en mi corazón pero antes de poder hacerlo, vemos una sombra pasar por la puerta—Quédense aquí

Alaric Sale del salón y escucho sus pasos resonar en el pasillo, luego las voces de Damon y Stefan pidiendo que les devuelva a Elena.

—Sky—La voz de Rebekah me saca de mi sufrimiento, veo cómo corre hacia mi para luego arrancar los lápices de mis manos y liberarme, mira a Elena unos cuantos segundos con ganas de arrancarle la cabeza y supongo que es porque sabe que iba a matarme pero parece decidir que no vale la pena ya que vuelve a verme—Corre tan rápido cómo puedas—Me dice y yo asiento antes de correr por los pasillos tanto cómo puedo, lo cuál no es demasiado porque mis heridas recién se estan curando y aún me siento mareada, siento cómo Alaric cubre mi boca con su mano y me sujeta por lo que trato de luchar

—Tranquila—No es Alaric, es Klaus—Tranquila soy yo—Su voz suena cómo música para mis oídos justo ahora, no sabía cuanto lo necesitaba hasta ahora—Estás a salvo—Dice soltandome levemente al ver que dejé de luchar—Ve con Rebekah a casa y espérame ahí, ¿Entendiste?—No respondo porque no pienso dejarlo solo sabiendo que Alaric podría matarlo, por lo que me gira con brusquedad y me obliga a verlo a los ojos, los cuales reflejan miedo y desesperación—¿Si me escuchaste?

—No te voy a dejar—Digo seria—Tiene roble blanco... No puedo perderte

—Y yo no puedo perderte—Murmura acariciando mi mejilla, la cuál aún está mojada por todo lo que lloré—Estaré bien—Klaus desaparece a velocidad vampírica al mismo tiempo que Bekah se acerca a mi para que nos podamos ir a casa

[...]

Termino de colocarme la ropa limpia para luego quitar la toalla que tengo en el cabello para que este no gotee, cuándo llegué a la casa de Klaus, me di cuenta de que estaba toda cubierta de sangre así que decidí que lo mejor para tratar de dejar de pensar en la tortura que acabo de vivir y en que la vida de mi novio y sus hermanos corre peligro sería darme una relajante ducha.

Bajo las escaleras y veo a una Elena casi inconsciente ya que le están extrayendo sangre de su cuerpo mientras que los híbridos de Klaus se llevan prácticamente todas las cosas de la casa

𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora