Los días de Draco Malfoy solían ser tranquilos, se despertaba solo en su enorme casa blanca en el norte de Ámsterdam, se preparaba un café negro mientras leía las noticias más importantes del Profeta y luego se dirigía hacia el hermoso y gran patio a beber su energética bebida mientras disfrutaba de la gran soledad que lo rodeaba
Todas las mañanas eran iguales, hasta que su marca tenebrosa emanaba un calor molesto el cual le indicaba que tenía que dirigirse hacia la gran mansión del Lord para realizar su tarea del día a día
Malfoy no sabría decir muy bien en donde se encontraba esa gran casa en la que predominaba la madera y un fuerte hedor a descomposición. La realidad es que una vez que la marca se hinchaba en su brazo, el se transportaba directamente a un lugar el cual no tenía salida. La única manera de regresar a Ámsterdam era mediante transportación, por lo que alegraba que Cassie le hubiera enseñado ese truco
El lugar siempre estaba lleno de varios mortifagos de diferentes edades, cada uno tenía asignada una tarea a la cual no la comentaban con ningún otro miembro. Cada uno se encargaba de hacer lo suyo y si sobrevivían el día regresaban a sus casas para luego de unas horas volver y hacer lo mismo una y otra vez, día tras día
Draco no sabía a qué se dedicaban los demás ni que tan difíciles o peligrosos eran sus trabajos ya que él pasaba todas sus horas encerrado en el gran cuarto vidriado, observando cada movimiento de Dumbledore y los miembros de la Orden que se encontraban dentro de Hogwarts, ya que cada día tenía que dar un informe detallado de todas sus conversaciones. Claro que eso solo lo realizaba en un 10% de sus largas horas en la mansión, la mayoría del tiempo lo pasaba siguiendo a Cassie y sus amigos, viéndola y recordando lo que era tener una vida "normal"
El se había ido de Hogwarts todavía sintiendo un poco de odio y resentimiento hacia su ex novia, pero al observarla cada día lo único que hacía era recordar los increíbles momentos que ellos habían tenido juntos y todos lo que podría seguir teniendo en estos momentos. Seguía siendo controlado por Voldemort, a veces cuando hablaba con Cassie por medio de ese viejo papel hechizado lo único que quería era rodearla en sus brazos y besarla, pero como si el Lord leyera sus pensamientos automáticamente su mente se llenaba de malos recuerdos, dolor e imágenes de diferentes torturas hacia su madre Narcisa
Claro que está no era para nada la vida que quería Draco, pero toda esta primera semana no había sido nada comparado con las anteriores reuniones a las que asistía cuando seguía siendo un estudiante de Hogwarts. Al irse por su propia voluntad del colegio las cosas cambiaron, su madre seguía siendo una prisionera pero ahora se encontraba encerrada en una de las tantas habitaciones de la gran mansión. Draco asistía constantemente a duros entrenamientos en los cuales le enseñaban a perfeccionar sus maleficios, claro cuando podía perderse una observación del cuarto vidriado, pero ya nadie lo golpeaba ni torturaba, no tenía contacto con el Lord y ni siquiera nadie le dirigía la palabra. Voldemort había tomado esta llegada como algo muy importante, creía que por fin Malfoy dejaba de resistirse y aceptaba su vida de mortifago como debía ser. Solamente creía
La realidad es que nunca se había sentido tan cerca de Hogwarts y de sus seres queridos como ahora. Ver lo que hacían constantemente Cassie y Zabini lo hacían sentirse en casa. Cuando ellos reían, el reía, vivía celebrando los ingeniosos comentarios de su amigo y siempre veía los entrenamientos de Moody en donde los alentaba como si estuviera presenciando un partido de Quidditch. Sin dudas que sus raíces no se habían marchado ni menos sus valores, mientras más creía Voldemort que estaba cerca de que Malfoy cumpliera su misión, en realidad más lejos lo estaba
–Como está mi sobrino?–preguntó Bellatrix soltando una gran risa mientras se acercaba hacia Draco, el cual decidió ignorarla y continuó practicando Crucio con una araña.–Veo que estas perfeccionando tu tortura... mañana la realizarás con una persona de verdad y no con un estupido bicho como un bebé de cinco años–dijo muy satisfecha y hasta un poco orgullosa del familiar que tenía enfrente.–Le diré a nuestro Lord que estás mejorando, a lo mejor decida dar por finalizo su plan para reemplazarte...–
Malfoy dejó de mover su varita y la miró fijamente–Que mierda?–preguntó sin saber si lo decía simplemente para molestarlo o en verdad
Bellatrix mostró una gran sonrisa y se acercó todavía más a él, tanto que con tan solo estirar un poco su brazo logró acariciar el pelo de Malfoy–No te enteraste?–simuló sorpresa.–Después de todo lo que hiciste por nosotros el Lord comenzó a confiar demasiado en vos, recuperó la fe que muchos nunca tuvimos. Eras un caso perdido muchacho si no fuera por tu... destino... te hubiéramos torturado hasta la muerte múltiples veces–una perversa mirada se apoderó de los ojos de Bellatrix, Draco trago fuertemente su saliva lo que sirvió de pie para que continuara hablando.–Sin embargo piensa que no estás listo para matar a esa estupida chiquilla Cassiopeia Eldritch, él confía en vos pero sigue con sus dudas... qué pasa si llega el día y decides no hacerlo?–levantó su varita lentamente y con fuerza apoyo su punta en el cuello de Draco.–Hablando entre sobrino y tia... no lo harás verdad?–hizo un pequeño mueca de tristeza con sus labios.– Llegará el maldito momento y no vas a tener los huevos suficientes para atravesar esa hermosa daga por su garganta no?–apretó con fuerza la entrepierna de Malfoy.–No vas a tolerar ver correr la sangre de tu amada por tus manos... no vas a poder observar su mirada vacía y su cuerpo que cada vez parece más blando con cada gota y gota que va a ir perdiendo–lo observó fijamente a sus ojos.–No vas a poder dejarla sola en un solitario bosque mientras agoniza verdad?–
Con cada palabra que escuchaba la respiración de Draco se aceleraba con violencia, cada vez que Bellatrix decía una nueva frase tenía ganas de sacar su varita y practicar con ella el maleficio Crucio hasta el cansancio, hasta que ella no pudiera más y se volviera más loca que sus victimas, los padres de Longbottom. Pero al hacerlo todo lo que su tía estaba diciendo sería verdad
–Si el Lord necesita que la mate para ganar la guerra, la matare–respondió Draco tratando de mantener la calma mientras apretaba con fuerza sus dientes
–NO TE CREO–grito clavando con más fuerza su varita en el blanco cuello de Malfoy.–NO TE CREOOO–soltó una gran risa nerviosa, estaba disfrutando esto, Draco no tenía ni una duda de esto.–NADIE TE CREE QUE DE UN MALDITO DÍA PARA EL OTRO POR FIN TE ENTREGASTE A NOSOTROS DESPUÉS DE MESES DE RESISTIRTE–
–Y SI NO TENGO OPCIÓN–grito Malfoy sin saber si había utilizado las palabras correctas.–NO TENGO NI UNA PUTA OPCIÓN EN COMPARACIÓN CON VOS SADICA DE MIERDA QUE DISFRUTAS HASTA TORTURAR A TU HERMANA, ME DAS ASC...–se calló rápidamente ya que Bellatrix se separó bruscamente de él y se alejó considerablemente, mientras se reía como una maldita desquiciada. Malfoy agarró su varita con fuerza por si tenía que realizar un contrahechizo
–Sadica... ahora que lo dices, sabes quien también es una sadica que disfruta torturar gente?–preguntó recuperando la poca cordura que le quedaba.–La nueva arma de nuestro Lord, o mejor conocida como tu reemplazo... está desde hace tiempo esperando su señal para atacar y dado que sos un puto cobarde como tu padre tendremos que usarla–sin decir más se alejó tarareando una molesta canción.–Siéntate y disfruta del espectáculo que tu provocaste querido sobrino–
ESTÁS LEYENDO
The legend | Draco Malfoy
FanfictionUna leyenda forma parte de su destino. "Dos personas se encontrarán, el blanco y negro serán. La paz al mundo mágico traerán" y por culpa de eso toda su vida cambiará Cassiopeia Eldritch tendrá que transferirse a los 16 años al colegio de Magia y H...