102. Academia Mágica Beauxbatons

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𝐌𝐢𝐧𝐝 𝐈𝐬 𝐀 𝐏𝐫𝐢𝐬𝐢𝐨𝐧– 𝐀𝐥𝐞𝐜 𝐁𝐞𝐧𝐣𝐚𝐦𝐢𝐧

–Nada, no estoy ocultando nada–dijo muy seriamente.–No tenemos que perder más tiempo, hay que estudiar–soltó saliendo bruscamente de la cocina, provocando que Cassie y Hermione se lanzaran miradas para nada convencidas de las palabras de su amigo

Pero Harry tenía razón, estaban demasiado atrasados y si querían pasar al último año de Hogwarts tenian que dejar atrás cualquier pensamiento fuera del estudio en el olvido, y ponerse las pilas

Fueron semanas duras, semanas en las cuales no dejaron de leer ni practicar magia ni un segundo. La familia Weasley se había ido de vacaciones a la casa de Charlie, por lo que los cinco amigos se instalaron por todo ese tiempo en la madriguera y no dejaron de aprender hasta que sintieron que sus cerebros se iban desintegrando como si cada información nueva que ingresaba fuera una pequeña dosis de ácido

Hasta que por fin llego el gran día. Minerva les había enviado a los estudiantes un traslador para llegar en el horario perfecto a la Academia Mágica Beauxbatons, todos se sentían completamente listos la noche antes por lo que comieron y se acostaron demasiado temprano, todos excepto Cassie

Ella sentía que tenía un gran nudo en su panza, el cual le impedía alimentarse y menos calmar los absurdos pensamientos que corrían por su mente. Eran las tres de la mañana y se encontraba sentada en la cocina, observando dos objetos que se encontraban en la mesa frente a ella

Un viejo y sucio zapato, elemento el cual les iba a permitir transladarse. La emoción por volver a su querida academia surgía de a poco llenándola de picos de emoción y alegría, sin embargo el transporte convertía esos hermosos sentimientos en puros pensamientos oscuros. Nunca olvidaría ese hermoso collar que Draco le había regalado el dia de la batalla, como ella se alegró por ese gran gesto el cual terminó siendo solamente un objeto el cual la llevaría a su muerte

Las diez cartas de Malfoy, era el otro objeto que se encontraba al frente de ella. Las mismas estaban intactas, apiladas y envueltas con una soga marrón. Por un momento comenzó a pensar. Por qué nunca las había abierto? Acaso no quería ver simples disculpas y lamentos que no significaban nada para ella o temía ver algo que cambiaría todo?

Su vida a pesar de que había perdido a su gran amor por fin estaba tranquila y normal como cuando vivía en Francia. Estos meses conviviendo que sus amigos, a pesar de tener que estudiar, Cassie los podría catalogar como los mejores de su vida, absolutamente todas las preocupaciones y responsabilidades que tenia al empezar su año habian desaparecido por completo, por primera vez en mucho tiempo con sus amigos eran simples adolescentes los cuales disfrutan de cosas simples, se reían constantemente y disfrutaban la compañía del otro sin nada porque afligirse

A ese estado de serenidad Cassie no quería perderlo nunca más, sin embargo ahora reflexionando sabía que su corazón seguía pesando la separación con su alma gemela. Leer que tenia para decir Draco no podría ni aumentar ni disminuir ese constante dolor que sentía, por lo que decidida con nervios desató las diez cartas y comenzó a leerlas una por una

Cassiopeia no sabía qué esperaba que las mismas contendieran, sin embargo se sorprendió a leer que Draco utilizaba las cartas como si fuera un diario personal. En ellas documentaba todo lo que había estado haciendo en el último tiempo, inquietudes e ideas aisladas

Por un momento Cassie pensó en Blaise Zabini. Draco había perdido a sus dos mejores amigos, a las dos únicas personas a las cuales tenía para contarles su día a día. Su corazón se amargó al pensar qué tal vez esta era su manera de no sentirse tan solo en el mundo

The legend | Draco Malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora