The legend | Draco Malfoy

39. Piedad

Cassie se encontraba sentada en el escritorio de Dumbledore, cubierta de sangre, lágrimas y con la mirada perdida, a la par de Harry Potter 

En su mente se repetía una y otra vez el momento en el que Draco de repente hizo una gran inspiración y sus ojos se abrieron de golpe. Cuando su corazón volvió a latir Snape pudo darle la poción y ahora se encontraba trabajando junto con Madam Pomfrey ya que por una razón desconocida él parecía ser la única persona que sabía realmente como tratar ese hechizo

Dumbledore los había dejado a ambos solos en su oficina ya que rápidamente tuvo que dirigirse a ver cómo se encontraba Draco, habían muchas cosas en juego y Harry lo sabía

En cuanto las puertas del lugar se cerraron, Potter volteó para mirar a Cassie–Bueno, que vamos a decirle a Dumbledore–dijo moviendo frenéticamente su pierna, seguia un poco shockeado por lo que había causado y se encontraba demasiado ansioso, sabía que estos eran efectos de la gran adrenalina que sentía ya que lo único que pensaba su cabeza era en cómo safar de esta. Todas las veces que la habia cagado siempre sus acciones eran recompensadas con buenas cosas para el mundo mágico, como las mil veces que se enfrentó a Voldemort y pudo detener sus ataques por al menos un tiempo, pero ahora solo había hecho cosas malas. Su cabeza trabajaba a mil pero no tenía ni idea de como salvarse de esta. No podía volver al número cuatro de Privet Drive, simplemente no podía

Cassie lo observó con nada más que desagrado, ella también seguia sin poder creer lo que había pasado, el Gran Harry Potter había provocado hasta el cansancio a Draco Malfoy y luego había intentado matarlo, lo único que quería hacer en estos momentos era pegarle una gran piña

Desde que había llegado a Hogwarts, Harry solamente se mostró desagradable con ella y agresivo con los demás, ella nunca creyó que él era así pero hoy claramente se había dado cuenta que la mayoría de la gente no conoce ni siquiera un poco a Potter, sin embargo sentía una extraña sensación en su interior, no podía creer como este chico que se encontraba sentado a su par era la misma persona que hace unas horas atrás se había sincerado y mostrado su dolor con ella. En un abrir y cerrar de ojos todo había cambiado y ahora simplemente quería que el pague por todo lo que había hecho y más

–Que le vamos a decir?–hablo ella mirando hacia el frente, ni siquiera quería observar su estupida cara.–Vos le vas a contar absolutamente todo lo que sucedió a Dumbledore, desde que quisiste ir a asesinar a mortifagos hasta que LO TERMINASTE HACIENDO–grito enfadada ahora sí observándolo con odio

–Draco no murió–quiso defenderse pero rápidamente se arrepintió de sus palabras

–Si porque estuvimos SNAPE Y YO–lo observó más que enfadada.–Querías matar gente Harry no me lo niegues y lo peor es que terminaste intentándolo con Draco! ambos vimos como volvió de esa maldita reunión... lo provocaste hasta el cansancio... no se si lo hiciste para enfadarte todavía más con él y no tenerle piedad o...–Harry rápidamente la interrumpió

–Cassie no puedo creerlo, en serio pensas que lo hice de gusto?–la observó más que sorprendido y con los ojos muy abiertos.–Fue un accidente... te juro que él se estaba acercando a mi y yo rápidamente dije lo primero que se me cruzó por la mente... no pensé en lo que estaba haciendo Cassie por favor, yo no quería matarlo te lo juro, no quería hacerlo–se acercó hacia ella y quiso agarrar de su mano pero Eldritch rápidamente se levantó de donde estaba sentada y se alejó de él

Harry desesperado comenzó a temblar, todo esto había sido más de lo que ya podía soportar. Cassie tenía razón, él sabía cual era ese hechizo y es verdad, simplemente las palabras salieron de su boca pero porque estaba tan enojado y dolido con toda la mierda que solamente le sucede a el. Potter quería ir a matar mortifagos, lo había dicho, quería que sintieran lo mismo que el sintió cuando mataron a Sirius, pero haciéndolo solo generó dolor a otras personas, a Cassie. Antes estaba cegado y pensaba que después de realizarlo se sentiría pleno o tal vez encontraría el pedazo de su alma que se fue cuando perdió a su padrino, pero no lo encontró, al contrario, todo se volvió más oscuro