Mi licántropo.💗🐺 Problema: mi hermano.

Porras...

Primavera. En concreto mediados de abril. Había luna llena esa noche y podía notar a Remus bastante más cansado que de normal.

-Hey, amigo -escuché a Sirius durante el desayuno-. Pareces agotado. ¿Te encuentras bien?

-Sirius tiene razón -corroboró James-. Parece que estés enfermo. ¿Necesitas ir a la enfermería?

-Estoy bien -los tranquilizó el castaño-. Solo... un poco cansado, nada más.

Noté un codo en mis costillas y me doblé de dolor.

-Bruta -murmuré fulminando con la mirada a Cristina.

-Pues presta atención, Sandra -me regañó Lily.

-¿Qué es tan interesante en la esquina de los chicos? -inquirió Alice con una sonrisa pícara en el rostro.

-¿Qué tiene que haber de interesante? -pregunte indiferente a modo de respuesta, fingiendo no saber de qué hablaba.

-Chica, te hemos visto y no quitabas el ojo del cuarteto bromas -comentó Cristina.

-No es nada, Cris -dije ya cansada del tema-. De verdad. Solo quería saber si a Sirius le había llegado alguna carta de nuestros padres o algo.

-Te preocupas demasiado por eso -habló Lily apurando su vaso de zumo-. Seguro que no ha pasado nada grave en tu casa.

-No es eso en sí lo que me preocupa -me justifiqué-. No sabéis cómo es mi madre... Al llegar las últimas vacaciones casi no dejó entrar a Sirius en casa solo por ser Gryffindor. A mí sin embargo me trató como si nada.

-Algo huele a favoritismo -murmuró Cris, llevándose una patada de Lily bajo la mesa.

-No seas tonta, seguro que Sandra no es la favorita.

-Sirius piensa que nuestra madre le tiene manía y que Regulus es el hijo favorito. Sin embargo no creo que me trate así por eso...

-¿Entonces por qué? -cuestionó Alice.

-Me gustaría no hablar de ello -dije moviendo el bacon del plato. No tenía ninguna gana de sacar ese tema. Si se lo decía a las chicas era muy probable que me trataran como si fuera de porcelana. Y no quería eso.

No pusieron objeciones y cambiamos de tema hasta que llegó la hora de ir a clase. Viernes... Buen día para una luna llena, porque se podía descansar durante el fin de semana.

Pasamos las clases normales y fue la primera vez que Remus se durmió en Historia de la Magia. Tomé apuntes para luego pasárselo, pero fue un gran esfuerzo no dormirme con la voz del profesor Binns.

Al final del día, cuando empezaba a anochecer, acompañé a Remus hasta cierta distancia del Sauce Boxeador. Nos despedimos y volví de nuevo a la Sala Común pero, al llegar al salón, una voz me sobresaltó.

-¿Dónde has ido? -Me giré sobresaltada al escuchar la voz de Sirius. Vi su figura salir de una esquina oscura.

-No me asustes de esa manera -dije poniendo una mano sobre mi pecho intentando calmar mi respiración.

-No me has contestado. ¿A dónde has ido?

Porras... ¿Qué podía hacer? No se me ocurrían escusas nuevas o que tuvieran coherencia. La biblioteca llevaba dos horas cerrada, Filch había empezado su ronda nocturna hacía media hora... La otra opción era decirle la verdad, pero no podía decirle el secreto de Remus.

-Yo... No... He ido a...

-Sabes que no estás diciendo nada, ¿verdad? -preguntó.

Suspiré. No tenía más remedio que contarle la verdad. O al menos parte...