Vacaciones.

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La luna llena me ha afectado más de lo pensado. Estoy fatal. Iré por la tarde. Tengo ganas de verte.
Remus.

Esta fue la carta que recibí de Remus el día que nos tocaba ir a ambos a casa de James.

La noche anterior hubo luna llena y parece que Remus lo había pasado mal.

Me hice una trenza que me caía por un lado y me vestí con una camiseta violeta de tirantes, unos shorts vaqueros y unas sandalias.

Terminé de preparar mi baúl con las cosas del siguiente curso y las necesarias para esas semanas de verano. James nos había avisado que nos bañaríamos en su piscina.

Esta vez Regulus me había dejado coger mis libros favoritos. Intenté que se quedara con los libros por los que nos solíamos pelear, pero él insistía en que me los llevara. Los acepté sonriente y los guardé en mi mochila, en la que tenía también el bañador, la toalla y las chanclas. Cuando llegara a la casa de James los guardaría en algún cajón de mi correspondiente dormitorio para esos días.

Bajé a desayunar ya arreglada y preparada. Me senté y desayuné bastante despacio.

Cuando terminé, subí a echar un último vistazo a mi baúl y mochila.

Mirando mi ropa llamaron a la puerta de mi cuarto. Di permiso para entrar y pasó Regulus. Tenía aspecto triste. Demasiado.

-¿Qué pasa Reg?

-Me da que no quieres ir con tus amigos.

-No es eso.

-¿Entonces no quieres estar conmigo?

-Yo no he dicho eso.

-Pues tardas mucho en preparar tus cosas y por las tardes te encierras en tu cuarto y solo sales cuando toca cenar. Y por las noches se que pasas despierta hasta tarde porque veo la luz por debajo de tu puerta.

-Reg...

-¿Ya no me quieres?

-Regulus Arcturus Black-. Dejé la camiseta que tenía en la mano y me acerqué para abrazar a mi hermanito. -Tengo ganas de ver a un amigo. Sobre todo a uno que lo está pasando mal. Por eso he estado tanto tiempo encerrada aquí- hice un gesto con la mano señalando la habitación, -para preguntarle cómo lo está pasando. Pero...- me arrodillé hasta quedar a su altura, -nada ni nadie cambiará mi amor por ti. Te lo prometo.

-¿De verdad?

-De verdad de la buena. Ven aquí.

Me levanté, estiré los brazos y Regulus se lanzó para abrazarme.

-¿Prometerás escribir a menudo?

-Te lo prometo pequeñajo. Venga ayúdame a bajar esto.

Terminé de organizar la ropa y, con la mochila al hombro y ayuda de Regulus, bajé el baúl hasta el salón.

-¿Lo tienes todo?- preguntaron mis padres. Asentí. -Perfecto-. Prosiguió mi madre. -Tu padre te llevará mediante la aparición.

-¿No utilizo los polvos Flú?

-No nos quedan.

Me encogí de hombros, me despedí de Regulus y mi madre y seguí a mi padre hasta el jardín. Cogió con una mano mi baúl y con la otra agarraba su varita. Me agarré a su brazo lo más fuerte que pude y sentí como si atravesara un tubo muy estrecho que me cortaba la respiración. Cerré los ojos y no los abrí hasta que noté que ese estrecho tubo desaparecía. Las piernas me temblaban y me entraban nauseas. Mi padre me tranquilizó, me tendió mi baúl, me despedí de él y desapareció.

Mi licántropo.💗🐺 Problema: mi hermano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora