La verdad?

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Me desperté y miré el reloj. Eran las 3:00am.

Aproveché para quitar la alarma pero no deshice el hechizo para que las chicas no se despertaran mientras me vestía.

Una vez vestida y peinada eran las 4:00am. así que cogí una chaqueta, un libro y fui a la torre de astronomía.

Cuando llegué aún era pronto así que me senté en la cornisa de una ventana como si fuera el alféizar de mi cuarto y empecé a leer. Sabía la altura que había hasta el suelo pero me recordaba tanto a mi casa que solo tuve que imaginarme que estaba en mi cuarto, con Reg en la biblioteca o conmigo escuchando mi lectura, Sirius haciendo el tonto y mi madre gritándole mientras mi padre repetía lo que gritaba mi madre a pleno pulmón.

Me senté, cerré los ojos, visualicé mi cuarto y a Reg en él y empecé a leer en voz alta.

Como no, el libro que había cogido era mi favorito y empecé a leerlo. Cuando estaba leyendo el baile entre la joven y el monstruo, escuché una voz.

-Lees muy bien.

Me sobresalté y casi me caí por la ventana si no llega a ser porque Remus me cogió y me colocó de pie a su lado.

-Gracias.

-Solo he dicho la verdad.

-No me refería a eso.

-Oh, ya... ¿Por qué te has sentado ahí? La caída es muy grande.

-Me recuerda al alféizar que tengo en mi cuarto.

-¿Cómo de grande es tu casa?

-¿Me has invitado a venir aquí para decirme algo o para interrogarme?- pregunté sarcástica riendo. Pero paré de reír en cuanto vi el rostro serio de Remus. -Remus...

-Tranquila...

Entonces me acordé. Como siempre, llevaba chocolate encima. Saqué una tableta de chocolate por empezar y se la ofrecí.

-Coge un poco. Te sentirás mejor.

-Gracias-. Cogió un trozo y se lo llevó a la boca.

-¿Mejor?

-Mejor.

-Bien-. Me senté en una pared y esperé a que se acercara para sentarse conmigo. -¿A qué viene tanto misterio?

-¿A qué te refieres?- preguntó extrañado.

-Venga Rem. Desde ayer intentas decirme algo y me invitas aquí a las 5 de la mañana. ¿Qué te preocupa que no quieres que los demás sepan?

-Yo.

-¿Tú? ¿Te preocupas a ti mismo?

-Si.

-¿Por qué?

Bajó la mirada hasta sus pies. Le ofrecí más chocolate y lo aceptó antes de hablar.

-Soy peligroso- dijo entre susurros casi inaudibles.

-¿Perdón?

-Soy peligroso- volvió a repetir un poco más alto para que le escuchara.

-¿Tú? ¿Peligroso?- pregunté extrañada.

-Si.

-¿Por qué ibas a ser peligroso?

Abrió la boca para decir algo, pero en lugar de una explicación dijo.

-No puedo.

-¿Cómo que no puedes?

-No puedo decirlo. Es complicado.

-Pues no le des más vueltas.

-Vale. Pero entenderé que no quieras ser mi amiga después de que lo sepas.

-¿Por qué iba a dejar de ser tu amiga?

-Porque...

Un ruido me hizo levantarme y mirar en el piso de abajo. Ahí estaba la última persona a la que habría querido ver en ese momento.

-¿Qué haces aquí?

Mi licántropo.💗🐺 Problema: mi hermano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora