¿Remus?

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Narra Sirius:

No lo entiendo. Sandra se enfada y duerme en la cama de Remus. No lo veo lógico. ¿Por qué no duerme conmigo? Al fin y al cabo soy su hermano. ¿No?

Pensando en eso me dormí. A la mañana siguiente James y Peter estaban de pie mirando la cama de Remus. ¿Qué era tan interesante? Entonces me acordé. Sandra.

Me levanté y miré la cama de mi amigo. Mi hermana estaba tumbada encima de uno de mis mejores amigos. A los dos se les caía la baba.

-¿Los despertamos?- me preguntó James en un susurro.

-Por supuesto.

No me miréis así. Solo fue una pequeña broma. Cogimos el colchón entre los tres y lo levantamos para dejarlo caer en la cama.

El problema era que estaban tan profundamente dormidos que no se despertaron. Solo se movieron y mi hermana acabó con la cara a unos centímetros de la de Remus.

Poco después, y me refiero a muy poco tiempo, Sandra abrió los ojos, miró a Remus y luego nos miró a nosotros. Se levantó de un salto.

-Remus despierta que llegaremos tarde a clase- dijo para despertarlo.

-¿Qué?- preguntó despertando de golpe e intentando levantarse rápido. Lo que hizo fue acabar en el suelo del susto que se llevó. Una vez en el suelo, miró alrededor.

-Tonto- le reprochó Sandra, -hoy no hay clase. Es sábado.

Remus se levantó desconcertado mientras nosotros reíamos del golpe que se había llevado.

Narra Sandra:

Los chicos se reían como locos del golpe que Remus se había dado contra el suelo. Yo solo solté una risita mientras mi amigo se frotaba la cabeza.

-¿Desde cuando estás aquí?- me preguntó James cuando dejó de reírse.

-Desde anoche.

-Pero no te vimos subir- comentó Peter.

-Eso es porque estabais dormidos.

-Fue idea mía que vinieras a dormir- dijo de pronto Sirius. -¿Podrás perdonarme?

-Pues claro, tonto.

Me acerqué y lo abracé. Tardó en reaccionar y corresponderme el abrazo pero lo hizo. Al fin y al cabo era mi hermano. Y no podía enfadarme con él. Remus tenía razón. Se preocupaba por mí.

-¿Nadie más tiene hambre?- preguntó Remus.

-Yo si- dijimos todos a la vez provocando risas.

-Voy al baño a cambiarme y luego os dejo a vosotros la habitación.

-¿Por qué no te cambias en tu cuarto?- preguntó James.

-No quiero someterme a un interrogatorio sobre por qué llevo la camiseta de un chico o dónde he dormido. Prefiero decirles que no podía dormir y bajé a la Sala Común.- Fue mi respuesta mientras cogía mi ropa.

-Bien pensado.

-Yo pienso en todo- dije con una sonrisa mientras entraba en el baño y cerraba la puerta.

-¿Estaba enfadada contigo?- escuché que preguntaba Peter.

-Si.- Ese era mi hermano. Le estaban interrogando sobre la noche anterior.

-¿Por qué?- Ese era James.

-Porque no sabe respetar la privacidad de su propia familia- contesté gritando para que me escucharan.

-Vaya oído.- Ese era de nuevo James. Lo dijo en susurros pero aún así lo escuché.

-Lo que yo tengo de oído- dije mientras salía ya con mi ropa, -es lo que a ti te falta de vista Potter.

Le entregué la camiseta a Remus y fui a mi cuarto.

Las chicas ya estaban despiertas y levantadas alrededor de mi cama. Cuando entré, me miraron con cara de malas pulgas.

-¿Dónde has estado?- preguntó Alice.

-En la Sala Común.

-¿Por qué?- contraatacó Carla.

-No podía dormir- respondí entre bostezos.

-¿Y por qué vas vestida?- cuestionó Lily.

-¿Querías que fuera en pijama y que me viera cualquiera?- justifiqué. Esa pregunta no la tenía pensada, de hecho improvisé mi respuesta, pero debió de sonar convincente porque no me volvieron a preguntar en todo el día.

Me peiné y cogí una sudadera amplia de mi baúl. Era de chico y Alice no lo pasó por alto.

-¿De quién es la sudadera?

-Shhh... Calla. Es de mi hermano. Se la cogí antes de irnos. Espero que no se de cuenta porque no se la pienso devolver.

Aquello si que era cierto. La mitad de mi ropa era de mi hermano. Algunas cosas eran de Sirius y otras me las había dado Reg.

Una vez listas bajamos a la Sala Común. Las chicas fueron a desayunar y yo me quedé esperando a los chicos. Cuando bajaron y salimos por el retrato, me choqué con un chico de Slytherin.

-Hola- le saludé. -Perdón por el empujón no iba mirando. ¿Eres Severus no?

-Si. Y creo que esto es tuyo.

Me tendió un libro que reconocí de inmediato y lo cogí.

-¿De dónde lo has conseguido?

-Lo he encontrado en el jardín, al pie de la torre de astronomía.

-Gracias.

-De nada.

Severus se fue, volví a subir a mi cuarto y guardé el libro debajo de la almohada.

Cuando volví a bajar Sirius me acribilló a preguntas sobre la sudadera y los pantalones que llevaba. Ambas cosas eran suyas pero no contesté ninguna de sus preguntas. Estuve ignorando todas sus preguntas sobre ese tema durante todo el día.

Al llegar la noche Remus me pidió que le leyera algo en voz alta. Le pregunté qué le gustaría.

Cuando eligió un libro, subí a mi cuarto, cogí el libro que me había pedido, contesté a las chicas que iba a estar un rato en la Sala Común y volví a bajar. Pero Remus no estaba.

Me apoyé en la pared y miré por la ventana. La luna estaba llena y era preciosa.

Volví a subir al cuarto, esquivé las pocas preguntas que las chicas me hicieron, me puse el pijama y me metí en la cama.

Mis compañeras me imitaron y al poco se durmieron una a una. Yo me quedé dando vueltas en la cama.

¿Por qué Remus me pediría que le leyera algo y luego habría desaparecido sin dar explicaciones? Pensando en eso me dormí tras escuchar el aullido de un lobo.

Mi licántropo.💗🐺 Problema: mi hermano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora