Mi licántropo.💗🐺 Problema: mi hermano.

Solución o problemas?

(Sigue narrando Remus)

Me asomé por el hombro de Sirius y vi a Sandra tosiendo con la cabeza sobre las manos de Peter. Intenté acercarme pero Sirius me paró.

-Ya has hecho bastante.

Fue lo único que me dijo antes de arrodillarse al lado de su hermana.

Sandra sonreía ligeramente a los chicos, pero cuando me miró su sonrisa se borró.

No dije nada. No hice nada salvo agachar la cabeza, coger mi toalla, ponérmela por encima para secarme y entrar en la casa para sentarme en el sofá.

-¿Ya habéis terminado de bañaros?- me preguntó la madre de James. No le contesté. Ni siquiera la miré. -Ten-. Me ofreció un cojín. La miré desconcertado. -Para desafogarte.

Cogí el cojín y en cuanto la mujer se fue no supe que hacer. Todo en mí se bloqueó.

Narra Sandra:

No sabía dónde estaba ni cómo había conseguido despertar, pero lo hice.. Noté algo que me obstruía la garganta y me incorporé para empezar a toser.

Volví a apoyar la cabeza pero la noté más alta. Abrí los ojos y vi a Peter que me agarraba la cabeza, a James a mi lado y cómo Sirius se acercaba desde el bordillo de la piscina.

James y Peter sonreían y Sirius me miraba algo preocupado. Le sonreí para relajarle y le devolví la sonrisa a mis amigos. Entonces me di cuenta de que Remus no estaba a mi lado.

Lo busqué con la mirada y lo encontré, de pié, en el borde del agua, paralizado, sin moverse ni hablar.

No se por qué pero mi sonrisa se disolvió. Quería tranquilizar aquellos ojos que me miraban preocupados.

Ninguno dijimos nada. Al rato Remus agachó la cabeza, cogió su toalla, se la puso por encima y se adentró en la casa.

-Remus...- susurré. No quería que nadie más que él me escuchara. Pero fue inútil. Intenté levantarme pero Sirius me puso una mano en el hombro para que me volviera a tumbar. Me dolía todo.

-Tengo frío- conseguí decir lo suficientemente alto para que me escucharan.

Peter no se movió, Sirius cogió su toalla y con la ayuda de su mejor amigo me la pusieron a modo de manta.

-¿Cómo te encuentras?- me preguntó Peter.

-Bien... Supongo. Ayudadme a levantarme.

Ninguno rechistó. Me cogieron de los brazos y me levantaron. No dije nada sino que entré en la casa. La señora Potter estaba en la cocina preparando la cena.

-Hola- nos saludó. -¿Ya habéis terminado de bañaros?

-Si- contesté. -¿Sabe dónde está Remus?

-Está en el sofá.

-¿Crees que es buena idea?- me susurró Sirius al oído cuando vimos a Remus. Estaba sentado en un sofá hecho girones. Parecía que un gato se hubiera afilado las uñas en ese pobre sofá.

-Si. Dadme unos minutos. Se lo que hay que hacer.

No dijeron nada. Subieron a su cuarto. Sirius se quedó en las escaleras espiando. Me percaté de su presencia así que le dirigí una mirada tranquilizadora que hizo que subiera las escaleras con los chicos.

Me acerqué al sofá lentamente, con la toalla de Sirius aún por encima.

-¿Puedo sentarme?- pregunté tranquila con mi máxima suavidad. Asintió y me senté a su lado con precaución.