Me desperté temprano. Había dicho a las chicas de que madrugaría para ir a leer un poco a la biblioteca antes de ir a desayunar. Me desperté con el primer rayo de sol que me dio en la cara. El cielo aún estaba oscuro.
Corrí un poco la cortina de la ventana y miré al cielo. Aún se veía un poco la luna, pero debería de disiparse al poco rato.
Me vestí con un chándal y una camiseta de manga corta con una sudadera y la capa del uniforme encima. Me recogí el pelo en una coleta alta y salí con hacer ruido hacia los terrenos del colegio.
Estuve buscando durante mucho rato el árbol que había mencionado Remus el día anterior hasta que vi un gran árbol que se movía, no solo por el viento. Me acerqué y confirmé que ese era el Sauce Boxeador cuando una de sus ramas se movió y se acercó a donde estaba intentando golpearme. Estaba a cierta distancia, por lo que solo tuve que dar unos pasos atrás para evitar el impacto.
Miré hacia las raíces y vi un agujero entre ellas.
Esperé un rato hasta que vi algo moverse en el agujero de las raíces del árbol. Cuando pude verlo mejor me acerqué rápido y con cuidado y entré en el hueco de las raíces.
-¿Qué haces aquí? -preguntó un Remus confuso agarrando su brazo.
-He venido a ayudarte. Déjame ver.
Aparté la mano que tenía en su brazo y me llevé la mano a la boca. Un gran arañazo le llegaba desde la mitad del brazo hasta el codo.
-He sufrido cosas peores, tranquila.
-Eso no me tranquiliza. Vamos a la enfermería.
Apenas se tenía en pie así que pasé uno de sus brazos sobre mis hombros y lo ayudé a salir de las raíces sin que el árbol nos golpeara.
Cuando estuvimos a una distancia prudente de las ramas que intentaban golpearnos me quité la capa y la usé para tapar a Remus. No llevaba camiseta y sus pantalones estaban destrozados.
-Remus, tienes que ir a la enfermería.
-No... no hace falta.
-Estás herido y casi sin ropa.
-No...
-Remus, necesitas ayuda. Déjame ayudarte, por favor.
Me miró asustado. Le sonreí y asintió no muy convencido.
-Vamos a que te mire Madame Pomfrey...
-No le digas nada a los chicos, por favor -me interrumpió mientras andábamos hacia el castillo.
-Estás bien. Si no quieres que les diga nada, no les diré una palabra. Te lo prometo.
Llegamos a la enfermería y Pomfrey lo atendió. Al parecer estaba esperando a Remus porque ya estaba despierta y levantada preparando una camilla cuando llegamos.
Dejé a Remus y fui a desayunar. Me senté con las chicas y estuvimos hablando durante todo el desayuno, pero no presté mucha atención. No dejaba de pensar en Remus que estaba en la enfermería.
Desayuné rápido para volver a la enfermería con unas magdalenas y unos trozos de bizcocho de chocolate en el bolsillo de la túnica.
-¿A dónde vas? -me preguntó Sirius al ver que me levantaba antes que los demás.
-A estudiar -contesté.
-Pero si acabamos de empezar el curso -objetó Peter.
-No me gusta dejar las cosas para el último día. -Era cierto. Como Sirius lo sabía, se encogió de hombros y siguió desayunando.
-¿Sabes algo de Remus? -escuché que preguntaba James-. No lo vemos desde anoche.
-Se pasó leyendo hasta tarde en la sala común. Lo he visto esta mañana al bajar. Le he acompañado a la biblioteca a devolver un libro y ha dicho que subía a dormir un poco a la habitación.
Los tres se encogieron de hombros y siguieron desayunando. Suspiré aliviada. No siempre se me había dado bien mentir del todo, pero parecía haber funcionado.
Fui corriendo a la enfermería. Remus estaba con el brazo vendado y tomando una poción que le entregaba Madame Pomfrey. Por la expresión de su cara no debía tener un sabor agradable.
Me acerqué y me senté a su lado mientras la enfermera entraba en su despacho cerrando la puerta tras ella.
-¿Cómo te encentras? -pregunté.
-Bueno... No muy bien, eso está claro. Pero mejor que antes, gracias.
-Toma. -Al comprobar que Pomfrey no miraba saqué la comida del bolsillo y se la entregué a Remus.- Deduje que tendrías hambre.
-Gracias.
Cogió un trozo de bizcocho y le dio un mordisco. Me di el capricho de comer una magdalena que había cogido mientras Remus devoraba el pastel de chocolate.
Al terminar de comerme la magdalena, miré a Remus y me eché a reír.
-¿Qué paha? -preguntó con la boca llena de bizcocho.
-Tienes toda la cara llena de chocolate -dije entre risas. Se pasó la mano por la zona de la boca y se miró los dedos manchados de chocolate. Había sido precavida de coger también un par de servilletas, así que saqué una y se la tendí para que se limpiara.
-¿Queda algo? -preguntó. Le quedaba una mancha al lado de la comisura de los labios.
-Sí. Déjame... -Cogí la servilleta y le limpié la mancha.
-Gracias -murmuró cuando le limpié los restos de chocolate que tenía en la cara.
-Sigo pensando que deberías decírselo a los chicos -solté después de un rato.
-Estás loca -exclamó.
-No, qué va. Lo entenderán.
-No lo creo...
-Son tus amigos.
-Dejarán de serlo cuando lo sepan.
-Remus -dije con voz firme. Me miró a los ojos atento-. Te juro por mi vida que seguirán siendo tus amigos.
-Pero...
-Déjame terminar -lo interrumpí-. Eres increíble y una gran persona. Esto no fue culpa tuya y si lo chicos no te vuelven a dirigir la palabra en cuanto lo sepan me haré responsable después de gritarles tan fuerte que lo escuchen desde Hogsmade y perseguirlos por todo el castillo por dejarte de lado, porque se pierden estar con una gran persona. Y, si no te dirigen la palabra, ni se dignan a mirarte, ni nada... Yo me haré responsable si entras en depresión. Y te ayudaré en todo lo que pueda.
-¿Ya puedo hablar? -preguntó. Asentí-. Me alegra que sepas sobre mi condición y... gracias por haber ido a por mí.
-Para eso están los amigos, Rem.
Me acerqué y lo abracé con cuidado de no hacerle daño. Seguimos hablando y él desayunando. Cuando terminó recogí las cosas y las guardé de nuevo en los bolsillos de la túnica para tirarlos en otro momento.
Los chicos tenían que saber que su amigo era un licántropo... Pero Remus confiaba en mí...
Cumplí la promesa que había hecho a mi mejor amigo de no decir nada a los chicos. Respetaba su decisión. Igual que él respetaba la mía de no decir nada de mi adopción a Sirius...
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Mi licántropo.💗🐺 Problema: mi hermano.
FanfictionMi nombre es Sandra y soy la hermana gemela de Sirius Black, el famoso mujeriego de Gryffindor. Me llevo genial con mi hermano pequeño Regulus, aunque no tanto con James Potter, el mejor amigo de Sirius. Pero hay un chico especial que es mi mejor am...