Conociendo gente.

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-¡¡¡CHICOS ARRIBA!!! ¡¡¡TENEMOS QUE IR AL CALLEJÓN DIAGÓN A POR VUESTRAS COSAS!!!

Esos gritos, son de mi madre. Siempre nos despierta así por lo que estoy acostumbrada. Entró en mi cuarto la levantarme pero, yo estaba en la biblioteca, vestida, peinada, con una mochila preparada y leyendo uno de mis libros favoritos: El Señor De Los Anillos.

Me encantaban esas criaturas tan, misteriosas como los hombres, tan hermosas como los elfos y tan peculiares como Golum. Golum era el personaje favorito de Sirius. Sabía que Reg y yo habíamos leído ese libro varias veces, incluso peleamos por él, y también sabía que a Reg le daba miedo esa criatura, por lo que, cuando le pillaba, solo y por sorpresa, se acercaba sigilosamente y le decía "Golum, Golum..." como si estuviera a punto de vomitar, igual que la criatura, lo que asustaba a Reg y venía corriendo y apunto de llorar hasta mis brazos o los de nuestra madre.

Estaba en la biblioteca leyendo el encuentro de los jóvenes Hobbits con la criatura, cuando mi madre abrió la puerta de golpe sobresaltándome, aunque estaba acostumbrada a sus gritos y portazos.

-Conque estás aquí- dijo al verme tan tranquila leyendo. Luego reparó en que estaba lista para irnos y cambió la cara. -Ayúdame a despertar a Sirius.

Asentí, cerré el libro y fui al cuarto de Sirius. Entré y lo encontré tirado en la cama en una postura bastante incómoda y babeando.

-Sirius despierta.

-Cinco minutitos más por favor.

Siempre igual. Eran las 10:00 de la mañana y nuestra madre nos había dicho que quería estar de vuelta en casa para la hora de comer. Entonces se me ocurrió, la idea perfecta para hacer que se levantara.

-Sirius, mamá lleva media hora gritando. Y dice que si no vamos hoy al Callejón Diagón, no irás a Hogwarts.

Se despertó de golpe, se intentó levantar rápidamente, pero fracasó en su intento de levantarse y cayó al suelo de morros.

-¿Q-qu-qué?- empezó a preguntar desorientado.

-Venga, levántate, vístete y vamos al Callejón a por las cosas-. Lo dije tan tranquila que, cuando llegué a la puerta de su cuarto para cerrarla e irme, me giré para volver a verle ahí tirado, en el suelo, asustado por no ir a Hogwarts.

Cuando me giré, me lanzó una mirada diabólica, yo sonreí y le cerré la puerta para que se cambiara mientras iba a ver cómo iba Reg. Me sorprendió que, a diferencia de Sirius, él si que estaba vestido y preparado.

Bajamos a desayunar y esperamos a Sirius, que entró en el comedor somnoliento y despeinado.

-¿Vas a salir así?- le preguntó nuestra madre.

Agitó su varita y llegó volando un cepillo que aterrizó en la cabeza de mi hermano y empezó a peinarle. Reg y yo no parábamos de reír mientras Sirius nos mandaba miradas asesinas que nosotros ignorábamos. Cuando terminamos de desayunar, y el cepillo de peinar a Sirius, nuestra madre anunció que iríamos al Callejón Diagón con los polvos Flú.

Cogimos nuestras mochilas, nos colocamos en fila delante de la chimenea, cogimos polvos y fuimos pasando de uno en uno. Yo fui la última en pasar y, cuando salí la chimenea, situada en un lateral de una inmensa calle, perdí el equilibrio y caí sobre un chico.

-Lo siento- dijimos los dos a la vez.

Se levantó y me ayudó a levantarme. Cuando me levanté lo miré a la cara. Tenía cicatrices en el rostro, un pelo castaño y unos preciosos ojos color miel, me quedé mirando esos preciosos ojos hasta que el chico habló.

-Soy Remus Lupin. ¿Y tú?

-Sandra Black. Un placer Remus.

Antes de que pudiéramos seguir hablando, Reg llegó corriendo y me abrazó. Por detrás venía Sirius riendo tanto que pensé que le daría un infarto o se le saldrían los pulmles por la boca. Le devolví el abrazo a Reg y lancé a Sirius una mirada asesina, haciendo que se callara.

Mi licántropo.💗🐺 Problema: mi hermano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora