- Le llaman "esternón agónico".- susurraba Ben al quitarse las capas de ropa y colocarlas sobre el desgastado pechero de su oficina; mantenía una postura más serena en comparación al bosque, podía decir que era evidente había destrozado su paciencia.
Ben tomó postura y llevó sus manos a la cadera, mostraba pereza en explayarse, el discurso no sería profundo o arrebatado, mucho menos con vueltas, este señalaría directamente a mis errores, presentía de alguna forma este podría ser mi última oportunidad de hablar.
- Creí estaba vivo.- conteniendo la ira al estrujar mis manos, entrelazando mis dedos a la textura tersa de mi ropa; dolía comerme el ego, ardía bajar la cabeza, me ahogaba en rabia pese que no quería más conflictos.
- El odio no te lleva a ningún lado, contén tus manos y déjate de cosas.- abrumando de inmediato mi pulso, expandiendo mis palmas tras aquel comentario indiscreto.- deja de perder el tiempo... solo arrugas tus palabras, honor y.- sosteniendo su lengua al paladar, marcando una pausa peligrosa, de esas que sabes soltará veneno, pero algo le pasó, se detuvo justo cuando emanaría de el palabras; su mirada se re dirigió a donde estaba, su rostro era de hartazgo, figurando quizá mi presencia como intrusa a su paz, cuál insolencia para un ser de la nobleza, casi basura.- deja de estrujar tus malditas manos.
- Ben, juro pensé estaba vivo.- arremetiendo exaltada una vez más.- en el bosque, no supe reaccionar y actué mal; nunca antes había estado en tantos movimientos en tan poco tiempo...
- ¡Si no me sirves aquí, no lo harás en ningún otro lugar!; al final del día te reubicaron, te sacaron como una bolsa de desechos por la puerta trasera y ahora... te mandaron aquí... pero te equivocas si piensas seguir arruinando mi gestión.- golpeando el escritorio con coraje, despeinando y arrugando su investidura; perdía la cordura instantáneamente.
- ¡No me dejas actuar!; me mandaron a esta cueva de ratas por hacer bien mi trabajo, que no te quede ninguna maldita duda Summers.- poniéndome de pie frente al hombre en cólera.- ¡el maldito accidente de la carretera pudo prevenirse!.
- ¡Te corrieron por incompetencia!.
- ¡Defendí a mi compañero!.- soltando desesperadamente una lágrima en mis ojos, siendo incontenible el sentimiento en mi pecho.- y lo volvería a hacer, sea quien sea mi equipo de trabajo.
Ben quejó en silencio y llevó sus manos al cuello, estrujando con ira su piel; tomó control de su persona y volvió a su asiento.
- A nadie le importó tu sacrifico y ninguno recordará.- marcando con desprecio aquellas últimas palabras en su oración.- tu ex compañero de trabajo sigue en Nueva York y tú... tú estás justo frente a mí.
Me congelé de una forma terrible, sus ojos eran tan oscuros como sus palabras, había penetrado en mi cabeza su voz y rostro, desalmado, descarado...
-Hunter recibirá su sanción por no levantar aquel reporte sobre el pavimento peligroso en la carretera, pero tu, tu Rachel Reymods... cambiarás lugar con el.
- Ben, déjame conocer el lugar, estar encerrada aquí me dará...
- Primero aprende a escuchar.- interrumpiendo mi fatídico relato.- ni siquiera sabes para que te quiero aquí y ya estás causando caos en mi cabeza.- tomó aire y suspiró profundamente, daría una llamada de atención.- aprecio el esfuerzo, noto eres audaz y perspicaz, quizá, solo hemos tenido muchos inconvenientes... muy seguidos contigo; no te voy a afectar ni llamaré al departamento de policía en Nueva York, por eso estate tranquila...
- Gracias.- pronunciado a duras penas; mis labios se habían rotos por pura tristeza, mi temple helado y mi corazón destrozado.
- Ahora, por lo que queda en la tormenta, te quedarás aquí, en la comisaría.- apuntando con su índice el contexto del lugar.
Mi pecho se llenó de sentimiento, una ola de emociones trataban de cruzar por mis ojos, pero apreté el pecho y callé el dolor.
- Quiero ayudarte.- quejaba en el silencio, cabizbaja al sentir una lágrima recorrer mi rostro.
- Lo harás desde aquí.- acercando su mano derecha al frente de su escritorio, notando se compadecía de alguna forma extraña, eso si al menos era posible.- tengo que hacer unas cuantas cosas antes del fin de la tormenta; quiero termines el informe de la carretera... hasta entonces Reymods.- levantándose de su lugar con pesadez.- prométeme no habrá más problemas, ¿si?.
Abandonó su oficina y me quedé ida, meditando en repetidas ocasiones el día de hoy, el rostro de ese hombre, la niebla, el carro destrozado por la parte atrás... Ben estrujándome del hombro, arrebatándome de aquella puerta, su voz, reclamos, sus gritos; seguía cohibida por todo ello.
Quedaban cinco días de tormenta de nieve y con ello mi voluntad; tomé fuerza para salir de su oficina y me dirigí de vuelta a la bodega, había tomado mis pertenencias, así como instalado un viejo computador HP, de esos que parecen cabezas extraterrestres, monitores alargados además de ser sumamente pesados, debía concluir con el reporte del accidente antes de la noche.
Mis pupilas cansadas volteaban ya las letras, los textos cambiaban o se distorsionaban entre más los miraba, era obvio mi vista ya la tenía cansada.
Me contuve un momento y me aparté del teclado, la cabeza me era necia, no lograba concretar nada ni recrear la escena, describir los hechos... era un día donde no podría salir nada bueno de mi.
Grité internamente y pateé un tramo de pared, logrando desplazarme involuntariamente en mi asiento, azotando contra el suelo, volcando por igual mi silla y rompiendo también parte de una ruedita.
-Mierda.- gemí tras el choque al piso.
Reconocí entre el vulto de anexos aquella carpeta; me arrastré y estiré mi brazo izquierdo, tomando con sorpresa aquel compendio, sin pensarlo mucho, decidí distraerme leyéndolo.
Retomé el texto de forma rápida, dándole vuelta a la anterior entrevista; la narrativa del escrito saltaba a otro sujeto... el mismo de la carretera, inclusive detallaba exactamente el vehículo antes de estrellarlo; era una locura
"Asunto: ************ ******* ****
Investigación número: *******
North Evans
16 de noviembre de 1989Miles Zuck:
"Estaba por la carretera con esta chica ******* ****; la había recogido de su casa, eran creo las 20:40 tentativamente; saldríamos a cenar para después acostarnos, ya habíamos charlado de concretar lo nuestro, llevábamos meses saliendo pero esta sería nuestra primer ocasión juntos.
Ella quejaba que prefería volver a casa, pero le convencí por ir a cenar a De'Lu; su vibra era negativa y quejumbrosa, justo a la mitad del camino, simplemente se enojó conmigo, por lo que se bajó de mi vehículo.
Frené automáticamente y le repliqué no era buena idea hacer eso, pero necia no me hizo caso, inclusive pateo la puerta de mi carro varias veces; anexo fotografías del lado izquierdo del vehículo.
No omito manifestar, que deseo sea reparado el daño de la puerta del copiloto, así como desconocer el actual paradero de ******* ****."

ESTÁS LEYENDO
Los Enterrados
Tajemnica / ThrillerUna joven detective, es forzada a reubicarse de la gran manzana al pequeño y lejano poblado de North Evans, donde la única particularidad del sitio es el invierno eterno, así como una nula tasa de criminalidad. Pareciera que la nieve ocultara secret...