Capítulo 25: Las motivaciones

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Noté que Joel estaba apoyado cerca del Jeep, con su celular en la mano, cuando miró la ambulancia con una expresión entre horror, preocupación y asombro. Yo respiraba y me temblaban las manos, pero sobre todo sentía las lágrimas en mis mejillas. ¿Por qué pasaba esto?, ¿qué le había pasado al papá de Rick? Solo había tenido una simple tos, un segundo estaba hablando conmigo y al siguiente, estaba en camino al hospital. Joel vino hacia mí, me tomó de los hombros y rápidamente me preguntó qué había pasado. No sé cómo lo hice, pero entre sollozos —y a punto de ponerme histérica—, le expliqué lo que había ocurrido. Los dos vimos a la ambulancia, después de unos minutos y ante la mirada de algunas personas, intenté calmarme, aunque sentía que iba a darme algo. Finalmente, Joel llamó a mi padre. Él tenía que saber de esto, Joel tuvo que marcar tres veces hasta que finalmente, lo logró. Escuché a Joel maldecir en español, hasta que papá contestó, entonces le arrebaté el celular y Joel me miró confundido.

— ¡Es Jack, papá! —gemí. — ¡Algo le pasó cuando estaba conmigo en la iglesia! ¡Está en el hospital!

Michael maldijo y me dijo que fuera al hospital de inmediato. Terminé la llamada con algunas lágrimas y mocos, chorreando por mi nariz. Sentía que las piernas me temblaban, así que me senté en las escaleras. Joel se quedó conmigo hasta que tocó mi hombro, y lo miré.

—Debemos ir al hospital, reina —dijo en tono comprensivo. — Aunque es obvio, que puede estar lleno de gente

—No faltara nadie quién rece por el Padre, Joel — señalé mientras me limpiaba los mocos. —Hay que ir—le dije

Joel asintió y fuimos a hacia el Jeep.

***

El trayecto al hospital no era tan largo, pero se me hizo una eternidad, con el tránsito más o menos, movido de hoy. ¡Dios! ¿Y si es Padre se está muriendo y nosotros no sabíamos nada? Me apoyé contra la ventana y maldije. Joel estaba tranquilo pero pareció saber cómo me sentía, y entonces, recordé las palabras de Will: "Los Hombres Lobo, podemos detectar toda clase de emociones. Las emociones humanas son fáciles de olfatear"

—No debes preocuparte, reina—me consoló. — No hay que pensar en cosas negativas, Liz

Lo miré

— ¿Tú crees? —le pregunté. Respiré. —Él estaba bien, solo tosía y me estaba dando consejos...y luego...—gemí, tratando de no llorar

—Liz, tranquila —me dijo Joel, con tono tranquilizador. —Se lo que sea, que tenga, oremos para que no sea nada grave

Inhalé por la nariz y aunque, sabía que Joel solo intentaba consolarme y darme alivio, no estaba tranquila y quería ponerme a llorar.

—Está mal —murmuré. — Todo lo está—sollocé.

Joel suspiró

—Jack no es solo el Padre del pueblo, es nuestro amigo y parte de la familia—comenté.

—Sí, reina. Así es—afirmó Joel. — Y aunque seamos una familia diferente a las demás, somos una. Todos nos queremos y nos protegemos. Cada familia es diferente y no importa, de dónde seas o dónde sean tus raíces

—O sea, ¿amor y paz? — murmuré y Joel se rio

—Creo que sí, Liz —sugirió y añadió: — Por favor, Virgen de la Divina Providencia, cuida del padrecito.

— ¿Estabas rezando? — le pregunté, mirándolo

Joel hizo una mueca cómo una sonrisa

—Sí, a veces rezó. Mi abuela me enseñó y mi mamá —admitió y suspiró. —Tú sabes de mi historia, ¿cierto?

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