Capítulo 33: El gato y el ratón

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Charlotte estaba en silencio, cuando terminé de hablar. Además, del entrenamiento, le conté sobre los mensajes anónimos y sobre el Padre Jack. Hice una mueca esperando a que dijera algo; tenía una expresión entre asombro, incredulidad y preocupación. Todo eso atravesó su rostro en un momento y sus ojos me miraban cómo águila. Y sus ojos de oro resplandecieron.

—Ya se me hacía sospechoso que tuvieras un nuevo número, Élise —comentó ella.

— ¿Qué piensas? —le pregunté.

Charlotte le dio otro trago a su vino especial (el cual realmente era sangre animal en una botella de vino) y exhaló.

Je ne sais pas, Élise No lo se*—reconoció. Resopló y añadió: — He sabido que los Les Royals, son vampiros astutos y que nadie ha podido detenerlos desde hace varias décadas. No hay que subestimarlos, pero tampoco, hay que estar con la guardia baja, chére. —admitió y añadió con tono serio: — ¿Estás segura que te quieres quedar allá?

Asentí. Charlotte parecía insegura e hizo una mueca. Bebió otro poco de su copa.

—Élise, sabes lo mucho que tu hermano y yo te queremos, ¿cierto? —comentó. Asentí y ella bufó. — De todas formas, deberías venir con nosotros. Estarás a salvo con nosotros. Podremos protegerte...—indicó con firmeza y le creí.

Axel y ella formaban parte del Clan Francés y junto con ellos había muchas otras facciones de vampiros en el mundo, siendo los chicos buenos y los Les Royals, eran los chicos malos. Maldije y suspiré.

—No quiero, Charlotte, y aunque tengo miedo, no quiero dejar a mi papá ni a los chicos —admití. —Yo...pronto cumpliré dieciocho y luego veré que hacer, pero todavía hay tiempo...

—No hay tiempo, Élise —intervino Charlotte y la miré con atención.

— ¿Eh?

Ella dudó.

—Mira, tarde o temprano, tendrás que elegir que...clase de vida querrás tener para siempre y si es con ellos, los Hombres Lobo o con nosotros, los Seivias, los vampiros —declaró. — Pronto tendrás que tomar una decisión, belle soeur *cuñada* y cada paso que estés dando, debes saber hasta dónde vas a llegar. Y cómo lo veo, Élise, creo que debes buscar una alternativa —comentó y añadió: —Je suis inquiéte pour toi. *Yo estoy preocupada por ti*

Cerré y abrí los ojos un momento. Respiré y sentí dos escalofríos, antes de responder.

—Quiero ser humana unos años más, Charlotte —le confesé. —Tengo miedo y sé que estoy en peligro, no quiero dejar a nadie atrás por estar huyendo e irme a otro lugar—repuse. —Además, ¿qué pasa si se pone peor? ¿Qué ellos vienen y atacan a mi papá o mis hermanos porque me marché?—inquirí elevando la voz.

— ¿Y si el acoso empeora, Élise? — preguntó frunciendo el ceño

—Carajo —mascullé y me sentí agobiada. — No lo sé— murmuré.

Ella asintió y bebió más de su copa.

—Uhm—farfulló Charlotte y exhaló. —Ya fueron muy lejos al atacar al padre de Cleo, Élise. Y estoy segura, de que ellos son los responsables por ese avenamiento—afirmó. — ¡Mierda! Ir contra un sacerdote es un golpe muy bajo pero es normal que busquen puntos débiles y los exploten. —apuntó y empezó a morderse una uña

Hubo un pequeño silencio y suspiré.

—No quiero escapar, Charlotte—admití. —No quiero ser...una molestia pero tampoco huir y dejar todo esto atrás. No sería justo para mi familia, y aunque ustedes también, son mi familia, yo...—suspiré. —No estoy segura —murmuré

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