Capítulo 44: Resiliente

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¡Les recomiendo escuchar la canción antes de leer el capítulo y ver la imagen! ¡Representa mucho del capitulo!

Me levanté de los escalones, pero vacilé antes de seguir avanzo hacia él. Rick estaba unos cuantos metros de mí, quizás unos cuantos pasos; no estaba lejos de la casa, estaba cerca de un árbol y sus ojos miel me miraban. No había señal malicia o preocupación, sino inquietud y... ¿culpa? Tal vez, quizás se sentía como lo estaba Chad. Eso era. Rick también se sentía culpable. Escuché algunos pasos y noté la mano de mi hermano en mi hombro.

—Ustedes deben hablar, Liz —comentó él, pero quede quieta —Creo que es...necesario —me dijo y luego se alejó de mí.

Chad se iba, dejándonos a solas y eché un vistazo, mientras regresaba a la casa. Respiré y moví los dedos antes de que mis pies, avanzaban hacia Rick. Él estaba quieto, silente ante mí aunque tenía un aire decaído. Algunos rayos de luz salían de entre las nubes, y daban algo de calidez al ambiente. Pude oír mis pisadas en la tierra y el soplar del viento; el aroma de Rick era extraño, mezclado con su aroma y del sándalo.

>>> Ahora puedo oler su aroma. Su verdadero aroma <<<, pensé

Cuando estuve cerca de él, cara a cara, parecía que no se había cambiado de ropa. Sus pantalones y sudadera, estaban llenas de tierra hasta machados con algo de color más oscuros. Moví la nariz y fruncí los labios; era sangre animal, seca sobre su ropa. Tenía una expresión cansada y resopló con fuerza. Apreté los ojos y se frotó la mano por su rostro.

—Sobreviste, Lizzie...—musitó él—Lo lograste...

Tragué saliva y apreté los labios.

—Sí, eso creo...—solté con fuerza. Vacilé en mis palabras. — ¿Cómo está tu papá?

—Mejorando, pero cuando supo lo que te había pasado, se preocupó por ti...y también por mí —repuso. —Siempre se preocupa...—comentó.

—Tal vez sea estúpido preguntarte esto, pero... ¿cómo te sientes? —me preguntó en tono bajo.

Apreté los labios, y froté mi antebrazo.

—Bueno, todavía estoy procesando todo... esto. Más bien ser...lo que soy ahora. Es muy confuso, creo que es extraño porque sigo siendo yo, pero aún es algo...

— ¿Complicado? —intervino y yo asentí.

—Sí. Casi son tres días desde ocurrió todo con Bertram, pero todavía falta más. Muchos más, y sé que todos hasta yo, estamos preocupados por tu seguridad...—le expliqué preocupada.—Es mi vida, porque no sabemos si mañana, pasado maña o una semana, sea muy último día, porque todo es nuevo para mí y no estoy segura de que siga vida hasta el próximo amanecer...

—Te equivocas —me interrumpió. —Lo estarás. Sé que vivirás muchos años y serás un ser completamente fuerte.

— ¿Qué? —susurré. — ¿Cómo lo sabes? ¿Acaso...tú...?

—Sí, lo he visto pero quiero decírtelo en otra parte. Necesito decirte cosas...en privado. ¿Por favor? — agregó tenso

—Bien, pero ¿en dónde? —le pregunté inquieta

—Sígueme el paso—me explicó. Dudó un momento. —Y creo que deberías correr...muy rápido —me aseguró.

— ¿Correr? ¿Por qué no puede ser aquí? ¿O es por...? —le inquirí confundida

—No quiero hacerlo aquí —afirmó él. — No quiero que nadie escuché... Quiero decirte o más bien, necesito que hablemos sobre algo, Liz. Es importante para los dos...y necesito hacerlo. Hay cosas que tú no sabes y debes saberlo. Es algo que...debo hacer. Y te lo debo —me explicó. Tenía una expresión de preocupación.

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