Capítulo 12: En la mira

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Era lunes por la mañana, y el último lunes de enero. Estaba en mi habitación y todavía olía a mí reciente ducha. Iba a trabajar pero aún no estaba lista, porque estaba bailando. Estaba tratando de ponerme un pantalón de mezclilla, por eso me puse —sin querer—, a bailar; estaba tratando de ponérmelos. ¡Era en serio! Tenía buen ánimo esa mañana, pero en cuanto empecé a ponerme los pantalones, me di cuenta de que no entraban. Entonces, empecé a intentar que me subieran. Y en eso estaba; saltando, pateando, gimiendo y gruñendo para que los pantalones pudieran subirme.

— ¡Arg! — me quejé y me tiré boca arriba en la cama.

Y en eso, tocaron la puerta.

— ¿Elizabeth? — preguntaron. Era la voz de mi papá. — ¿Cariño, estás bien? Los demás te esperan para salir. ¿Ya terminaste?

Resoplé frustrada.

— ¿Liz? —inquirió y toco la puerta

Suspiré.

— ¡Ya voy! — contesté y me senté en la cama. — ¡Dame un momento, papá! ¡Ya bajo!

Michael suspiró, estuvo de acuerdo y se fue. Suspiré resignada y miré mi vientre. Toqué mi abdomen con un dedo para saber si era real, y ¡lo era! No pude subir el cierre ni abrochar los botones. Y con ánimo de derrota, caminé hacia el armario y busqué otra cosa. Me quité los pantalones y busqué unos leggings color violeta. Odiaba admitirlo, pero al final Will había estado en lo cierto. Había aumentado de peso y mis pantalones lo probaban.

***

El clima era fresco y agradable, mientras íbamos hacía el pueblo. Will, Ethan, Joel y yo tuvimos turno hoy. Y extrañamente, Ethan conducía hoy en la nueva/usada camioneta que papá logró comprar, finalmente. Era una Ford Explorer verde y era bastante amplia para todos. Eso me sorprendió cuando Lucas y Chad aparecieron con ella el domingo. 

—Los Murphy se mudan a Florida —me explicó Chad, con sonrisa

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—Los Murphy se mudan a Florida —me explicó Chad, con sonrisa. — Se están jubilando y no van a necesitar su camioneta y por eso la vendieron.

—Papá se enteró hace unos días, habló con el señor Murphy y logró persuadirlo para que le rebaja el precio, Liz— comentó Lucas. Se encogió en hombros. —

— ¿Es un modelo viejo? — pregunté, ese domingo.

—No, cielo — me dijo Michael, con una mueca. — No, creo pero no la van a necesitar.

Papá estaba aliviado de tener otra camioneta en la casa, y a los chicos parecían aceptar la idea aunque fue fácil ver que Ethan, no parecían contento con ella. Meneé la cabeza y dejé de pensar en Ethan, y me concentré en la música de mi celular. Tenía los audífonos puestos, porque los chicos escuchan otra cosa y yo me sentía fastidiada, además de que Will estaba en la cierto. Frotaba mis muslos con los leggings violeta. Miré a mí alrededor, por supuesto Ethan conducía con la ventanilla abajo y el brazo afuera; Joel estaba adelante hablando con él sobre algo y Ethan le respondía. De reojo miré a Will. Escribía en su celular y noté que estaba contento. Sonreí. Le pregunté cómo le había ido en su cita y al parecer había salido bien, por el momento según Will. Estaba feliz por mi amigo y esperaba que encontrara alguien que lo amara. Miré por la ventana, mientras continuábamos hacía el pueblo y con el paisaje de árboles. Duramos unos minutos hasta que empezamos a llegar el puente y pude notar una auto familiar.

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