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Sabia que algo malo pasaría, algo que haría que se molestara. No se equivocó, pues todo empeoró justo cuando ese hombre cruzó la puerta de la taberna. Vestía de una manera un tanto elegante, y con tan sólo la mirada podías notar lo intimidante que podía ser. Se acercó de manera tranquila a la cocinera, sonriéndole de lado causando que la contraria se sorprendiera de verlo.
—Pensé que jugabas cuando me dijiste que trabajabas en un lugar como éste —rió mientras miraba a los ojos a la fémina, la cual sonrió al ver que se trataba de él.
—¿Por qué bromearía con eso? —respondió de manera juguetona mientras le servía un tarro de cerveza, para después ponerlo frente a él—. Toma un poco, va de parte de la casa.
El contrario sonrió de manera ladina nuevamente, para después beber con mucha elegancia el tarro de cerveza.
Todo esto pasó delante la mirada del rubio, el cual no decía nada pues no quería demostrar su malestar. No podía evitar enojarse al pensar que algo había entre ellos dos. Quería confiar en ella y que todo se lo estuviera imaginando, pero le era imposible.
—Bueno, bueno, bueno —dijo mientras se acercaba a ellos—. Parece que tenemos un nuevo cliente, nunca te había visto por aquí.
Sonrió forzadamente, quería tener el control sobre la situación.
—No suelo venir a lugares como estos, no me gustan —explicó, y con tan sólo escucharlo supo que no le caería tan bien como pensaba.
—Es un poco especial —agregó la fémina, la cual sonreía de felicidad al verlo.
Esto claramente molestó al rubio, el cual comenzaba a decir varias cosas en su mente que jamás se atrevería a decirle en su cara, y mucho menos porque su cocinera se encontraba ahí.
—¿Entonces puedo saber la razón por la que vino? —preguntó casi entre dientes, tratando de calmarse un poco.
—¿Acaso no puedo venir a ver a mi querida hermana menor? —respondió con una sonrisa burlona.
¿Hermana menor...? —pensó el de ojos verdes, su expresión molesta cambió a una sorprendida, estaba estático. No podía creerlo.
Todo había sido un malentendido.
—¡...Ah, claro! —habló después de unos segundos—. Eres bienvenido cuando quieras. Disfruten su tiempo de hermanos.
