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¿Cómo sería un escenario donde los pusieras celosos a propósito?

Meliodas

Todo había cambiado de la noche a la mañana que la joven cocinera no podía creerlo

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Todo había cambiado de la noche a la mañana que la joven cocinera no podía creerlo. Toda la atención que el rubio tenía hacia ella había desaparecido y dirigido hacia la princesa de Liones, quien al parecer buscaba a los Siete Pecados Capitales para salvar a su capital. Meliodas terminó siendo el capitán de éste grupo de lo que parecían ser delincuentes.

Y ahora, tenía que soportar ver como el rubio tocaba de una manera no muy amistosa a la de cabellos largos. Celos, eso sentía. Y enojo, por supuesto. ¿No se suponía que el de pequeña estatura y ella tenían una relación amorosa?

En todo lo que llevaban juntos nunca la había tocado así, probablemente la hubiera molestado si lo hacía, pero no tenía derecho a hacer eso con alguien que acababa de conocer. Y sobre todo, que era mas joven que él.

Aunque, el rubio nunca le había pedido ser su novia o alguna otra cosa, por lo qué tal vez estaba en su derecho de hacer lo que quisiera. Pero no podía llegar y jugar con los sentimientos de su cocinera nada más porque se le antojaba.

Se vengaría, por supuesto que lo haría.

La taberna había abierto tan sólo llegó la noche, la princesa ahora trabajaba también, por lo que entregaba las órdenes que la fémina cocinaba. Gracias a esto, más clientes se encontraban en el lugar, todos viendo la belleza de ambas chicas.

Un hombre, se acercó bastante confidente de lo que hacía, llamando la atención de la cocinera, quien notó que tenía la mirada de él sobre ella. Giró su rostro levemente, sonriendo con malicia. Meliodas se encontraba sirviendo la cerveza que vendían, pero notaría por supuesto lo que pasaría a continuación.

El hombre caminó hacia la barra, con una sonrisa conquistadora en su rostro, sabiendo que atraparía a la fémina si o si.

—Me gustaría ordenar algo —dijo seguro de lo que decía.

—Ah, claro —aunque ella no tomaba las órdenes, no le parecía mala idea hablar con él, por lo que dejó de cocinar para poder ponerle atención.

—¿Podrías por favor darme un poco de Vanya Ale y una ración de pay de manzana?

—¿Algo más?

—A ti, por supuesto —sonrió de manera ladina, causando que la contraria se sonrojara un poco.

Ella rió nerviosa ante tal expresión, miró de reojo a donde se supone que estaba Meliodas, notando que limpiaba un tarro mientras escuchaba atentamente su conversación.

𝐎𝐮𝐫 𝐋𝐨𝐯𝐞; NnTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora