P.O.V James
Esa fue sin dudas la mejor manera de empezar el día. El hecho de tener a Sam en mis brazos sabiendo que se entregaba completamente a mí me hacia el hombre más feliz de la tierra. Sin embargo aún quería marcarla, pero sabía que con una guerra sobre nuestras cabezas marcarla seria condenarla, y yo no estaba dispuesto a hacerlo.
Mi mirada se dirigió a la mujer más hermosa del mundo, ella era la razón por la que ya no me atormentaban las pesadillas sobre mi pasado. Mi mundo giraba en torno a ella, la amaba con locura. Si algo llegaba a pasarme mi deseo seria que ella fuera feliz, era lo único que me importaba. Sam, al notar que mi mirada estaba fija en su rostro sonrió, logrando que miles de sensaciones me invadieran y que mis demonios desaparecieran.
-Bajemos a desayunar preciosa –dije dándole un beso en la frente. Cuando mis labios rozaron su piel sentí una descarga eléctrica que me recorrió de pies a cabeza.
-Primero nos cambiamos y luego bajamos –dijo Sam mientras me miraba divertida –No quiero que otras lobitas vean a MI hombre desnudo- concluyo seria.
-¿Celosa? –pregunte acercando mi rostro al suyo, su cuerpo quedó aprisionado entre la cama y yo.- Yo soy tuyo –bese su cuello, en el lugar en donde iría mi marca –Y tu –fui dejando besos hasta su oreja –eres MIA –concluí mientras mordía ligeramente el lóbulo de su oreja. Sam soltó un gemido involuntario, note como mi amigo despertaba, listo para una segunda ronda.- Sam, será mejor que nos cambiemos, de lo contrario no respondo de mí.
Ella soltó una sonora carcajada, yo estaba en el cielo. Escucharla reír era lo mejor que me podría haber pasado. Bajamos a desayunar, en la cocina nos encontramos a Sara, era raro no verla con Alec, dado que ella parecía una garrapata.
-¿Dónde está Alec? –pregunte amablemente. No me malinterpreten, detestaba a Sara, pero a fin de cuentas era mi futura luna así que debía respetarla me gustara o no.
-Encerrado en nuestra habitación, dijo que se sentía mal y que hoy no asistirá a clases –dijo indiferente- Me pidió que lo excusaras con los maestros.
No le conteste, Sam y yo desayunamos rápidamente y nos dirigimos al instituto. Al llegar Alaric nos estaba esperando. Parecía dolido, luego le preguntaría la razón. Saludo a Sam con una gran sonrisa, la cual logro que un gruñido involuntario saliera de mi pecho. Sam se dirigió a clases mientras Alaric y yo conversábamos.
-La situación está empeorando, las fuerzas de nuestros enemigos han incrementado notablemente –el semblante de Alaric era sombría.
-Debemos adelantar el entrenamiento de Sam –dije decidido –Luego buscaremos aliados.
-Sobre eso –Alaric se rasco la nuca nervioso - ¿Ya marcaste a Sam?
-No –Alaric pareció sorprendido –Si yo muero ella morirá de tristeza, no puedo permitirlo.
-Comprendo, lo único que quiero es que ella sea feliz. Así sea con tigo o con Alec.
-Gracias amigo –dije sonriéndole a Alaric, ese muchacho realmente me caía bien.- Ahora vayamos a clases, no quiero un castigo –dije con cara de asustado.
P.O.V Alec
Dolor, solo podía sentir dolor. No podía creer que Sam le haya entregado su virginidad a James. Ella era mía y solo mía. Yo la amo con locura, y la quiero solo para mí. Por otro lado si quiero recuperarla debo ser fuerte y mostrarle que puedo dejar de ser un imbécil. Porque si hay algo de lo que estoy completamente seguro es que yo puedo cambiar, cambiaría por Sam.
P.O.V Sam
Las clases pasaron con normalidad, en algunas asignaturas los profesores me hicieron pasar al frente. A la hora del almuerzo me senté con James. Lo amaba por sobre toda las cosas, aria lo que fuera por él. Esta mañana estaba, sin duda, en mi lista de los 10 mejores días de mi vida, ocupando el primer lugar.
Sin embargo, no podía dejar de pensar en ese extraño sueño que había tenido. Me resultaba extraño lo que dijo la bolita de luz. Por ahora lo único que podía hacer era tratar de descubrir su significado.
Al terminar las clases, James me llevo a casa. Ya se estaba volviendo costumbre entre nosotros el hecho de pasar juntos el mayor tiempo posible. Al llegar a casa subí rápidamente a mi cuarto para poder cambiarme. Me puse un top deportivo azul, un short negro y zapatillas deportivas celestes. Baje rápidamente las escaleras y me encamine hacia el patio de entrenamiento.
Al llegar vi un gran círculo dibujado en el suelo, James estaba parado justo en el centro. Cuando me vio sonrió haciendo que me estremeciera.
-Hola pequeña –me dijo mientras me daba un beso en la frente.
-Hola lobito –respondí, estaba intrigada por cómo sería el entrenamiento. No podía ver a James como mi instructor y mucho menos como un posible oponente.- ¿Qué aremos hoy?
-¿Ves este círculo? –pregunto a lo que yo asentí- Bueno cada uno tratara de sacar a su oponente. Si no lo logra la otra opción para ganar es que uno de nosotros quede K.O. –fue entonces que una sonrisa burlona se formó en su rostro- Tranquila, seré rápido.
¿Qué pensaba? Yo no me dejaría vencer tan fácilmente, el hecho que él sea hombre no le da la ventaja ni mucho menos. Sin mediar palabra comenzamos el combate. No se cuánto tiempo paso, lo que si se es que ninguno podía mermar las defensas del otro. Nuestras fuerzas eran, para sorpresa de ambos, iguales.
Fue entonces cuando me di cuenta que no lo podría sacar del círculo, tendría que noquearlo. En un momento determinado, James bajo la guardia, hecho que yo aproveche para pegarle en su hermosa y perfecta mandíbula. James dio un paso hacia atrás, pero no duro mucho en pie dado que cayó al piso con un sonido sordo.
Cuando por fin se pudo levantar yo alce los brazos en señal de victoria. Me gusto demostrarle que soy capaz de luchar tanto o mejor que él.
-¿No ibas a ser rápido lobito?- pregunte aguantando las ganas de reírme ante la cara que puso. James se acercó peligrosamente a mí y con un ágil movimiento que me tomo completamente desprevenida me tumbo al suelo.
-¿Tienes ganas de reírte nena? Yo te daré una razón para reír –sin esperar respuesta comenzó a hacerme cosquillas. Por más que yo le suplicara, lo insultara o lo amenazara, él no se detenía.
-P..aaa..rr.aaa. p…o…rr fa…v…or –le dije en un intento de que me escuchara.
-Solo si me das algo a cambio- dijo disminuyendo las cosquillan notablemente. Yo enarque una ceja incitándolo a que continuara- Básame.
No lo dude un segundo y estampe mis labios contra los suyos. Fue un beso lento y tierno. Los labios de James, para mí, eran el Edén.
P.O.V Narradora
Los dos enamorados disfrutaban de su beso, ellos eran el uno para el otro.
Mientras tanto en algún lugar del mundo, un hombre lleno de rencor organizaba su ejército. Él quería hacerse con el poder y vengarse de su hijo.
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SERÁ TARDE (Editando)
Werewolf"Los lobos machos son idiotas. Sino pregúntenle al tipo que me rechazó. " En un mundo de criaturas sobrenaturales, Adeline Bianco sabía que no era especial. Pero, cuando su primera transformación devele la realidad de su linaje, las antiguas profecí...