Mi unico deseo

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P.O.V Sam

Desperté de buen humor, no sabía por qué. Me levante con pereza y tome un largo baño. Al salir me puse ropa interior limpia, un short amarillo patito, una musculosa blanca lisa y mis vans blancas. Deje mi cabello suelto y baje a desayunar. En la cocina me estaba esperando James, tenía preparado el desayuno para dos personas. Al verme sonrió de una manera que logro que en mi estómago aparecieran elefantes.

-Buenos días preciosa ¿Cómo dormiste? –pregunto dulcemente mientras me daba un beso en la mejilla.

-Muy bien ¿Y tú? –dije sentándome a su lado y comenzando a beber mi café.

-Bien –se lo notaba pensativo, como si algo le molestara- ¿Hoy entrenas con Alec? –ah, con que eso era.

-Si –dije restándole importancia.

El resto del desayuno transcurrió en calma, cuando estábamos por irnos Alec y Sara llegaron a la cocina. Debo admitir que me dolió verlo con ella. Clary se sintió traicionada, pero no había nada por hacer. James era mi mundo ahora, estaba feliz con él.

-Buenos días –dijo Sara mirándome de forma arrogante ¿Quién se creía que era?

-La próxima Luna de la manda Sam –dijo Clary con rabia –Su loba no deja de recordármelo.

-Eran buenos hasta que aparecieron.- dije molesta por su tono de voz.

Sara pareció muy ofendida, demasiado diría yo, porque se aferró al brazo de Alec  como si pudiera lastimarme demostrando que él era de ella. En el pasado me hubiera puesto a llorar, pero como dije antes, alguien más estaba en mi corazón. No quiero decir que deje de querer a Alec, parte de mi jamás podría dejarlo marchar. Lo único que quiero ahora es hacerlo pagar por todo lo que me hizo, para eso debía mantenerme fuerte.  

-Alec, cariño, esta huerfanita me ha hablado mal –dijo Sara haciéndole pucheros a Alec, este pareció asqueado con su actitud.

-Vamos Sam –dijo James tomándome de la cintura y dirigiéndome hacia su auto. Me deje guiar por él.

El camino a la escuela transcurrió en silencio. Pero no era uno incomodo si no muy agradable. Todo era agradable cuando se trataba de James.

Hoy era martes, por ende tenía menos asignaturas que los demás días de la semana. Al llegar James me acompaño hasta mi casillero, íbamos tomados de las manos. Era como si una corriente eléctrica recorriera mi cuerpo cuando lo tocada, atrayéndome hacia el.

-Él es el original –dijo Clary de un momento a otro.

-¿A qué te refieres?-no sabía de lo que hablaba.

-Ya lo entenderás, todo a su debido tiempo-dicho esto Clary se fue dejándome con la duda.

Llegamos a mi casillero, James me giro hacia él y me aprisionó contra la pared. Su suave aroma me invadía, sentía la tentación de probar sus labios. Eran mi droga, nunca me cansaría de ellos.

-No aguanto estar mucho tiempo sin besarte-dijo James con voz ronca- Tampoco tolero las miradas que te lanzan los lobos sin pareja.

-Márcame –dije en un impulso, parte de mi sabía que había dicho lo correcto.

-No deseo otra cosa –dijo James acercándose a mí- Pero no es el momento, se avecina una guerra y todo puede pasar.

-No entiendo –no veía la relación.

-Si uno de los dos muere, el otro morirá de pena –dijo mirándome con tristeza –Si yo no te marco y muero tu podrás rehacer tu vida con Alaric o Alec. Mi deseo es que seas feliz, si es con migo mejor.

-Sh, eso no pasara jamás. Tú no vas a morir –dije con una gran seguridad, no dejaría que James muera.

James acorto redujo a cero la distancia que nos separaba y junto nuestros labios en un dulce beso. Nos tuvimos que separar por falta de aire. James comenzó a mordisquear el lugar en donde iría su marca.

-Esto servirá para mantener a los otros lobos alejados de ti –dijo mirándome dulcemente.

Le iba a contestar pero el timbre que indicaba el comienzo de las clases me interrumpió.

-Creo que nos veremos en el almuerzo –dijo James sonriendo.

-Nos vemos –dije depositando un casto beso en sus labios.

El resto de las clases transcurrió con normalidad. A la hora del almuerzo me senté  con Alaric y James. Alaric parecía complacido con verme feliz. Me sentía mal por él, pero yo amaba a James. El vínculo que me unía a Alaric no era tan fuerte.

Cuando salí, me fui con James a la casa del alpha, esa casa ya la sentía como mi hogar. Subí rápidamente a mi habitación, debía cambiarme para ir a entrenar con Alec. La perspectiva no me hacía mucha gracia.

Me puse un top deportivo celeste y unos short rosas con mi Nike celestes. Ate mi cabello en una coleta alta y me puse una musculosa deportiva rosa para cubrir el top. Si tenía mucho calor me quedaría solo en top.

Baje corriendo las escaleras, no quería llegar tarde. Salí al patio trasero que daba al bosque. Alec me esperaba sentado en el tronco de un árbol, al verme sonrió y se puso de pie.

P.O.V Alec

Me levante sumamente molesto, Sara estaba besando mi cuello, hecho que me causo nauseas. La corrí sin delicadeza y me fui a tomar una ducha. Al salir me puse un pantalón negro, una remera celeste y zapatillas negras. Salí del baño, Sara me estaba esperando para bajar a desayunar.

Bajamos y nos encontramos con James y Sam en la cocina, Sam parecía feliz a su lado. Me molesto eso, ella era mía. Solo podía ser feliz con migo.

-Buenos días –saludo Sara arrogantemente, como odiaba a esta mujer.

-Eran buenos hasta que aparecieron.- dijo Sam molesta.

Sara se aferró a mi brazo, parecía ofendida por cómo le hablo Sam. El mero contacto con Sara me quemaba la piel, no toleraba estar cerca de ella. A la única que quería a mi lado era a Sam.

-Alec, cariño, esta huerfanita me ha hablado mal –dijo Sara haciéndome pucheros, yo solo la ignore.

-Vamos Sam –dijo James tomándola de la cintura y llevándosela de ahí. Un gruñido involuntario surgió desde mi pecho. James no podía tocar a Sam, solo yo podía hacerlo.

-Alec –me llamo Sara con su voz chillona. -¿Por qué no me defendiste ante esa cualquiera?

La furia me invadió ¿Cómo se atrevía a referiste así de ella? Tome a Sara del cuello y la empuje contra la pared. Acerque mi boca a su oído.

-Nunca, escúchame bien –inhale aire tratando de calmarme pero fue en vano- NUNCA te refieras a Sam de esa manera.

Deje a Sara temblorosa en la cocina pero no me importo. El resto del día transcurrió con normalidad. Luego de clases fui a mi casa y me puse ropa de entrenamiento. Baje a esperar a Sam, me senté en un tronco, hasta que la vi venir, hermosa como siempre. No pude vitar sonreír al imaginarla a mi lado. Era mi único deseo, que ella fuera mía.

Encontraría la forma de lograrlo.

HOLA ¿Qué pasara con Alec y Sam? ¿Alec tendrá una segunda oportunidad?

Disculpen si es un poco corto, pero estaba escribiendo otra nove. Si quieren léanla se llama “Angel de Hielo” búsquenla en mi perfil.

Besos a todas/os, gracias por leer.

SERÁ TARDE (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora