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P.O.V Sam

Créanme cuando les digo que no es bueno herir el orgullo de tres hombres. En especial si se pueden transformar en gigantescos lobos y le tienen un gran aprecio a la palabra “venganza”. Así fue como termine atada a un árbol y con pintura verde por todo el cuerpo, sobre todo en el cabello.

Tal vez debí dejar que ellos me vencieran para no tener dolor de espalda, ni estar amarrada y pegajosa. Pero debo admitir que ver sus caras cuando les patee el trasero no tuvo precio. Aunque ya está anocheciendo y los imbéciles no aparecen por ningún lado. Estoy comenzando a perder las esperanzas de poder dormir en mi cama. Cerré mis ojos, tal vez el árbol no sea taaaaan malo.

-¿Sam? –escuche una voz a mi izquierda, por lo que abrí mis ojos y me encontré con Titán. Este me miraba mordiéndose el labio para reprimir una carcajada. Quería parecer serio pero estaba fracasando.

-Anda, ríete –le espete. Digamos que estar unida a un árbol por casi dos horas no ayudo a mejorar mi humor. Titán comenzó soltó una gran carcajada, por lo que yo bufe. El maldito vampiro no paraba de reírse, hasta que por fin se detuvo e hizo como si limpiara una lagrima inexistente. –Hola –lo llame- Aquí hay una damisela que necesita ser rescatada ¿Habrá algún caballero con armadura reluciente disponible?- el sarcasmo que desprendía mi voz logro que el vampiro, por fin, se preocupara por mí.

-No seré un caballero, pero si te puedo soltar –Titán se acercó a mí, aun riendo, y cortó las cuerdas sin el menor esfuerzo.- Esto es, sin duda, una buena historia para contar entre amigos. 

-Agh, te comportas como un adolescente –bufe mientras estiraba mis músculos y arqueaba mi espalda, la cual sonó. Titán solo me observaba divertido. –De todos modos, gracias.

Titán solo hizo un gesto con la mano restándole importancia y se despidió, desapareciendo en la espesura del bosque. Supongo que iba de caza.  Me dirigí al interior de la casa hecha una furia. Esos tres simios me las pagarían, podía ser muy rencorosa cuando quería. Caerán uno por uno, me asegurare de ello.  Entre y fui directo a mi habitación, quería tomar una ducha.

Me tomo 45 minutos quitar la pintura verde de mi cabello y mi cuerpo.  Cada minuto que pasaba estaba más decidida a vengarme. Al salir envolví mi cuerpo con una toalla, me seque y me puse el pijama. No tenía hambre, por lo que no bajaría a cenar. Me arroje a la cama, la cual me recibió cálidamente. Me encontraba en una mar de comodidad, por lo que no tarde mucho en caer rendida en los brazos de Morfeo.

Tenía unas cositas que hacer al dia siguiente, pero primero, necesitaba aliados.

                                                                                                                                                                              

P.O.V James

Abrí los ojos lentamente, Sam no se encontraba a mi lado. Me había acostumbrado a que ella sea lo primero que vea al despertar. Sé que está molesta por la broma que le hicimos ayer, pero temo su venganza.  A partir de ahora tendré que andar con más cuidado, no confiarme mucho y mantenerme alerta. Nunca se sabe lo que ese pequeño diablillo puede hacer.

Me levante perezosamente y me dirigí a tomar una ducha. Cuando abrí el grifo del agua caliente esta salía helada.  Espere por unos minutos pero el agua caliente brillaba por su ausencia. A lo lejos escuche el grito de un muy enojado Alec.

-¡¿Qué le paso al agua caliente?!- como respuestas se escuchó una gran carcajada proveniente de la planta baja. Como dije, nunca se sabe lo que ese pequeño diablillo puede hacer.

-¡¡¡SAM!!!- gritamos Alec y yo al mismo tiempo.

Al no obtener respuesta, me resigne a bañarme con agua helada. Sam me las pagara, por mucho que la ame. Salí tiritando y mi puse ropa de uso diario, las clases se habían suspendido hasta nuevo aviso por culpa de una gran fuga de gas. Baje a la sala de estar hecho una furia, allí me encontré a Sam, el alpha y Titán sumidos en una conversación en murmullos. Cuando notaron mi presencia voltearon a verme con una sonrisa maliciosa. Solo se me ocurrió una explicación, Sam había conseguido aliados, estábamos jodidos. Minutos después de mi llegada, Alec bajo corriendo por las escaleras, miraba a Sam furioso. Paro en seco al ver las expresiones de los ahora nuestros “Rivales”.

-Estamos en problemas hermano- susurro Alec preocupado en mi oído.

-Esperemos a Alaric y corramos por nuestras vidas- sugerí, realmente esos tres juntos daban miedo. El alpha Tyler, en su juventud, había sido una gran bromista. Fue amigo de mi padre, desgraciadamente mi progenitor nos traiciono, no sé qué será de él. De lo que si estoy seguro es que busca venganza. 

Como si lo hubiera invocado, Alaric, entro en la estancia muy sudado y con una expresión de furia infinita ¿Qué le habrán hecho?

-Tu –dijo señalando a Sam acusatoriamente.

-¿Yo? –pregunto Sam con voz inocente y maliciosa. Un escalofrió me recorrió desde la punta de los pies. Esa mujer era la luz de mis ojos, pero cuando quería daba mucho miedo.

-Tu pusiste polvo pica-pica en mi shampo y en mi jabón ¿Sabes lo que me ardió cuando me entro en los ojos?  -Alaric la había pasado muy mal. Una vez Alec me hizo lo mismo y grite como un pobre condenado. Al parecer  Alaric se dio cuenta de la existencia de una alianza  entre el Alpha, Titán y Sam, por lo que palideció. 

Los tres nos colocamos uno al lado del otro, quedando Alec en el centro. El trio del mal se paró en frente nuestro, quedando Sam en el medio.

-Que empiece la guerra –dijimos todos al mismo tiempo, luego nos separamos. Cada grupo a idear sus propias bromas.

P.O.V Narradora

El día lo recibía cálidamente, sin embardo a él no le quedaba calidez. Era un ser vacío, cargado por la ira. La copa en su mano cayo, estrellándose fuertemente contra el piso de parque  y derramando el costoso licor, pero a él no le importó.

Recordaba con amargura el día que fue desterrado. En ese momento era un joven idealista, quería que solo lo sobre natural reinara en el mondo. Por eso masacro a trecientos humanos. No sentía remordimiento, no, el no sentía nada.  Su mejor amigo, y ahora alpha Tyler lo descubrió. Su hijo, el más poderoso lobo que jamás vio, le dio la espalda. Su propia sangre lo traicionaba. Su linaje era puro, eran descendientes del primer beta. Sin embargo habían nacido para ser alphas. Su esposa murió tratando de salvar a los humanos, que inútil era esa mujer, no le tenía ninguna pizca de cariño. Solo la acepto como compañera porque tenía un bran poder.

Al ser desterrado de convirtió en un lobo errante, en busca de una manada. El destino lo llevo hasta los territorios de Luna Solar, la manada más temida.  No le costó mucho llegar hasta el alpha. Allí lo reto frente a toda la manada por el derecho de gobernar.  Fue una gran pelea, pero el salió victorioso gracias a su gran experiencia en combate.

Todos estos años estuvo planeando su venganza, la manera de hacer pagar a su hijo y a Tyler por su traición. Por eso cuando se enteró que existía una loba blanca. La ultima descendiente del Gran Alpha, vio su oportunidad. Esa chica seria suya a cualquier precio.  Sería su luna y le daría un heredero, luego la mataría.

Sabía que la tal Sam era la compañera de su hijo, lo disfrutaba. Lo aria sufrir, le obligaría a presenciar la ejecución de su amada.

Por eso comenzó a reunir una ejército, era un proceso lento. Pero valdría la pena. 

Se hacía llamar El Alpha Oscuro, líder de la manada Luna Solar. No había lobo en la tierra que no conociera su nombre. Pero pronto conocerían su verdadera identidad.

Pronto su hijo, el cual ocultaba su apellido, pagaría por todo.

Pronto James  Perts sabría lo que es el verdadero dolor.

Pronto su venganza culminaría y el reinaría.  

Hola, espero que les haya gustado el capítulo, no falta taaaaaaanto para el final. Tengo una duda. No sé si hacer una segunda temporada una vez finalizada la nove. Ustedes que dicen? 

SERÁ TARDE (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora