Capítulo 23: Hasta el fin del mundo

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"La vida no es fácil princesa, ha llegado la hora de quitarse la corona y ponerse la armadura."

P.O.V Sam

Abrí los ojos lentamente e intente levantarme. Pero un fuerte brazo que me aferraba por la cintura me lo impidió. Debo admitir que al principio me asuste un poco, pero no tarde en reconocer su olor. Recordé su voz y no pude evitar sonreír.  Sé que nuestra relación no empezó de la manera correcta. Pero todo lo que empieza bien acaba mal, por eso, le agradecía a la Luna que nosotros hubiéramos comenzado mal.

-Alec- lo llame, necesitaba levantarme y él no me lo permitía. No me malinterpreten, quería estar a su lado, pero debía ir al baño y este hombre no se dignaba a despertar- ¡Maldición Alec despierta!

-¿Qué? ¿Qué? Yo no fui –no pude evitar soltar una risa al ver su reacción. Cuando su vista se posó en mí, frunció su ceño- ¿Por qué me despiertas? Estaba teniendo un hermoso sueño con tigo.

-Debía ir al baño y tú me tenías aprisionada –dije al tiempo que me levantaba y salía corriendo hacia el baño.

Hice mis necesidades y tome una ducha corta. Al salir envolví mi cuerpo en una toalla y regrese a mi habitación. Alec seguía allí, se había vuelto a dormir. Me vestí con un jean claro, una musculosa violeta y mis vans negras. Seque mi cabello   lo ate en una coleta alta.

Con todo el ruido que había hecho, Alec no se había despertado. Creo que tiene el sueño un poco pesado. Me tumbe a su lado y empecé a trazar círculos en su abdomen con uno de mis dedos. Mi intención no era hacerle cosquillas, pero bueno, al parecer es un poco muy sensible.

-Para ya si no quieres que te ahogue –intento amenazarme medio dormido. Lo único que causo en mi fue que me comenzara a reír sin control.- ¿Qué es tan gracioso? –pregunto ya despierto, su cabello estaba más alborotado que lo habitual por lo que le daba un aspecto muy sexy.

-Tienes el sueño muy pesado ¿Lo sabias? –pregunte mientras arrojaba una almohada a su cara intentando mantenerlo despierto.

-Mi madre solía decírmelo- susurro lo suficientemente alto como para que yo pudiera oírlo- Ella era una gran mujer. Siempre llevaba amor y cariño a donde quiera que fuera. Todos en la manada la querían y la respetaban. No solo por ser Luna, sino porque ella se había ganado un lugar en el corazón de todos.

-¿Qué le paso? –pregunte en un tono de voz muy bajo. Inconscientemente había recordado a mi madre. La mujer que me protegió hasta el último instante. 

-Una noche –en su voz se notaba el pesar- un clan de vampiros nos atacó. Intente protegerla, aunque en ese entonces solo tenía 4 años y no podía hacer mucho. Mi padre luchaba contra el líder del clan por eso no podía protegerla el mismo. –hizo una pausa y luego continuo- Conseguí matar a un vampiro. Pero cuando llegue junto a mi madre ya era demasiado tarde. Toda la manada lloro su perdida.

-Lo siento mucho –le dije sinceramente. Por lo que yo sabía, perder a una madre era lo peor que te podía pasar en la vida. Claro, solo se podía comparar con el dolor de perder a un padre.

-No importa –contesto después de un largo silencio- Después de todo, pertenece al pasado y por ende no volverá jamás.

-Si tú lo dices- comencé a dejar besos por su cuello y, como respuesta, Alec lanzo un gruñido. Me gustaba provocarlo. El despertaba el lado salvaje que había en mi interior. Nunca me había pasado eso, con James, yo dejaba que él tuviera el control. Pero con Alec, era notablemente distinto.

-Hoy atacaremos la guarida del Alpha Oscuro –soltó Alec de repente haciendo que me quedara paralizada ¿Hoy? ¿Por qué nadie me había contado nada? Al parecer, Alec leyó mi mente porque respondió- Nadie te dijo nada antes porque mi padre no quería preocuparte. Tu eres como el emblema de nuestra causa y te necesitamos al 100%.

SERÁ TARDE (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora