15.

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Wooyoung despertó en una cama desconocida sintiendo un dolor punzante en su costilla y pómulo derecho. Comenzó a verificar su estado observando los múltiples moretones que tenían en todo el cuerpo, sus puños estaban de color carmesí con sangre seca pegada en sus nudillos, su labio estaba completamente roto y su abdomen con golpes que dejaron moretones de color verde sobre su piel.

Pero nada de eso es comparable al dolor de cabeza que sentía, comenzó a frotar sus manos lastimadas sobre su cabello para reducir un poco la presión y así bajar el dolor, al llegar a cierta zona noto que el dolor se agudizo y concluyó que ese fue el lugar donde le había impactado la patada de San.

Estaba recostado boca arriba viendo el techo que está perfectamente lustrado, el cuarto por lo que pudo percatarse era bastante amplio, con diversos muebles de color beige que lo adornan y claramente esta no era su pieza y mucho menos de alguno de sus amigos, y la verdad es que no recuerda mucho luego de que quedó inconciente.

La incertidumbre y el pánico que le ocasionaba ese lugar lo hizo querer levantarse, pero su cuerpo se lo impidió, la incomodidad ocasionada por un suéter que era muchísimo más grande que claramente no era suyo. Quería ir a su casa y descansar, quería dormir toda una vida y comer todo el helado de chocolate que se encontrara en la nevera.

Luego de intentar recuperar el aliento, pensó en levantarse e irse y llamar a alguien, pero a su vista su teléfono no se encontraba ni en esa cama ni en el nochero de mesa de al lado, en consecuencia de esto se levantó y con paso lento y respiración agitada salió de la habitación.

Agradecía que estuviera cerca de las escaleras ya que sería menos agotador el trayecto, con cada paso que daba se acostumbrara un poco más al dolor, en cierta medida.

Wooyoung comenzó a planear que pasaría ahora, no divisa su celular por ningún lado así que no le sería factible la idea de llamar a alguno de sus amigos. Pensó salir de ese lugar y tomar un taxi e irse a su casa teniendo en cuenta que aún tenía sus pantalones y tenía el suficiente dinero para pagar el trasporte gracias al pobre helado de chocolate que perdió la vida la batalla.

—Heladito, no creas que tu muerte quedara impune, se hará justicia, en tu honor cuando salga de aquí me comeré a tus hermanos— musitó cerrando los ojos.

Luego de concluir con su minuto de silencio en memoria de su pobre cono de helado, comenzó a debatirse con él mismo cual sería la mejor opción o mejor dicho cual regaño sería el menos fuerte.

Sin pensarlo 2 veces descartó la idea de ir a su casa ya que su madre le tiraría la ropa por el balcón al enterarse que estuvo envuelto en una pelea. Su segunda opción era ir a la casa de Hongjoong, pero sería casi lo mismo que su mamá a diferencia que su ropa no saldría herida, además de que debería escuchar otra charla de no a la violencia del mayor.

Después de 30 segundos analizando esa opción definitivamente la descarto. La tercera era ir a casa de Jongho, pero Yunho pasaría la tarde con él. Así que definitivamente no iría allí.

Su única salvación era su calmado y pacifico amigo, Yeosang. Sería menos el regaño que con sus padres y sus otros dos amigos y de seguro estaría en su casa después de hacer su trabajo con Park cara de mico Seonghwa. Así que por fin decidió bajar las escaleras.

El dolor tras cada paso que daba era inmenso, no había punto de comparación, nunca había quedado en ese estado y le dificultaba caminar, además de que su respiración era irregular por el sobresfuerzo que tenía que hacer por cada escalón que bajaba.

Cuándo por fin pudo llegar a la planta baja de la casa observó que toda la decoración hacia juego, con colores beige y naranjas destacando, el lugar era bastante sencillo y por deducción el peli morado llegó a la conclusión que no habría muchas personas que habitaran este lugar.

This isn't so cliche (Seongsang) [En mejora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora