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—Tu papá me odia, de seguro ya está ahí— es lo que había repetido Seonghwa todo el rato en lo que iban a la casa de Yeosang.

Ambos regresaban de su paseo después de recibir una llamada de San diciendo que los ayudaran a practicar a él y a Wooyoung, por lo que necesitaban un piano que con gusto el rubio les prestaría.

—Mí papá no te odia Hwa, no exageres— ríe al ver su cara de preocupación cuándo cada vez están más cerca.

Estacionan en frente a esta bajando ambos. El mayor pasa saliva viendo la entrada a su vez que Kang abre la puerta dejando ver a Soojin que los recibe cálidamente.

—Regresaron temprano de su paseo amores— cuestiona alzando una ceja.

—Sí, es que ahora iremos a la casa de Mingi porque Seonghwa ayudará a los chicos con su presentación pero para eso necesitan un piano así que me ofrecí a prestarles el más pequeño— explica el menor —¿Y papá?

—Aún no ha regresado, puedes respirar querido— ríe la mujer notando el rostro del pelinegro.

—No seas así mamá— contiene la risa —estaremos arriba, vamos Hwa

Ambos suben bajo la atenta mirada de la mayor que luego desaparece hasta la cocina. Dentro de la habitación de Yeosang, los dos no dicen mucho, simplemente comienzan a desarmar el aparato para que sea más fácil para ellos transportarlo. En un momento, el pelinegro observa fijamente al contrario con una leve sonrisa mientras coloca algunas cosas en su cama.

—¿Qué pasa? ¿Tengo algo en la cara?— pregunta al notar su mirada en él.

—Nada, simplemente que estás hermoso

—Por qué sueltas eso así tan de repente —es lo único que responde apartando el rostro con un leve sonrojo.

—Porque eres hermoso— repite acercándose a él.

Delicadamente lo toma de la cintura volteandolo dejando ver su cara que aún se encontraba algo roja por su comentario de hace unos segundos. Con suavidad quita unos cuantos cabellos de su frente admirandolo como si fuera una obra de arte, tratando de contener los suspiros que delatan que cada día que pasa cae más profundamente por esos ojos cafés.

—¿Puedo?— dice en un susurro acortando el espacio.

—Esta y las veces que quieras

Y más que satisfecho con la respuesta, lo besa. Y esta vez se sentía diferente a las demás, los dos querían transmitir todo en ese preciso momento. Tanto que el  mayor lo jala más contra si envolviendolo con ambos brazos mientras que el contrario posa una de sus manos en la mejilla de este y la otra en su nuca acariciándola un poco. En medio del beso, se sonríen en un vago intento por separarse siendo totalmente en balde volviendo a juntar sus bocas como si de un imán se tratase.

La falta de aire se estaba haciendo presente, así que con besos un poco más cortos se separan solo unos centímetros logrando aún sentir sus respiraciones.

—Me gusta que me beses así— admite el menor en voz baja con sus frentes juntas.

—Me generas muchas cosas Yeosang, si por mí fuera podría quedarme aquí contigo todo el día solo observandote

—Pasar tiempo contigo me hace muy feliz. Hoy amaneciste con mucha dosis de cariño— molesta un poco sacándole una sonrisa.

—Que puedo decirte bonito, ni cómo ocultarlo

—Me duele arruinar el momento pero debemos seguir aquí o nos van a matar por demorar tanto

—Es cierto, tu mejor amigo me causa escalofríos a veces— bromea.

This isn't so cliche (Seongsang) [En mejora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora