Capítulo XXII

256 18 2
                                    

En el momento exacto donde Steve salió de la cápsula, Peggy y el Doctor Erskine se acercaron a él para chequear como se encontraba. Steve miró a su alrededor, sintiendo todo distinto a como solía ser el mundo para él. Miró su cuerpo cambiado y su respiración se sentía acelerada. 

 —¿Cómo se siente? —preguntó Peggy a Steve mientras su mirada se desviaba hacia su abdomen. 
—Grande. —fue lo único que pudo gesticular mientras en su cabeza aún trataba de asimilar todo. 

Uno de los espectadores veía toda la escena de una forma no tan usual y se levantó de su asiento para poder acercarse al Doctor Erskine. Junto a él estaba el Coronel Phillips quién parecía ser el encargado del proyecto del supersoldado. Nadie notó el acercamiento del hombre misterioso hacia Erskine quién se encontraba saludando a varios de sus compañeros y siendo fotografiado por un periodista de la ciudad. 

Este hombre saca de su bolsillo un artefacto que detonó una bomba para crear una distracción mientras se acercaba aún más a Erskine y de un momento a otro, le disparó justo en el pecho lo cual hizo que cayera al suelo inmediatamente. La primera reacción de Steve fue ir con Erskine para ver si aún estaba a tiempo de ayudarlo, lastimosamente la herida era tan profunda que ya nada quedaba por hacer para salvar su vida. Erskine le dedicó una última mirada a Steve y señaló su corazón. 

Con furia, Steve se levantó para seguir al bastardo que le había arrebatado la vida al Doctor. Corrió tan rápido como pudo para alcanzarlo, pero ya había sido muy tarde para alcanzarlo. 


—No puede ser. —dijo el rubio con tono decepcionado. 
—Hey, tranquilo, se salió de nuestras manos. Nadie se dio cuenta de sus verdaderas intenciones. —mencionó Peggy. 
—Todos regresemos a la base central y vamos a discutir un plan para llegar al fondo de todo esto. —dijo con un tono muy demandante el Coronel Phillips. 

Tal y como fue ordenado, todo el personal que presenció el suceso regresó a la base central de la SRR. 


                                                                                ●●●

—¿Alguien me quiere explicar cómo permitimos la entrada a un total desconocido? ¿Se dan cuenta de lo grave que ha sido este error? ¡Nos ha costado la vida del mejor científico de América! —dijo Phillips. 

Hubo un silencio largo en donde nadie se atrevía a contestar la pregunta. 

—Señor, según los últimos datos recolectados, parece ser que era un agente de HYDRA el cual logró pasar nuestro sistema de seguridad y así poder infiltrarse en nuestras instalaciones. 
—Gracias por la información Agente Carter. No vamos a desperdiciar más tiempo así que tú, Howard y Steve serán los encargados de investigar la ubicación de todas las bases de HYDRA. Y sin errores esta vez. ¿Entendido? 
—Sí Señor. —respondieron al unísono Peggy, Steve y Howard. 


                                                                               ●●●


Minutos después, Steve pidió acceso a cierta información que había sido ocultada de él antes para así poder empezar con la búsqueda que el Coronel Phillips les había ordenado. Al mirar los documentos, encontró algo que lo dejó sin aliento y hasta helado. Tuvo que leerlo varias veces para asimilar la información frente a sus ojos. En ese archivo estaba la lista de soldados capturados por HYDRA y James Buchanan Barnes era parte de esa lista. Su corazón se aceleró y desesperadamente leyó todo el informe para ver en donde había sido capturado e ir de inmediato a salvarlo. «Resiste un poco más mi amor, iré por ti.» Pensó Steve. 

Sabía que no podía ir sin recursos a enfrentar a toda una base de HYDRA, por lo tanto, optó por ir con Howard para ver si podía persuadirlo y que le otorgara algún tipo de arma para defensa propia. Entró al que parecía ser el laboratorio de Howard, había muchas muestras y prototipos de armas. Tomó en sus manos unas pistolas hasta que fue sorprendido por el mismísimo Howard. 

—Vaya, vaya, justo al hombre que necesitaba ver en este preciso momento. —dijo Howard con una sonrisa muy típica de él.
—Bueno, aquí me tienes, dime ¿en qué te puedo ayudar? 
—Pues, debido a la misión que nos dio el Coronel, me tomé la tarea de crear ciertos prototipos de escudo para que los uses en batalla. 

«Genial, justo lo que necesitaba.»

Howard procede a mostrarle 6 tipos de escudos, cada uno de ellos con distintas funciones y formas. Steve se acerca e inmediatamente supo cuál sería el indicado. Lo toma en su brazo y lo gira para poder verlo completamente. Era un escudo en forma circular que pesaba casi nada y era muy adaptable. 

—¿De qué está hecho? —dijo Steve con un tono curioso. 
—Vibranium, eso que estás sosteniendo, es lo único que queda, ya que es un metal muy raro. 
—Lo tomo. —sonrió Steve.— ¿Te importaría si me lo llevo por un rato para adaptarme? 
—Para nada amigo, adelante es tuyo. 

Steve agradeció a Howard por el gesto y fue directo a su tienda de campaña. Empezó a empacar su chaqueta, una pistola y 2 granadas por si en dado caso las necesitara. Sabía que podría traerle muchas consecuencias negativas el no obedecer la orden dada previamente por Phillips, pero al final todo esto lo inició por él, su Bucky quién ahora más que nunca necesitaba ser rescatado. Sabe que no será nada fácil lograrlo y menos sin ayuda, sin embargo estaba dispuesto a darlo todo para así poder verlo de nuevo una vez más y ser feliz de nuevo...

Contigo hasta el final de la línea.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora