Capítulo XII

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La noche llegó con una brisa refrescante. Steve y Bucky habían pasado un día increíble, definitivamente estaban enamorados. De eso no había duda alguna. Steve preparó una cena exquisita de la que disfruto muy alegre Bucky. Ya era hora de dormir, la luna estaba en lo más alto dejando lucir su luz. Bucky preparó el colchón el que dormían, muchos pensamientos llegaron a su mente. Hoy será nuestra primer noche juntos pensó Bucky.



—Steve, nuestra cama improvisada está lista. Ya podemos descansar —dijo Bucky con una sonrisa en su rostro—.

—Ya voy, solo me lavaré los dientes.


El chico rubio se dirigió al baño, tal y como dijo, se fue a cepillar sus dientes antes de ir a dormir. Luego de haber terminado con su higiene personal, Steve se trasladó hasta la pequeña habitación. Ahí se encontraba Bucky ya acostado en el colchón dejando un pequeño espacio para que su pequeño y amado Steve se acostara junto a él.



—Ven, acá —Bucky señaló el espacio junto a él—.


Steve obedeció y se acostó a su lado. Tantas veces que habían dormido juntos pero esta vez era diferente. Todo iba a ser diferente desde ese día, ya que ahora se podría decir que eran una pareja. Aunque nunca mencionaron eso estaban seguros de que sí eran una pareja desde ese magnífico día. El chico de ojos azules se sentía demasiado pequeño estando tan cerca del cuerpo de Bucky.


—¿Estás cómodo? —preguntó Bucky mientras rodeaba el abdomen de Steve con su brazo derecho—.

—Sí. Estoy muy cómodo.

—Steve... —hizo una pausa antes de seguir hablando—. ¿puedo... darte un... beso?


El mencionado dio una sonrisa ante la timidez de Bucky.


—Sí, si puedes darme un beso.


Bucky no esperó más y se acercó poco a poco hasta su objetivo: los labios rosados que Steve poseía en su rostro. Besó sus labios con gran delicadeza, sus labios encajaban a la perfección con los labios ajenos. Al terminar el beso, ambos chicos quedaron satisfechos y con la respiración un tanto agitada.


—Eres lo mejor que tuve, tengo y tendré en mi vida —dice Bucky—.

—¿Te digo algo? —sonríe Steve reflejando su gran felicidad—. Soñé tantas veces con poder ser más que tu amigo y ahora lo siento tan irreal.

—Oh ven acá mi pequeño —lo abraza haciendo que la cabeza de su rubio quede sobre su pecho—. Es hora de dormir.

—Buenas noches, Buck.

—Buenas noches, mi Stevie.


La feliz pareja se quedó dormida dejando que la luz de la luna los arrulle. Steve dormía plácidamente abrazando a su adorado amor. Mientras que Bucky gozaba sentir el débil cuerpo de Steve abrazándolo.


(...)


Los rayos de sol se filtraban en su ventana, haciendo que Bucky abriera con cautela los ojos. Su mirada se dirigió hacia el chico hermoso que dormía a su lado. Steve se lucía como un ángel durmiendo tan pacíficamente en ese colchón. Una corriente eléctrica pasó por el cuerpo del castaño.

El rubio sintió una mirada hacia él mientras dormía que lo hizo despertar con rapidez.


—Buenos días tonto —sonríe Steve mirando a Bucky—.

—¿Porqué me tratas mal a buena mañana? —le hace un puchero—.

—Es porque te quiero, ya no te diré tonto. Ahora serás mi tonto.

—Bueno eso suena mejor que "tonto" —Steve ríe y acaricia la mejilla de su delicado novio—.

—¿Tienes hambre?

—Sí pero, cámbiate. Te llevaré a un lugar.

—¿Es una sorpresa o me dirás el lugar?

—Es una sorpresa —afirmó Bucky al mismo tiempo que toma a Steve de la barbilla y deposita un pequeño beso en sus labios—. Luces hermoso en la mañana.


Steve no pudo evitar sonrojarse. Estaba muy emocionado de saber cuál y donde era la sorpresa que tenía preparada Bucky para él.



Contigo hasta el final de la línea.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora