—Qué fuerte... pero lo sabía.
Valeria se rió mientras yo fruncía el ceño, pero igualmente brindé mi refresco contra el suyo. Hacía apenas tres días que habíamos vuelto de la sesión de fotos, tres días en los que la vuelta a la rutina me estaba costando horrores: me negaba a dejar que Hunter se fuese cada mañana a trabajar a la revista y no volviese hasta la noche. El primer día vino a casa a estudiar, pero descubrimos de una forma bastante agradable que, cuando llegaba, solamente nos dedicaríamos a estudiar anatomía.
Desde el día dos se quedó en la biblioteca por las tardes, lo que también ayudaba a mi rutina de ejercicio, porque con él en casa no iba precisamente al gimnasio a hacer deporte.
—¿Cómo que lo sabías? —Me quejé, dando un sorbo a mi bebida—. ¿Antes de que yo te lo contara?
—Quiero decir que sabía que acabaría pasando —replicó, haciéndome reír—. Era demasiado obvio.
Ya, mi hermana y el hermano de Hunter habían hecho apuestas de cuánto tardaríamos en caer... y ninguno de los dos sabían que habían perdido porque nos había llevado mucho menos tiempo de lo que esperaban.
No habíamos comentado nada sobre decírselo a los demás, pero era bastante obvio que ni Blake ni Kenzie lo sabían, o ya hubiesen mencionado algo. Por eso se lo conté a Valeria. Necesitaba que al menos alguien de confianza lo supiera, porque me sentía tan plena por dentro que iba a explotar si no lo compartía.
Sin embargo... Una parte de mí estaba entre confusa y temerosa de que él no hubiese dicho nada. No habíamos aclarado tampoco qué éramos. ¿Volvíamos a ser pareja? ¿O simplemente amigos que se acostaban? Porque algo más que compañeros de piso estaba bastante claro que éramos.
—¿Cambiaras tu estado de facebook a "en una relación"?
—Ni siquiera uso facebook —me burlé.
Ella lo había cambiado nada más empezar con Tom. Tampoco sentía la necesidad de gritarlo a los cuatro vientos, solo... la gente cercana.
Mi teléfono móvil comenzó a vibrar. Ni siquiera necesité ver quien llamaba antes de rechazar la llamada. Valeria miró con curiosidad por encima de mi vaso, en la barra del bar, donde lo había dejado.
—¿Sigue molestándote?
Carter Clarke me había comenzado a llamar y enviar mensajes el mismo lunes después de la sesión de fotos. Decía que quería hablar conmigo, que quería disculparse de verdad, pero yo... No estaba segura de que fuese a aceptar sus disculpas.
Se había reído de mí, me había mentido y arremetido echándome la culpa. ¿Cómo esperaba ser mi amigo? Le di una oportunidad para serlo, y la echó a perder.
—Estoy pensando en bloquear su número —le aseguré a Valeria.
—¿Y por qué no lo has hecho?
Apreté los labios y no respondí. Decidí ocupar el silencio dando un sorbo más a la bebida, pero ella supo interpretarlo perfectamente.
—Porque en el fondo quieres darle otra oportunidad, pero te estás haciendo la dura.
El teléfono volvió a vibrar, pero esta vez lo apagué y guardé en el bolso.
—Me hizo daño —me defendí—. No me juzgues por querer apartarlo.
—No pienso defenderlo, pero... Cada vez que alguien hace algo que te molesta, tiendes a alejarte.
Fruncí el ceño y la miré como si se hubiese vuelto loca.
—Eso no es cierto.
—Ah, ¿no? ¿Y qué hay de mi amiga Sophia?
Sophia era una de las modelos de la compañía. Intenté que nos llevásemos bien porque era amiga de Valeria, y Valeria una persona importante para mí... pero lo fastidió todo diciéndome que no podía ir a un brunch en su casa al que casi todas estaban invitadas. No porque me dijese que no podía ir, sino por cómo había invitado a mucha gente delante de mis narices y el tono que había usado para rechazarme.
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Otra Vez Nosotros ©
Teen Fiction¿Crees en las segundas oportunidades? Leslie Sullivan es independiente, rebelde, y vive su mejor momento como modelo en Nueva York. Hunter Harries lucha por sus sueños y su carrera, centrado en su futuro profesional. En el pasado, ambos tuvieron una...