Está sin corregir, perdonad. Me quiero centrar en escribir el de mañana de "El sexy chico invisible que duerme en mi cama". ¡Besos y ojalá os guste!
Tenía frío. Mucho, mucho frío, y eso que en Washington no era tan exagerado como en Alaska, o no se alejaba del de Nueva York. Simplemente mi cuerpo se negaba a aceptar que el invierno había terminado de aparecer y que el frío era algo innato de dicha estación.
Nací preparada para el verano y los helados derretidos, no las capas de ropa.
—¿Estás preparada? —Preguntó Hunter, con la mano en el aire demasiado cerca del timbre.
Apreté los labios y miré hacia el hueco de la escalera, tentada a intentar bajar por ella a pesar de lo mucho que me había costado subir la maleta. El ascensor estaba roto. Siempre que iba a aquel piso, estaba ropa. ¿El destino me odiaba?
Bastante probable.
—No —me negué—. Estoy helada.
Hunter sonrió y acercó un poco más los dedos al timbre.
—Estoy seguro de que mi madre ya tiene preparado un caldo caliente para quitar el frío.
¿En qué momento estúpido de mi vida había decidido que ir a pasar las vacaciones de Navidad a Washington era una buena idea? No quería ver a mi padre, y tampoco dar explicaciones a Anna Banana de por qué su hijo y yo habíamos vuelto a ser amigos.
—Quizás debería ir primero a ver a Harry... —propuse, mirando de reojo la puerta del otro lado, donde sabía que vivía la madre de mi amigo—. ¿Sabías que al final su novia le dejó justo antes de las vacaciones? Estoy segura de que era una tapadera.
Hunter amplió la sonrisa.
—Voy a llamar a la puerta, Les.
Y nada más decirlo, pulsó el botón del timbre. ¿Por qué narices lo había hecho?
Estaba empezando a prepararme para encontrarme con Anna, la madre de Hunter y ex mujer de mi padre, cuando unos ojos bastante parecidos a los de él abrieron la puerta.
—¡Hermano! —Gritó Blake, abalanzándose tan fuerte sobre Hunter que me extrañó que no lo hubiese tirado al suelo—. ¡Cuánto tiempo, mierda!
Se dieron unos cuantos golpes cariñosos en la espalda que, en realidad, sospeché que debían doler. Cuando Blake se alejó de su hermano sus ojos extremadamente felices se posaron en mí, haciéndome retroceder.
—¡Leslie! —Exclamó, abandonando a Hunter para acercarse a mí casi con la misma velocidad—. ¡Cuánto tiempo!
Llegué a ver otra figura apareciendo por el marco de la puerta antes de que fuera arrojada dentro de los brazos de mi amigo. Aquello era intento de asesinato porque casi me asfixia.
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Otra Vez Nosotros ©
أدب المراهقين¿Crees en las segundas oportunidades? Leslie Sullivan es independiente, rebelde, y vive su mejor momento como modelo en Nueva York. Hunter Harries lucha por sus sueños y su carrera, centrado en su futuro profesional. En el pasado, ambos tuvieron una...