Capítulo 5. Leslie

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No pude dormir esa noche.

Mi mente estaba en otro lugar, en otro rincón de Nueva York, donde Hunter Harries estaría haciendo sabe el diablo qué.

—¡Qué asco todo! —Exclamé.

En el piso de abajo la loca de mi vecina no tardó en chillar que me callase. ¡Qué se callase ella! ¿Había visto acaso a su exnovio pasar como un fantasma corredor de maratón esa misma mañana por su lado? Probablemente no.

Pues eso.

—Mierda, necesitaría una copa —murmuré hacia nadie en concreto más que el techo solitario de mi apartamento.

Pero el entrenador personal que tuve en Los Ángeles me había obligado a dejar el alcohol. Tampoco bebía mucho, solo en ciertas ocasiones, especialmente después de aquella vez... Me había emborrachado mucho la primera noche de fiesta en Los Ángeles tras la boda de mi hermana. Estaba triste porque lo había dejado precisamente con ese chico, con mi ex, hecha un lío porque seguía sin saber qué quería, aunque tenía claro que sufrir no, y me acababa de mover a un nuevo piso con compañeras igual de fiesteras que yo.

Acabé bebiendo media botella de vodka yo sola y montando una bicicleta a la tienda más cercana para comprar hielos. La policía me pilló y, como era menor de veintiuno, me la cargué. Recuerdo haber llamado a Hunter para pedir ayuda y que él me salvase el culo. Después intenté contactarle para darle las gracias y a la vez pedirle disculpas por lo sucedido, pero... Nada.

No me quiso ver cuando me ayudó, tampoco cuando le fui a agradecer. La cosa estaba clara entonces: la ruptura había sido definitiva por primera vez, y no quería saber nada más de mí.

Por eso mismo no le había dicho nada cuando me mudé a Nueva York.

Por eso mismo no le llamé a gritos cuando le vi pasar a mi lado en la sesión de fotos de aquella mañana.

Por eso mismo no le había llamado aunque me había pasado al menos dos horas mirando su número de teléfono en la pantalla del móvil.

—Les Sullivan —exclamé mirando hacia la nada—. ¿Qué mierdas te pasa?

Gruñí y me levanté de la cama de un salto. Me dolían los músculos del trasero por la sesión que me había metido en el gimnasio aquella tarde. Además, estaba enfadada y eso me hizo endurecer los ejercicios, aunque fuese para aliviar la tensión de mi cuerpo.

Intenté dormirme durante los siguientes quince minutos, pero fue imposible. Cada vez que cerraba los ojos volvía a rememorar el momento en el que él pasaba a mi lado.

Me sentía como una idiota, y por eso terminé escribiendo a mi hermana.

LES: Si te digo una cosa, ¿prometes no contárselo a nadie?

Pensé que no lo vería por la hora, pero no tardó en responder. ¿Qué hacia despierta Kenzie cerca de las doce? Normalmente desaparecía del mundo a las once como tarde.

KENZIE: Por favor, no me digas que el policía guapo finalmente te ha arrestado.

Puse los ojos en blanco y tecleé con velocidad en el teléfono.

LES: ¿Tú crees que si me arrestan podría mandarte mensajes desde una celda?

KENZIE: Oye, la experta eres tú.

Jaque mate. Tener hermanas para esto. Decidí que lo mejor era ir al grano, para que entendiese la gravedad del asunto. Al menos ella era sentimental, una sentimental empedernida. Mi vida amorosa prácticamente le importaba más a ella que a mí. ¡Se había enfadado porque no lloré en su boda!

¿Qué esperaba? Me alegraba por ella porque era feliz, pero casarse... Eso no era para mí. No necesitaba un papel para saber que quería a alguien.

LES: Hoy he visto a Hunter.

Su respuesta no se hizo esperar.

KENZIE: ¿Cómo ha sido? ¿Quieres que te llame?

LES: Estaba el set de la sesión de fotos, pero no me vio, o eso creo.

Segundos después su nombre apareció en la pantalla de mi teléfono, llamándome. Minutos después tenía una cita con ella para almorzar. Y aunque me quejase, en realidad me gustaba contar con mi familia para superar momentos como aquellos, por muy infantil que me hiciesen sentir.

A pesar de todo, mudarme a Nueva York quizás no había sido tan mala idea.

A pesar de todo, mudarme a Nueva York quizás no había sido tan mala idea

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¡Feliz martes, amiguis!

Hoy tocó capítulo super corto :( En compensación el siguiente es más largo que este... Ains, tengo muchas ganas de llegar a por lo menos el 7 de una vez jejejeje

No tengo mucha inspiración en la despedida del capítulo porque ando pachuchilla (hierro bajo y voy por la vida mareada, y hoy me ha dado un mal xD). Así que nada, os deseo una feliz semana, ¡y nos vemos el viernes!

Andrea.

Otra Vez Nosotros ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora