Capítulo 20

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—Carajo

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—Carajo...—Matthew soltó una bocanada de aire. Se le venía una cena de lo menos agradable, y todos los planes de que Megan se sintiera cómoda con la presencia de sus padres se iba a la basura.

¿Qué carajos hacía Rose ahí? Jamás le agradó que fuese a su casa sin avisar, pero claro que esta vez era su madre la que se metió en el medio a invitarla, creyendo que todavía existía algo de lo que tirar. Solo por no haberle dicho nada sobre Megan, lo dejaría estar. Ya tendría un momento a solas con sus padres para esclarecer todos los puntos.

—¿Qué haces? —inquirió Megan al ver que él entrelazaba sus manos tirando de ella —. Matt...—susurró queriendo llamar su atención. Aun no se sentía preparada para ir de un sopetón y que la vieran junto a él, menos si acababa de llegar su ex pareja. Pero es que advertírselo fue incluso peor, aquel hombre afianzó su agarre y se detuvo antes de salir a la sala.

—¿Cuál es el problema? —reviró alzando su ceja. Megan quiso darle una lista de las posibles consecuencias, pero estaba ante un hombre decidido, con una presencia sólida que le ponía los pelos de punta cuando su rostro se endurecía detonando el azul de sus ojos —. Tú estás conmigo —aclaró dejándole en claro que no daría marcha atrás con esa escena.

Megan asintió dejando un mechón de su rubio cabello detrás de su oreja. Cuando quiso acordar, Matthew ya tiraba de su mano sin darle oportunidad de huir. Era tanto el silencio en esa sala, el asombro en la cara de sus padres, que ambos fueron capaces de oír como Kate cubría su boca impidiendo que la risa se le escapara.

—Traeré la cena —exclamó su madre dejando el delantal sobre una de las sillas de la amplia mesa.

—No —la detuvo su hijo —. Primero escucharás lo que tengo para decir, todos lo harán —remarcó con voz áspera notando la mirada de Rose sobre el nudo de sus manos.

—Pero hijo, la comida ten...

—Mamá, que ha dicho todos ¿No entiendes? —se quejó Kate rodando los ojos por el nerviosismo de esa mujer.

Su padre se afirmaba sobre una de las sillas, al lado de su hermana, ambos expectantes por lo que ese hombre diría. Era tan insólita la situación que Matthew creyó que se hallaban en una máquina del tiempo, donde él le presentaba su primera novia a la familia y nadie estaba de acuerdo, pero carajo, tenía suficiente edad. Lo que haría ahí era solo ponerlos al tanto, más nada.

—No pretendo dar una noticia que necesita la aprobación de nadie, ni toleraré algún comentario —advirtió con seguridad. Megan no creía estar al mismo Matthew de siempre, este era más estoico, terrenal, hablando con mesura, tomando la palabra por ambos.

Pero eso no impedía que se sintiera avergonzada, estaba mirando a los padres de ese hombre desde otra postura, ya no como la hermana de Marc, y eso la alteraba. Sobre todo, el presentimiento en su pecho de que su madre no le terminaba de hacer gracia la idea.

Seductora condena ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora