En donde Airon le escribe cartas a su novio Aetan que se encuentra en coma, con la esperanza de que en algún momento las pueda leer por si solo, sin saber si podrá o no despertar del coma.
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Hoy te hablaré sobre un recuerdo más acerca de nosotros, en esta ocasión decidí escribir sobre nuestro primer beso.
Fue una tarde, en aquel martes donde confesaste tu amor por mi, habíamos continuado con la decoración de mis sentimientos hacia ti, la cual te hizo muy feliz.
Todo parecía ser la tarde ideal, creía que nada podía mejorar ya que todo era simplemente perfecto.
Hasta que decidimos irnos de la cafetería, tus padres habían vuelto de su viaje así que querías pasar tiempo con ellos antes de que volvieran a partir.
Me acompañaste a mi casa mientras hablábamos de cosas triviales, algunos temas ni siquiera tenían sentido pero nos reíamos de igual modo.
Llegamos hasta la puerta de mi casa y tu debías seguir unas pocas calles más, te iba a saludar como de costumbre lo hacía, pero justo en ese instante tus labios chocaron con los míos.
Todo mi interior revolucionó, no podía creer que tú me habías besado a mi, era simplemente irreal, mi estómago sentía como miles de mariposas revolotearon en el.
En ese momento no sabía cómo continuaría todo, pero si sabía que sería el comienzo de algo inigualable y agradezco poder decir que en ese instante no me equivoque.
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