Capítulo 41

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De luna de miel, se pasearon por los paradisíacos pueblos de la Toscana.
Los maravilló la combinación de arquitectura etrusca, romana, medieval y renacentista.

Quedaron cautivados con el bello paisaje verde de las llanuras, fusionado con el carmesí de los tejados, y cuando atardecía se unía la hipnotizante bola de fuego naranja. Esa hora mágica la utilizaban para tomar uno de los mejores vinos del mundo y disfrutar un manjar en la terraza.

Todo era perfecto, incluso el clima no estaba ni tan frío ni tan caluroso debido a que fueron en buena época del año, ideal para un amante del calor y otro de las montañas.

Asistieron a varios museos donde cultivaron aún más su sabiduría.
Las calles estrechas y empedradas, quedaban bien con las casas de piedra antiguas. No les resultó un problema ya que casi no había nadie... Bueno, eso se debe a que pagaron para que no dejaran ingresar a una gran cantidad de turistas durante su estadía. Cosas de ricos.

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En una de las mañanas estando en ese lugar, Gulf permanecía aún dormido, la noche anterior había sido su turno de ser el bottom por lo que terminó más cansado de lo normal.

Un olor dulce captó su atención, pero se negaba a abrir los ojos.

—Tua-eng, despierta mi dulce esposo —susurró contra su oreja, sonriendo

—No quiero —arrugó la nariz por el cosquilleo que le causó Mew e hizo puchero —Anoche fuiste rudo –se aferró a la almohada, regalándole una mirada de niño enojado

—Perdón —acarició su cabello sedoso —Es que tú piel con el vino es más jugosa —besó su frente —Si quieres, te puedes vengar hoy —levantó una ceja, sonrojando al contrario —Te traje pastillas y pomadas para el dolor, en la recepción me dijeron que eran muy eficaces —le dió otro beso en la cabeza —También traje un postre llamado Panforte

Kana se incorporó, siendo ayudado por el mayor, quien le entregó la pastilla y un vaso con agua.

—Sabes que no me gusta el dulce —lo abrazó enterrando su cara en el hueco de su cuello, permitiéndose aspirar su aroma tranquilizante

—No es empalagoso, tiene chocolate, frutos secos, miel y naranja. Pruébalo, te gustará —se separó un poco para tomar la cuchara con una porción, pretendiendo alimentarlo. El menor lo probó y le gustó

—Tienes razón, sabe rico

—No más que tú —comió de la misma cuchara

—Ando perezoso. ¿Me sigues dando en la boca? —pidió con ojos de cachorrito

—Jeje, claro mi lindo girasol —le dio un pico en los labios y feliz de la vida, desayunaron

—Creo que deberíamos volver pronto a casa —expresó el moreno claro

—Pero llevamos poco tiempo aquí, ¿no te la estás pasando bien? —preguntó preocupado

—Vamos para el mes —aclaró —Tenemos mucho trabajo pendiente, y no olvides que Lin te está cubriendo en la empresa

—Lin es fuerte y se sabe cuidar. Aguanta otro mes más

—P'Mew —lo regañó leve

En respuesta suspiró —De acuerdo, regresemos... ¿Pero no quieres antes pasar por algún otro pueblo?
—insistió, recibiendo un beso en el cuello

—Tú no eres así tirák, amas trabajar. ¿O tienes miedo? —besó su boca lento, como acostumbraban a inicio de su relación

—No te mentiré, temo por lo que encontremos al regresar. Por más que seamos exitosos, la homofobia sigue —cerró los ojos, disfrutando de las agradables sensaciones que estaba recibiendo

Sunflower [En Corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora