Como en el titulo lo pone, este es el final. No va a haber segunda temporada, creo que así esta bien terminada y no necesita ninguna continuación.
Dejadme comentarios de que os a parecido la novela y contarme todo lo que querais :3
Recogí mi azul pelo en una coleta, me replantee por tercera vez el llevar lentillas y me coloque mis gafas por última vez.
Mire a Matt por encima de mi hombro, llevaba tumbado en mi cama con el móvil como media hora, apenas había hablado y solo tecleaba. Solo estábamos él y yo en casa, Lucas se había ido a la biblioteca municipal para estudiar sus semestrales, mama estaba con Héctor aprovechando que sus hijos estaban con los abuelos, Matthew y yo nos habíamos quedado en casa por simple vagueza.
– ¿Encuentras planes?
–No. –Respondió Matt secamente. –Todos están ocupados…por cierto…dentro de poco es la boda de tu padre ¿Qué vas a hacer?
Bufe mientras agarraba uno de mis mechones rebeldes con una pinza.
–Iré, me van a obligar a ir quiera o no.
Gruño antes de volver a mirar el móvil. Ni Matt ni yo queríamos ir, pero mama ya había dejado claro que íbamos a ir quisiéramos o no, que Jerry seguía siendo mi padre y que me tenía que acostumbrar de nuevo a su presencia en mi vida.
–Creo que invitare a Lucia a la boda.
Di la vuelta sobre mis talones mirando a Matthew con los ojos abiertos. ¿Luchi? ¿Enserio? La última vez que la invito a algo Luchi casi le mata y le dio un discurso sobre lo malo del machismo, definitivamente Matthew era un masoquista.
–Deberías invitar a Eduardw. –Murmuro centrado en el móvil. –Te vendrá bien que te haga compañía.
Suspire desganada. Quería invitar a Eduardw a la boda, pero el problema es que últimamente estábamos más distantes, él se estaba encerrando en su pequeño caparazón y no me contaba nada de lo que le pasaba por la cabeza. Tenía la esperanza de que esta noche en el partido volviera a ser el de siempre, pero tenía que tener en cuenta de que estaría afectado porque no le dejaran jugar.
Ignore a Matt y me senté en el escritorio a leer, y perderme en mi mundo hasta la hora del partido.
Se me hizo tarde cuando me quise dar cuenta, me tuve que vestir a toda prisa y tarde bastante en encontrar la camisa del equipo que me solía poner para ver los partidos. La conducción de Matthew era la cosa más temeraria que había visto, amaba los deportes y no le gustaba perderse el principio de los partidos, así que condujo como un loco sin carnet.
Cuando nos sentamos en las gradas estuve a punto de besarlas y dar gracias a seguir viva, Matt solo se quejaba de que era una exagerada. También estaba agradecida de que los del grupo llegaran antes que nosotros y nos guardaran un sitio, con suerte me senté junto a Eduardw, pero seguía igual de raro.
Observamos con atención como nuestro querido equipo jugaba sin ganas, jugaba con la idea de ganar fácilmente, pero no era así. Los puntos del equipo contrario superaban al nuestro, por poco pero lo hacían y solo quedaban dos simples minutos de partido.
Mire a Eduardw de reojo, estaba tranquilo, cruzado de brazos y mirándome disimuladamente. Aparto la mirada cuando me pillo observándole, solté una risa antes de agarrarle la mano y ver como se tensaba momentáneamente.
Acabamos perdiendo el partido, pero Eduardw había vuelto a la normalidad y apenas soltaba mi mano para arrasarse la nariz o la nuca.
Nuestro equipo había perdido, pero aun así salimos a celebrarlo a casa de Adrián y Caleb. Aprovechamos el mueble bar que tenían y las botellas de coca cola y fanta que había en la nevera.
Lysandro acabo borracho perdido hablando de política con Caleb, Cedric y Adrián desaparecieron en el cuarto de Adri, Sandra se hablaba de estupideces con Joel, Luchi y Matthew, en cambio yo jugaba con Eduardw a un juego del móvil.
Nos había explicado que estaba estresado, tenía miedo de que sin el en el equipo todo fuera igual y se diera cuenta que no pintaba nada allí, nos había dicho que al ver que perdían se había sentido relajado y libre.
–Oye, dentro de poco es la boda de mi padre… –Murmure dándole el móvil. –Hasta Matt va a ir con pareja…
Me mordí el labio nerviosa, no sabía cómo preguntarlo y tenía miedo de que dijera que no. Seguro que tenía algo mejor que hacer que venir a una boda, aparte de que solo éramos amigos y ¿Por qué iba a hacerme ese favor?
–Bien, ¿Qué día tenemos que ir? –Tartamudee un par de veces antes de darle el día exacto. –Bueno y cambiando de tema, antes de que pase alguna otra mierda entre nosotros dos y vuelva a quedarme con la palabra en la boca. –Se rasco la nuca dejando el móvil en sus rodillas. –No es navidad, ni ninguna de esas mierdas, pero quiero que seas mi novia, aquí y ahora.
Sonreí como una estúpida y me tire sobre él, logrando tirar su móvil al suelo. Era la reacción más estúpida del mundo, me lo había pedido de la forma menos romántica que había visto, pero para mí simplemente era perfecto, no era como me lo imaginaba pero era perfecto.
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Habían pasado dos semanas desde el partido de futbol, Eduardw era mi novio desde entonces. Nuestra relación no era como en las películas, discutíamos como toda pareja, habíamos pasado tanto junto que teníamos algunas cosas de las que hablar, pero nuestra relación iba bien, teníamos momentos especiales al igual que momentos malos, pero no se le podía hacer nada.
Puse la uña de mi dedo índice en mis dientes y recibí un golpe en ella antes de poder morderla. Luchi me miraba con desaprobación mientras seguía peinándome.
Seguí jugando con la tela de mi vestido azul cielo, mis uñas llenas de esmalte blanco chocaban unas con otras y hasta las lentillas me molestaban en ese preciso momento.
Mama ya se había preparado y había salido antes junto a Héctor para recoger a los pequeños, Lucas había ido a buscar a su pareja y Matt se estaba arreglando mientras que Luchi me peinaba y yo esperaba a Eduardw.
Coloco la última florecita en mi pelo y sonrió, me mordí el labio al ver mi peinado. No pensaba que este día me fuera a afectar tanto a mí.
Luchi salió corriendo cuando sonó el timbre, yo me levante como pude con mis tacones y me mire al espejo. El vestido tenía unos finos tirantes que lo sujetaban, me llegaba hasta los tobillos y tenía una abertura hasta la mitad de la pierna, mi pelo estaba recogido en una trenza lateral llena de florecitas blancas y los tacones eran más pequeños que los últimos que me puse.
Cogí mi pequeño bolso con todo dentro y baje a la puerta para encontrarme con Eduardw de esmoquin y con una pequeña rosa en la mano.
Sin más reparo los 4 nos dirigimos hacia la iglesia donde se celebraba la boda. El lugar ya estaba lleno y por suerte conseguimos sitio en segunda fila al lado del pasillo. Mi padre no tardo en entrar y ponerse frente al altar, casi se me saltan las lágrimas cuando la música empezó a sonar y su nueva esposa entro por la gran puerta.
A medida que decían sus votos las lágrimas brotaban de mis ojos y Eduardw me abrazaba con más fuerza.
Aún más lágrimas empezaron a brotar de mis ojos cuando escuche lo que me susurro Eduardw al oído.
–Algún día, tú y yo estaremos allí, jurándonos amor eterno.
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La rarita del pelo azul
Teen FictionPendiente de correccion Lorena, después de dos años siendo invisible, se cansa, olvida eso de pasar desapercibido y decide dejar salir a su verdadera yo, no a esa callada, "Timida", estudiosa y buena, decide sacar la chica que se vuelve cuando salen...