Capítulo 9: Pasado Entrelazado

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Closing Time ~Semisonic

—No te quiero presionar, dime solo lo que estés preparada para contarme, lo entenderé —Murmuró en mi oído

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—No te quiero presionar, dime solo lo que estés preparada para contarme, lo entenderé —Murmuró en mi oído.

—No, está bien, ya empecé, lo voy a terminar —volví a tomar una gran bocanada de aire antes de proseguir —. El primer día de clases en ese nuevo colegio, no fue nada bonito, no tenía a Rose cerca mío, la extrañaba mucho. Me senté sola en un rincón de la clase, todos me veían como un bicho raro, ellos eran tan diferente a mí, y no solo en sus acciones, más que nada en lo físico, en esa época, tenía algo de sobrepeso, y ellos me veían con mala cara por ello.

>>En ese momento, me daba bastante igual lo que pensaran sobre mi apariencia física, o por lo menos eso creí, hasta que me topé con una chica, Marissa, fue la primera que se me acerco, fue la única que no me ignoro, y que yo pensé que podría llegar a ser una gran amiga.

«—Hola, soy Marissa, un gusto, podríamos ser amigas, si tú quieres— me ofreció una mano, antes de sonreír, y tirar su coleta hacia atrás.»

Pero toda esa fantasía termino en una semana, simplemente dejo de hablarme de la nada, y empezó a evitarme como los demás, y yo no tenía a nadie, así que la perseguía a todos lados, aunque me tratara mal, aunque me mandara a hacer cosas como si fuera su sirviente, yo solo quería una amiga, y pensaba que ella era la única que me podía ofrecer eso.

«—Tatiana, apúrate, mi mochila no se mueve sola.»

«—Oye, gorda rodante, que te apure, la cafetería ya debe de estar llena.»

«—Es que nunca haces nada bien, te dije helado de fresa, no de Frambuesa, eres una tonta.»

Nadie entendí las verdaderas razones por las cuales, le servía incondicionalmente, así que se propago un rumor, se esparció de boca a boca, de oído a oído, sin si quiera preverlo, llego hasta mí, esas palabras que me torturaron durante todo ese año.

«Le gustan las chicas»

«Está enamorada de Marissa»

«Es lesbiana, que asco»

Claramente nada de lo que decían era sierto, pero no tenía forma de demostralo.

Gracias a ese rumor, la ira de Marissa cayó sobre mí, me trato de lo peor.

«—Así que por esa razón siempre estás aquí, bruta —me miro con asco y me tiro el contenido de su botella de agua, que me empapo por completo.

—Te juro, que no es cierto, solo quiero ser tu amiga, no me gustan las niñas.

—No te creo nada, que asco me das, jamás, jamás, jamás, estaría con una chica, agh, es de lo peor, olvídate de mi, gorda marimacha.

La chica de las NubesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora