Capítulo 41: San Mungo

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NOTA DE LAS AUTORAS AL FINAL

No puedo decir con exactitud cuánto tiempo pasó desde el incidente con Katie; el traslado a San Mungo fué excesivamente rápido. El hospital estaba oculto en un edificio muggle simplón pero que al adentrarse en él tenía alrededor de cinco plantas destinadas a diferentes dolencias; cuando Katie ingresó una serie de médicos mágicos vestidos con uniformes verde lima se llevaron a Katie para atenderla mientras nosotros nos quedamos en la recepción.

La espera fue eterna y Hermione daba mil vueltas por todo el hospital provocando que mis nervios estuvieran al borde de un colapso; Harry estaba sentado apartado del resto sumamente pensativo mientras Ron platicaba con Horace sobre las delicias de la máquina expendedora de dulces y golosinas. Sacudí la cabeza un tanto indignada ya que la situación era seria como para pensar en comer; Neville estaba sentado con los brazos cruzados y la cabeza apoyada en la pared, se veía afectado y serio; en todo el tiempo que estuvimos no dijo ni una sola palabra.

Dumbledore llegó al cabo de unas horas y habló con el personal del hospital mientras tenía un semblante extraño. Minutos después se acercó a Harry y tuvieron una conversación a la que puse atención a lo lejos intentando descifrar el origen de esta por sus expresiones pero con poco éxito. Pasó el tiempo, Dumbledore nos explicó que Katie tenía que pasar un tiempo en el hospital ya que las heridas físicas eran terribles pero las mentales eran letales y que Katie tenía suerte de seguir entre nosotros.

Se nos permitió verla por unos minutos y aunque estaba sumida en un sueño profundo no pude sentirme menos segura en Hogwarts que nunca; ¿Quién podría haberle hecho esta mierda? Por donde lo mirase era repulsivo. Horace nos reveló a Harry y a mi que una persona "desconocida" le había otorgado el collar a Katie en Las Tres Escobas y que una de sus amigas había peleado con ella por el riesgo que podía presentar el aceptar paquetes de desconocidos...

Avanzada la noche, Dumbledore nos ordenó regresar al castillo y Horace nos iba a llevar por traslador; sin embargo Neville se detuvo y le dijo al profesor:

Neville: Profesor... Se que es tarde pero ¿Podría ir al cuarto piso unos minutos? -Dijo Neville con la voz casi entrecortada- Prometo que sólo será por un instante.

El profesor Dumbledore asintió y Neville se dirigió a uno de los elevadores que parecía de los años 20. Dumbledore me miró y asintió levemente indicando que podía acompañar a Neville a lo que sea que este fuese a hacer; me metí al elevador y Neville me miró extrañado.

Neville: ¿Maxs? Sea lo que sea que vayas a ver, por favor no comentes absolutamente nada.

Mire a Neville y pude notar una expresión de dolor en su rostro y me temí lo peor por unos instantes; cuando el elevador llegó a su destino, Neville me sujetó de la mano y respiró profundo.

Neville: No me sueltes ¿Si? -Me negué y Neville me extendió una media sonrisa- Vamos...

Caminamos por un pasillo sumamente nostálgico; había varios cuadros de medicina que le daban al lugar un escenario frío y sin mucha personalidad. Llegando al final del pasillo, Neville murmuró "Longbottom" y la pared de color menta se convirtió en una pared similar a un espejo y nos adentramos a ella. La sensación era similar a tocar agua pero al cruzar al otro lado estábamos secos completamente y entramos a otra especie de pasillos con varios nombres en las puertas. caminamos unas cuantas hasta llegar a una con el letrero: A. Longbottom.

THE HEIR (+ 18) -Draco Malfoy y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora