** PRIMERA PARTE HASTA EL CAPÍTULO 76**
Draco: ¡Hueles fantástico Maxime! -Dijo en lo que parecía un gemido-
Draco recorrió con suavidad y delicadeza mis muslos lentamente y mirándome de vez en cuando en búsqueda de alguna señal de desaprobación d...
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Abrí los ojos de golpe y me levanté de un salto de la cama, los nervios jugaban con mi mente transformándolo en pesadillas. Voltee a ver el reloj que se encontraba cerca de la cama donde estaba durmiendo Luna y veo, 7:00 am.
Expulsé el aire que no sabía que estaba conteniendo y me intenté relajar, pensé que me había quedado dormida y que me perdería el desayuno. Caminé hacia mi escritorio donde la noche anterior había dejado todo lo necesario para empezar el día y me llevé mi ropa y mis cosas de cuidado personal al baño para tomar una ducha, una muy relajante ducha...
Abrí las llaves de la regadera y mientras esperaba a que el agua estuviera a una temperatura aceptable, me quite el camisón que notablemente se había pegado a mi cuerpo; probablemente a causa del sudor que provocó aquella pesadilla.
Me vi en el espejo y suspiré, nunca he odiado mi cuerpo pero sí le cambiaría algunas cosas. A pesar de que mis caderas se ensancharon y tenía un abdomen atractivo (a mi gusto), mis atributos no están tan desarrollados como se esperaría para una chica de 18 años. Estaba acostumbrada a que las mujeres en Beauxbatons desfilaran por los pasillos del instituto orgullosas de su porte y presuntuosas de lo que tenían.
Mi piel, ligeramente apiñonada, se encontraba pálida por la falta de sueño que remarcaba los lunares que salpican mi espalda. Me gusta pensar que tengo mi propia constelación en mi cuerpo.
Dejé de notar mis defectos, toqué el agua que por fin estaba a una buena temperatura y entré a la regadera, cerrando la puerta de vidrio detrás de mi. En el momento en que el agua tocó mi cuerpo, un ligero gemido de satisfacción salió de la nada; deje que el agua recorriera mi cuerpo humedeciéndolo al igual que mi pelo y me dispuse a aplicar el shampoo con olor a miel. Lo dejé reposar un momento mientras procedí a exfoliar el resto de mi cuerpo. Posteriormente, mi atención se centró en mi rostro y una cuidadosa rutina que tía Olympie se dedicó arduamente a que aprendiera...
Al finalizar, me puse mi ropa interior, un conjunto de satén rosado, sencillo pero bonito. Me seguí con el uniforme, debo agradecer que este fuese sencillo y sin complicaciones a diferencia del que usaba en el otro instituto; terminé los últimos toques con un poco de mi perfume floral favorito, y maquillaje...nada especial, solo un poco de rímel y brillo labial.
Luna: No pensé que fueses de las personas que se despierta temprano -Rió melodiosamente- la verdad, yo te iba a despertar después de que yo estuviera lista T/N. Así podrías dormir un poquito más.
T/N: Usualmente no me levanto primero, mi cama es mi delirio -Dije alegre- pero creo que los nervios están haciendo un grandioso trabajo.
Mientras, Luna se paró de la cama y fue directamente al baño para ducharse, me encargué de mis últimos pendientes. No sabía exactamente las reglas de cómo se tenía que portar el cabello en Hogwarts, si es que había, así que decidí hacerme una coleta lo bastante alta pero con dos mechones de cabello que cayeran por los lados de mi cara.