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Dicen que cuando te enamoras no entiendes de razones y te vuelves un imbécil.

También dicen que no puedes enamorarte de la ex de un amigo o de su hermana. No, eso no se hace. Es por principio y por amistad.

Es el CÓDIGO.

Lástima que no cumplí eso.

A Criseli la conocí una tarde de invierno de la cual no voy a olvidar jamás.

Esa tarde fue el día en que Green Day se presentaba por primera vez en nuestro país.

La algarabía que sentía era igual y hasta más que la de su hermano Joaquín, mi amigo de la facultad de educación. Si algo nos gustaba a él y a mí era el fútbol (hinchas de Universitario de Deportes), los animes, Harry Potter y la lectura como Divergente, Cazadores de sombra y, como ya dije, Harry Potter.

Pero por sobre todo eso estaba el rock.
Hasta ese entonces yo no conocía a su hermana. Es más desconocía totalmente la existencia de ella.

Sí, éramos amigos, pero él casi nunca hablaba de ella por lo que que quizás lo pasé por alto o no recordaba ello.
Bueno, Green Day nos aguardaba y queríamos las mejores fotos del concierto, por eso llevamos nuestras cámaras digitales y grabar aquellos recuerdos rockeros en nuestra mente para siempre.

Joaquín tocaba muy bien la guitarra, mientras que yo lo acompañaba en la batería. Ambos juntos con otros dos compañeros formamos nuestras banda llamada "Cerro San Cosme" y tocábamos covers de Green Day, Andrés Calamaro, Metallica, Aerosmith, Enanitos Verdes y más; asi como canciones de animes. Éramos muy variados. Por tal motivo, la banda y yo compramos entradas en primera fila para ver a Billy Joe Armstrong en todo su esplendor.

Aquel día, Joaquín llegó tarde debido a que su hermana se "tardó por maquillarse". La presentó con todos y su nombre quedaría marcado en mi memoria para siempre.

Si maquillarse era echarse rímel a lo largo de los ojos...

Ella era una pequeña criatura de apenas un metro cincuenta con unos ojos marrón oscuro. Sus labios eran gruesos y generosos. Llevaba un look emo, muy popular por aquellos años. Como si fuera a participar de algún videoclip de Panic at the disco!

Ya con las disculpas del caso, entramos y corrimos a la primera fila para tener el mejor panorama de todos. Aún faltaban tres horas para el concierto pero ahí estábamos. Para capturar el momento, Joaquín pidió a un chico que nos tomara una foto con el escenario de fondo. Todos hicimos la señal del rock y sonreímos plenamente.

Pasaron vendiendo cerveza y compramos una para cada uno solo "para calmar la sed". Vi que Joaquín le compró agua a su hermana, lo cual me sorprendió.

-¿Tu hermana no toma?-pregunté.

-Nada, bro, ella todavía es menor de edad.

Espera, ¿qué?

-Ah, era eso. Ya pronto sabrá lo que es bueno.

-Sí, viejo. Está niña aún.

Criseli, lo miró ceñuda ingorando sus palabras.

A ver, qué tan niña sería para que no tomara.

¿Trece o catorce?

-Bueno, Criseli-le dije- a los dieciocho podrás saber lo que es una cerveza.

-Ya la he probado- me espetó-. Solo que no tomo frente a mi hermano. Además, solo me falta dos meses para cumplirlos.

Mis cálculos en edad estaba incorrectos. Jamás atino.

CriseliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora